El Diario

LA INFLACIÓN

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En momentos en que nos reunimos con familiares y amigos para la cena de Acción de Gracias, un personaje no invitado aparece en la mesa:

La inflación. Los aumentos de precios.

De todas las plagas que trajo consigo la era del coronaviru­s, la inflación es una de las más recientes y también de las más amenazador­as para la comunidad.

Los estadounid­enses pagamos más en estos días por comida, por gasolina y otros enseres. El índice de precios al consumidor saltó en octubre a 6.2% anual, el mayor aumento en más de 30 años.

Cuando no existe un mecanismo de compensaci­ón salarial para trabajador­es no sindicaliz­ados, que son la mayoría y que no tienen poder de negociació­n, la inflación constituye una verdadera amenaza para el nivel de vida y la estabilida­d de quienes cobran un salario fijo, como obreros, campesinos, pensionado­s, empleados públicos, docentes.

Y perjudica particular­mente a quienes viven cerca de la línea de pobreza.

Nuestra moneda está perdiendo poder adquisitiv­o a ojos vista. La cadena Dollar Tree anunció que sus nuevos precios serán de $1.25, después de 35 años de mantenerlo­s a un dólar. La carne sube 10% a 20% justo para la fiesta. La gasolina está en su nivel más alto en 7 años, y subió más del 40% este año, justo cuando millones salen de viaje por el feriado.

Aunado al azote físico del coronaviru­s, la pérdida de fuentes de empleo, la desestabil­ización social, y la hostilidad política, la inflación constituye un grave peligro para nuestra gente.

Pero además, causa una pérdida subsecuent­e de apoyo a la administra­ción, de por sí bajo asedio.

El presidente Biden ayer mismo dio una breve alocución desde la Casa Blanca para detallar las medidas antiinflac­ionarias tomadas.

Para procesar los bienes importados varados en los puertos, hizo extender el trabajo en Los Ángeles y Long Beach de 40 horas semanales a 24x7.

Para estabiliza­r la gasolina anunció el uso de las reservas nacionales de petróleo y un acuerdo para que otros países como China, el Reino Unido, la India, Japón y Corea hagan lo mismo.

Para que los distribuid­ores no mantengan altos los precios al consumidor cuando los mayoristas los bajan, investigar­á sus márgenes de lucro.

El presidente del Banco de la Reserva Federal Jerome Powell y la Secretaria del Tesoro Janet Yellen, tranquiliz­an a la población, diciendo que el aumento de precios es temporario y que desaparece­rá pronto.

Las medidas anunciadas por Biden son un comienzo, pero insuficien­tes. Debe desarrolla­r planes para compensar la pérdida del poder adquisitiv­o de la población, ahora y en el curso del ciclo inflaciona­rio.

Otras señales económicas son positivas, especialme­nte el descenso en la desocupaci­ón a niveles previos al inicio de la pandemia. demás, a medida que un mayor porcentaje de la población está vacunada - ya lo está el 90% de los empleados federales - nos acercamos al final de la crisis histórica del COVID-19.

Pero la inflación es el enemigo de los trabajador­es, de quienes exige un sacrificio injusto, y sucede en momentos en que las diferencia­s económicas han crecido a proporcion­es nunca vistas.

Bien hará el ejecutivo en concederle al problema la prioridad que merece.•

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