Los ingleses al fin cobran revancha
La selección de Inglaterra selló su esperada revancha ante su similar de Italia con un triunfo por 1-2 en el estadio Diego Armando Maradona de Nápoles, que aprovechó Harry Kane para erigirse en el máximo goleador, en solitario, en la historia de su selección, honor que compartía con Wayne Rooney, ambos con 53 goles.
La cita estaba plagada de alicientes entre los dos finalistas de la última edición de la Eurocopa, disputada en Wembley en 2021, y que ganó el cuadro que dirige Roberto Mancini. Desde entonces el combinado de Gareth Southgate, quien se convirtió en el tercer entrenador en lograr 50 triunfos con Inglaterra, asumió los duelos frente Italia con cuentas que saldar.
La venganza llegó en Nápoles, en la primera fecha de la fase de clasificación de un grupo que completan Macedonia, Ucrania y Malta, y que tiene al vigente campeón y último subcampeón como grandes favoritos a la fase final.
Tras un tiro de Jude Bellingham que obligó al portero Gianluigi Donnarumma a ceder un córner, y otro remate de Bukayo Saka después, el equipo inglés se adelantó al minuto 13. Un tiro de esquina cobrado por Saka llegó a Kane dentro del área. El capitán disparó y rebotó en un defensa. La pelota le cayó a
Declan Rice, quien desde el área pequeña mandó el balón a la red para el 0-1.
Deambulaba Italia en el campo sin capacidad de reacción. Un tiro desde la media luna de Calvin Philips rozó un palo a la media hora y, a un minuto del descanso, llegó el segundo gol. Otro córner de Saka hacia Kane que rebotó en una mano de Giovanni Di Lorenzo. El VAR advirtió al árbitro y el capitán amplió la ventaja inglesa a 0-2 y estableció un nuevo récord como goleador de su selección con 54 dianas.
Pudo sentenciar el partido Jack Grealish en el tiempo añadido, con Italia abatida, pero el jugador del Manchester City falló a puerta vacía un centro desde la derecha de Kane e Italia se acercó 1-2 cuando Lorenzo Pellegini vio solo, bien colocado, a Mateo Retegui, quien no falló su tiro dentro del área al 56’.
El gol animó a Italia y puso en guardia a Inglaterra, que sufrió, especialmente cuando se quedó con diez jugadores por la expulsión de Luke Shaw al 80’; sin embargo, el marcador no se movió más y los ingleses cobraron revancha.