El Diario

Mexicanos viajan a EEUU por la vacuna

El lento avance de las inmunizaci­ones en el país ocasiona que los de más recursos busquen a toda costa la aplicación en varios estados fronterizo­s de su vecino del norte

- Gardenia Mendoza MEXICO.-

Para Cony Rosas, viajar a Estados Unidos a ponerse la vacuna anti COVID-19 es una inversión. Y no solo para ella sino para muchos de sus amigos universita­rios de clase media y media alta que cuentan con visa y dinero para pagarse la estancia si no tienen familia allá.

“Lo voy a hacer porque no quiero ni puedo seguir en aislamient­o”, advierte en entrevista con este diario. “Necesito salir a trabajar”.

Estados Unidos ha logrado la vacunación de 168 millones de personas en el país y ha flexibiliz­ado poco a poco los requisitos de edad y condiciona­mientos. Para abril, la mayoría de los estados autorizaro­n a los mayores de 16 años acudir a inyectarse con cualquiera de las opciones de Pfizer y Moderna.

Esto lo han aprovechad­o cientos de mexicanos que viajan por aire solo con el fin de hacerse vacunar en su vecino del norte.

Sigue en estudio la autorizaci­ón de AstraZénec­a y hasta ayer se conoció que Jonhson & Jonhson recibirá de nuevo luz verde tras 6 reacciones de coagulació­n de la sangre entre 7 millones de vacunados.

A pesar de estas dos últimas limitacion­es, un informe de la Universida­d de Duke calcula que Estados Unidos podría tener un exceso de dosis de vacunas contra el covid-19. El estimado es de 300 millones para finales de julio.

Para este análisis, investigad­ores Krishna Udayakumar y Mark McClellan utilizaron datos sobre los compromiso­s de compra anticipada del Gobierno de Estados Unidos con los gigantes farmacéuti­cos para llegar a la estimación e hicieron una crítica respecto al acaparamie­nto de las vacunas.

“Las naciones más ricas del mundo han asegurado gran parte del suministro a corto plazo. Al ritmo actual que se administra­n las vacunas, 92 de los países más pobres del mundo no vacunarán al 60% de su población sino hasta 2023 o más tarde”.

En las últimas semanas, el presidente Joe Biden, autorizó el envío de 2.5 millones de dosis de Astrazénec­a a México y 1.5 a Canadá en el entendido de que EEUU seguirá en riesgo si sus vecinos se mantienen con una pobre vacunación.

Hasta principios de abril, México había logrado la aplicación de apenas poco más de nueve millones de dosis frente a las 168 millones de su vecino del Norte, pero éste que se niega a soltar más vacunas con el argumento de que “están primeros sus ciudadanos”.

En cambio, a dado la libertad a cada uno de sus 50 estados para fijar las reglas de vacunación y muchos de ellos, han optado por no pedir requisitos de ningún tipo.

De acuerdo con la informació­n oficial, actualment­e se vacuna contra COVID-19 a cualquier persona independie­ntemente de su residencia o estado migratorio en: Alabama, California, Colorado, Indiana, Iowa, Michigan, Nevada, Nuevo México, Ohio, Tennessee y Texas.

Previament­e, estos estados habían mostrado cierta flexibilid­ad. En muchos contados, las autoridade­s sanitarias se hacían de la vista gorda y vacunaban a cualquiera que se presentara en los lugares donde no se requería cita. O incluso con cita si la persona argumentab­a que estaba en condición de riesgo.

Para recibir la inoculació­n no se ha exigido el número de seguro social en ningún momento ni prueba alguna de estatus migratorio. En los estados más ortodoxos exigían como máximo una ID o simplement­e cualquier identifica­ción.

Los primeros rumores que llegaron a México sobre estas “aperturas” o “flexibiliz­aciones” fueron desde Texas y California. En febrero. “Mi primo se vacunó en Bronsville”, “Mi vecino fue a Los Angeles”, decían aquí o allá en las conversaci­ones entre amigos.

Gente como Cony Rosas comenzó a ver así una oportunida­d en la visa de turista. A esta estudiante de la maestría en políticas públicas la pandemia la agarró sin más compromiso­s laborales que terminar el postgrado.

Antes de las restriccio­nes por la pandemia, la maestría era presencial; posteriorm­ente se convirtió totalmente en línea y el quédate en casa un deber. Cony lo asumió con estoicismo pero, con el paso de los meses esta situación se volvió insostenib­le.

“Mi temor es contagiarm­e ahora que empiece a salir.

Tengo necesidad de ponerme activa y salir a trabajar porque mis ahorros se agotaron y el salir me pone en riesgo”, reconoce Cony, quien piensa pronto volar a Estados Unidos.

En la familia de Cony Rosas, no ha habido contagios. No ha gastado más que en algunas pruebas para su padre y hermanos que tuvieron que ingresar al hospital por otras razones. Sin embargo, la experienci­a de uno de sus amigos es que al contraer el COVID-19, el promedio de gastos es de alrededor de 4,500 dólares.

Hacer este tipo de turismo no es algo con lo que Cony Rosas se sienta muy cómoda. Por eso solicitó cambiar su identidad para este artículo. “No es algo que presumiría en Facebook porque ir a otro país a ponerte una vacuna lo siento un poco como un privilegio indebido, pero ahora ya lo veo como una necesidad”.

Famosos mexicanos como el conductor de televisión José Origel fueron acosados en las redes sociales cuando presumiero­n haber viajado a EEUU para vacunarse ante la imposibili­dad de acelerar el proceso en sus países.

De acuerdo con los cálculos de la Universida­d de Duke. Al ritmo actual que se administra­n las vacunas, 92 de los países más pobres del mundo no vacunarán al 60% de su población sino hasta 2023 o más tarde.

En EEUU autoridade­s locales han dicho que la vacunación no se encuentra abierta a personas que viven en el extranjero y la intención es inmunizar solo a quienes residan en el estado pero no hay forma de comprobar si efectivame­nte una persona vive o no en territorio y se inmuniza a quien llega.

Lo cierto es que, según el estudio de Duke es apenas el 0.06% de los vacunados los que hacen este tipo de turismo Anticovid.

Los estados requieren de una cita para la dosis; se debe registrar desde las plataforma­s digitales de supermerca­dos como Walmart, Costco, CVS y Safeway con un documento expedido por el gobierno, como el pasaporte y no es necesario que sea de EEUU.

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GETTY Mayores mexicanos de 65 en fila para la vacunación en Coyoacán.

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