EL CHOQUE QUE VIENE
En medio del contingente de seguridad más imponente jamás visto en territorio estadounidense, Joe Biden prestó juramento en las escalinatas del emblemático edificio que fue asaltado y saqueado por sediciosos instigados por Donald Trump hace dos semanas. Como jefa de misión, la Embajadora Martha Bárcena fue la única representante oficial de México en una ceremonia a la intemperie, con protocolo y lista de invitados reducidos al mínimo.
La Secretaría de Relaciones Exteriores había pedido en diciembre al gobierno de Trump el beneplácito con el deseo de que fuera Esteban Moctezuma Barragán, nombrado sucesor de Bárcena, quien representara a México en el cambio de poderes.
Pero, la exoneración de Salvador Cienfuegos, la divulgación de un documento confidencial de la Corte Este de Nueva York y la acusación de López Obrador de que el caso contra el secretario de la Defensa de Peña Nieto fue “fabricado” por la DEA, indignaron al equipo de transición de Biden.
Al frente de la Embajada más importante de la diplomacia mexicana, Moctezuma tendrá que lidiar con un gobierno al que AMLO le tiene mala fe y con el que ha decidido chocar. Moctezuma tiene experiencia en manejo de crisis de cuando negoció con los zapatistas en calidad de titular de Gobernación de Ernesto Zedillo en 1995, pero no se le conocen pericia diplomática o conocimiento de Estados Unidos.
No sólo eso. Moctezuma tendrá que tratar con un equipo altamente profesional como el de Biden. Gente que no se chupa el dedo. Será probado para ver si tiene el oído de AMLO. Hasta lo que se sabe, no. Será presionado en los temas que le preocupan a Biden que son diferentes a los que le preocupaban a Trump. Derechos humanos, derechos laborales, estado de Derecho, corrupción e impunidad. Donde puede haber afinidades es en el tema migratorio.
Moctezuma no tendrá respuestas porque AMLO continuará escalando la confrontación con el nuevo gobierno demócrata. Culpará a los demócratas de todo lo malo en la relación.
López Obrador es un ente conocido para el equipo de Biden y las agencias de inteligencia estadounidenses. Llevan décadas estudiándolo. Observándolo. Prediciéndolo. AMLO ha pasado de ser un priista renegado a un mandatario cada vez más radicalizado y autoritario. Les inquieta de particular manera su desdén por las instituciones.
En entrevista en diciembre de 2018, pregunté a la embajadora Roberta Jacobson, quien será coordinadora para asuntos de la frontera con México en el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca de Biden, si EEUU tenía motivos para preocuparse por el arribo de AMLO, con quien se entrevistó dos veces. Esto fue lo que me respondió:
“No creo que AMLO sea un peligro como Nicaragua, Cuba y Venezuela. Pero vamos a ver. Lo que me preocupa, y así se lo dije a Washington, es si es un demócrata genuino, con minúscula. No es institucionalista.•