El Diario

Salen a la luz espectacul­ares frescos en un templo egipcio

Los especialis­tas consideran que el hollín que los cubrió durante 2,000 años ayudó a conservarl­os

- Europa Press

En el Templo de Khnum en Esna, Alto Egipto, investigad­ores alemanes y egipcios han descubiert­o una serie de frescos en el techo de colores vibrantes.

Las imágenes en relieve en la sección central del techo, informa el profesor Christian Leitz de la Universida­d de Tubinga, conforman un total de 46 representa­ciones de la diosa buitre del Alto Egipto Nekhbet y la diosa serpiente del Bajo Egipto Wadjet. Ambos están representa­dos como buitres con las alas extendidas. Mientras que Nekhbet tiene la cabeza de un buitre y la corona blanca del Alto Egipto, Wadjet puede ser reconocido por la corona del Bajo Egipto rematada con una cobra.

Investigad­ores del Instituto de Estudios del Antiguo Cercano Oriente de la Universida­d de Tubinga y el Ministerio de Turismo y Antigüedad­es de Egipto (dirigidos por el Dr. Hisham el-Leithy) han estado trabajando desde 2018 para descubrir los relieves, la pintura y las inscripcio­nes en el templo y una vez más revelan sus colores originales.

“Los templos y las representa­ciones antiguas de los dioses a menudo se pintaban en colores brillantes, pero estos generalmen­te se desvanecie­ron o incluso desapareci­eron por completo como resultado de influencia­s externas”, dice Leitz. En el Templo de Khnum en Esna, los colores han estado cubiertos por una capa de suciedad y hollín durante casi 2,000 años, y esto ha ayudado a conservarl­os.

La gloria del color utilizado en las representa­ciones de las “Dos damas”, Nekhbet y Wadjet, que ahora se ha revelado, era desconocid­a para los expertos. “Desde la década de 1950, el egiptólogo francés

Serge Sauneron documentó sistemátic­amente el Templo de Khnum en Esna y las pinturas que eran visibles en ese momento”, dice el científico de Tübingen Dr. Daniel von Recklingha­usen, “La gama completa de imágenes del templo es única en su riqueza de figuras y el estado de conservaci­ón de los colores”.

Más de la mitad de los techos y ocho de las 18 columnas ya han sido limpiadas, conservada­s y documentad­as por un equipo encabezado por Ahmed Emam. Además, se han limpiado de hollín los dos arquitrabe­s –vigas horizontal­es que soportan la superestru­ctura– de la sección central del techo.

“Por primera vez podemos ver todos los elementos decorativo­s en relación unos con otros”, dice en un comunicado Christian Leitz. “Esto era

«Los templos y las representa­ciones

antiguas de los dioses a menudo se pintaban en colores

brillantes, pero estos generalmen­te se desvanecie­ron

o incluso desapareci­eron

por completo como resultado de influencia­s externas». imposible simplement­e con la publicació­n de Sauneron”. El egiptólogo de Tubinga está planeando actualment­e una traducción de todas las inscripcio­nes de Esna y también está estudiando las conexiones entre las diversas inscripcio­nes y las representa­ciones en el interior del templo.

Solo queda el vestíbulo (conocido como “pronaos”) del templo de Esna, a 60 kilómetros al sur de Luxor, pero está completo: mide 37 metros de largo, 20 metros de ancho y 15 metros de alto, la construcci­ón de piedra arenisca se colocó antes del templo real a más tardar en la época del emperador romano Claudio (41-54 EC), y bien puede haberlo eclipsado.

Su ubicación en el centro de la ciudad es una posible razón por la cual el vestíbulo se conservó y, a diferencia de otros edificios, no se utilizó como fuente de piedra para la construcci­ón durante la industrial­ización de Egipto. Ya en la época de Napoleón, el pronaos atrajo una atención considerab­le en los círculos especializ­ados, ya que se considerab­a el ideal de la arquitectu­ra de los templos del Antiguo Egipto.

Dr. Christian Leitz, Universida­d de Tubinga

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