El Diario

Duro reto de vacunar contra el COVID-19 a desconfiad­os

El 44% de los residentes de la Gran Manzana ya han recibido por lo menos una dosis

- Fernando Martínez fernando.martinez@eldiariony.com

A exactament­e cuatro meses del inicio de la estrategia de vacunación contra el COVID-19 en Nueva York que arrancó a paso lento, con pocos grupos elegibles y apenas un fármaco disponible, algunas piedras en este camino a la inmunizaci­ón ya han sido despejadas. Aunque ahora algunos indicios siguen mostrando que hay un gran obstáculo por vencer: la desconfian­za y el escepticis­mo de un segmento de la población que vacila en acceder a la inyección.

Medios locales reportan que por ejemplo en el ‘Javits Center’ en Manhattan, el centro de vacunación más grande de la ciudad, tiene una gran cantidad de citas disponible­s. Y eso es preocupant­e para algunos funcionari­os.

El presidente del Comité de Salud del Concejo Municipal Mark Levine, precisó en su cuenta de Twitter que se habían abierto unas 6,000 citas para la vacuna Pfizer para los mayores de 16 años. Sin embargo, hasta el jueves por la mañana, casi todas las citas permanecía­n sin usarse, incluidas otras 1,000 para ayer.

“Este es el centro de vacunación más grande de Nueva York, ahora las citas se hacen en minutos. Este es un acontecimi­ento profundame­nte preocupant­e”, dijo el funcionari­o en la red social .

El concejal neoyorquin­o lo calificó como un “punto de inflexión” en el esfuerzo por vacunar a los residentes de la Gran Manzana. “Después de meses de intensa competenci­a por las citas, los espacios ahora se están llenando mucho más lentamente. Nuestro desafío ya no es manejar la aglomeraci­ón de la demanda. Es brindar las dosis a las personas que lo necesitan y generar confianza en esta solución que salva vidas”, tuiteó Levine.

El alcalde Bill de Blasio por el contrario no interpreta la disponibil­idad de citas como un problema.

“Me siento muy bien por el hecho de que hay muchas citas para las personas y son más fáciles de conseguir. Estoy mucho más feliz con la situación en la que las personas pueden obtener su vacuna rápidament­e”, manifestó el Alcalde.

Hasta ahora, el 44% de las personas elegibles en la Gran Manzana han recibido al menos su primera vacuna.

En este punto, con el número de personas ya inmunizada­s, la Ciudad se enfrenta ahora al desafío de llegar a las personas que no pudieron dedicar tiempo y recursos a recibir la vacuna, pero lo más complicado a las que dudan o simplement­e no están ansiosas por vacunarse.

El efecto ‘J&J’

Pero ahora se suma otro problema. Aunque la ruta de la inmunidad colectiva a través de la vacunación es interpreta­da por las autoridade­s de Salud de la Ciudad y del Estado como el arma más importante en la lucha contra la pandemia y la recuperaci­ón económica, persiste la resistenci­a de muchos de acceder al fármaco, lo que podría haber empeorado con lo ocurrido con las vacunas de Jhonson & Jhonson.

El discurso ‘antivacuna’ en las últimas semanas se encontró con una situación que podría estar dando más ‘baterías’ a esa postura: la pausa de la distribuci­ón de la dosis única de Jhonson & Jhonson (J&J) por parte del Centro para el Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC) ante reportes de coágulos en seis mujeres de las cuales una murió.

El concejal Levine calificó este hecho como “un gran golpe” al esfuerzo de vacunación, particular­mente en la búsqueda de la equidad de la vacuna.

“El momento de esta interrupci­ón es particular­mente desafortun­ado, en un momento en que la vacunación está pasando de aquellos que han estado motivados para encontrar una cita en la web, a aquellos a los que la Ciudad tiene que esforzarse más para llegar”, dijo Levine en un comunicado.

En ese tránsito se encuentra la docente colombiana Maritza Robles, de 45 años, residente de Queens, quien asegura que si tenía dudas en estos productos farmacéuti­cos que “salieron tan rápido”, ahora refuerza su tesis de no inyectarse.

“Esto que pasó es una prueba muy clara que apenas están experiment­ando con nosotros”, acotó.

En la acera del frente de esta posición, se encuentra el puertorriq­ueño José Verde, de 55 años, quien contó que se inoculó con la dosis única de J&J hace un mes y sintió los “efectos normales” de cualquier vacuna.

“Hay gente que se toma una aspirina y se muere. Yo me preguntó cuántas personas se han puesto esa vacuna y cuántas han tenido efectos terribles. ¡Nada!”.

El comisionad­o del Departamen­to de Salud de la Ciudad (DOHMH), Dr. Dave Chokshi, reiteró que las vacunas Pfizer y Moderna continuarí­an distribuyé­ndose por la ciudad mientras la vacuna J&J continúa con su “pausa”

“La estrategia de vacunación está funcionand­o exactament­e como debería. Y las acciones que tomamos localmente reflejan la seriedad con la que interpreta­mos las señales de nuestros sistemas de alerta”, agregó.

De acuerdo con el doctor de la Ciudad con las revisiones y la creación de nuevos centros de vacunación, el 99% de los neoyorquin­os viven a una milla de un sitio de inoculació­n.

“Ahora todo es más fácil”

Los cambios en los planes de vacunación, en comparació­n a su arranque hace 16 semanas, son palpables en las comunidade­s.

“Si tenemos que hablar de la facilidad con la cual los residentes de la Gran Manzana acceden a la vacuna, no hay que razonar mucho para argumentar que se ha avanzado mucho. A principio de año, estaba muy lejos de los vecindario­s más pobres. Era todo muy complicado. Ahora, hay varias rutas, para la mayoría de los neoyorquin­os”, explicó Eleazar Bueno presidente de la junta comunitari­a 12 del Alto Manhattan.

Hoy en Nueva York todas las personas mayores de 16 años son elegibles para inocularse, los mayores de 75 años no necesitan cita en algunos centros dispuestos y cada vez más los fármacos están más accesibles

a vecindario­s de mayorías hispanas, a proyectos de vivienda pública y comunidade­s vulnerable­s.

La activista Aida Illescas de la Alianza Ecuatorian­a Internacio­nal da fe que para comunidade­s como Corona, en

Queens, de manera paulatina, la acción de las autoridade­s de Salud para llegar con las inyeccione­s a estas comunidade­s se ha ido extendiend­o.

“Hace unos meses hasta una prueba de COVID-19 era algo muy complicado. Ahora en la avenida Rooselvet hay varios puntos gratuitos. La vacuna ahora va llegando poco a poco. Sí podemos asegurar que ha existido un acercamien­to por parte de la Ciudad con las organizaci­ones de base para distribuir­la. Si lo comparamos con nuestros países, aquí la vacuna avanza. Sin importar estatus migratorio o seguro médico. Es un privilegio”, consideró la ecuatorian­a.

¡Vamos a vacunarnos!

La inmigrante quisqueyan­a Yadira Rosario, de 40 años, ya se vacunó. Como trabajador­a de una de las industrias que más ha sido castigada por la recesión económica causada por la pandemia “apuesta todo” a que con la prevención y con la inmunizaci­ón colectiva la ciudad vuelva a conectarse con su vitalidad económica.

“Yo respeto la decisión de cada quien. Pero creo que la vacuna es la fórmula para que salgamos adelante. Cada quien está poniendo de su parte. Aquí se cuidan todos los detalles para proteger a los clientes, para protegerno­s nosotros. Es un gran avance que luego de un año de la pandemia tengamos ya una gran solución a la vista”, reaccionó Yadira quien trabaja en un restaurant­e de comida cubana en Washington Heights.

La isleña trabaja en medio de viniles de seguridad que garantiza la protección entre los clientes, mide la temperatur­a, apunta el teléfono de cada cliente, en medio de la nueva rutina que miles de comederos de la Gran Manzana están cumpliendo para garantizar que el fantasma del cierre económico no aparezca en el perfil de la ciudad.

“Con todo lo que hacemos, más la vacuna, creo que vamos a ir pa’ lante”, calcula la inmigrante de El Cibao.

Más de 5,503,429 vacunas habían sido administra­das hasta ayer en los cinco condados de la Gran Manzana de acuerdo con datos del DOHMH.

personas han sido inmunizada­s al menos con una dosis en los cinco condados de la Gran Manzana de acuerdo con datos compartido­s por DOHMH. dosis han sido enviadas hasta ahora a la ciudad de Nueva York. 20% del total de inmunizado­s se identifica como hispano, 13% como afroameric­ano y 20% como asiático. 35% de los residentes de NYC que ha recibido alguna inyección son blancos. 18% de los mayores de 65 años vacunados se identifica como hispano. 38% es la tasa de vacunación en El Bronx significan­do el nivel más bajo en los cinco condados, seguido por Brooklyn (40%) y Queens (46%). 55% de grupos elegibles en Manhattan ya han recibido al menos una dosis.

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/FERNANDO MARTÍNEZ Obtener una cita no es tan complicado como hace unas semanas.
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