AMBICIOSO PLAN DE VIVIENDA
Se suele atribuir la inflación a eventos sin control, como la guerra en Ucrania o los cierres de ciudades en China por la pandemia. O enfocarse en la manipulación en la tasa de interés por parte del Banco de la Reserva Federal (Fed), que hace el dinero más caro o más barato.
Pero una de las mejores maneras de detener la inflación -y al mismo tiempo beneficiar a la población- es atacar las causas internas.
El desenfrenado aumento en los precios de las viviendas es uno de los principales factores de la inflación: representa más del 30% en su cálculo.
En febrero, los precios subieron en 19.8% respecto al año anterior.
Los precios de los alquileres ocupan la mitad del ingreso del 25% de las familias y más del 30% para casi todo el resto. Más de uno de cada siete hogares arrendatarios está atrasado.
Todo esto ha tenido el efecto devastador de poner la compra de la primera casa fuera del alcance de millones de estadounidenses, entre ellos la comunidad latina en su mayoría. Sin contar que son escasas las unidades de vivienda en venta allí donde viven.
Muchos trabajadores no pueden calificar para los precios actuales -aunque tengan crédito aceptable-, pero las unidades se siguen vendiendo como pan caliente a corporaciones especulativas.
La administración dio a conocer ayer un proyecto para detener o al menos desacelerar estos precios, en el que ha trabajado por más de un año.
El presidente Joe Biden “lanzó un Plan de Acción de Suministro de Vivienda para aliviar la carga de los costos de vivienda con el tiempo, al impulsar el suministro de vivienda de calidad en cada comunidad”.
Entre las más importantes políticas anunciadas están:
Creación y preservación de cientos de miles de unidades asequible en los próximos tres años, junto con asistencia para el alquiler y el pago inicial. Ayuda a inquilinos que pagan altos costos de alquiler, especialmente construyendo viviendas de alquiler para familias de ingresos bajos y moderados. Recompensa a jurisdicciones que hayan reformado sus leyes de zonificación y uso de la tierra. Mejor financiamiento para viviendas prefabricadas, unidades de vivienda accesoria (ADU) en el garaje, el sótano o el patio; propiedades de 2 a 4 unidades y viviendas multifamiliares más pequeñas.
Además, asegurarse de que las nuevas unidades disponibles vayan a los propietarios que vivirán en ellas, y no a los grandes inversores.
Al Congreso se le pedirá aprobar parte del costo de construir nuevas unidades y nuevos créditos fiscales para compradores de bajos y medianos ingresos
Las medidas anunciadas por el gobierno no podían llegar en mejor momento.
Podrían significar el comienzo de una era mejor para quienes buscan adquirir su vivienda, y no menos, un impulso importante para nuestra economía. Pero son principalmente las políticas estatales y locales las que determinan el crecimiento de la oferta de viviendas.
Por eso, los gobiernos estatales y locales deben a su vez incentivar medidas audaces que agreguen millones de unidades de vivienda disponibles.
Es un proyecto que amerita apoyo bipartidista y un esfuerzo en toda la nación.•