Nada ha cambiado
Real Madrid conquistó su quinta Supercopa de Europa para ser el equipo más laureado de la competición, al superar por 2-0 a un Eintracht Frankfurt que cambió su identidad, con excesivo respeto al campeón de la Champions League.
El ‘merengue’ es un equipo que gana cada final que juega exhibiendo una seguridad en sí mismo encomiable. Sin caras nuevas ni pruebas que encajar, y con los mismos referentes, el salvador Thibaut Courtois en la portería y la conexión letal Vinícius Junior-Karim Benzema en el ataque.
Tras recibir seis goles del Bayern Múnich en su estreno en la Bundesliga, Eintracht Fráncfort no arriesgó en exceso y fue conservador, más aún sin su estrella Filip Kostic, a punto de ser anunciado por la Juventus como refuerzo.
Su planteamiento provocó un inicio insípido, sin espacios y juego de control con ausencia total de vértigo. Solo el desgaste físico o un error podría decantar el partido en esos momentos y lo cometió
Ferland Mendy al borde del cuarto de hora.
Una pérdida en una salida de balón provocó un mano a mano de Dachi Kamada ante Courtois, quien sacó el disparo abajo. Con esa seguridad desde portería, Real Madrid sintió desde una acción de raza de Fede Valverde que la diferencia de calidad se plasmaría en cuanto diese un paso al frente.
El uruguayo encontró espacio en el carril derecho para servir el balón atrás a Benzema, que regaló el tanto a Vinícius, quien no lo pudo celebrar porque Tuta lo evitó bajo palos.
El club español tuvo paciencia, sin brillo pero con dominio, hasta que golpeó. Había volado el portero Kevin Trapp para evitar un gran gol de Vinícius, y en el saque de esquina subsecuente Benzema se suspendió en el aire en un gran salto, cabeceó a una zona donde Casemiro cedió en bandeja de oro el tanto a David Alaba al minuto 37.
El daño pudo ser mayor antes del descanso cuando Benzema falló lo que últimamente no perdona. Tras robo de Toni Kroos, golpeó de interior tan ajustado al poste que se le fue por centímetros.
En el segundo tiempo, Vinícius se volvió a topar con Trapp y el travesaño repelió un zurdazo desde la frontal de Casemiro, hasta que el extremo brasileño conectó con Benzema, quien no faltó a su cita con el gol al 65’.
Un tanto especial para Karim, que superó a Raúl
González como segundo artillero de la historia madridista, ya solo por detrás del jugador al que tanto asistió, Cristiano Ronaldo.
Cualquier intento del Eintracht Fráncfort fue en vano pese a terminar el duelo con tres delanteros y el técnico madridista, Carlo Ancelotti, tuvo tiempo de hacer debutar a Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouaméni, para sellar el primero de los seis títulos a los que aspira esta temporada.