NO HAY QUIEN ATIENDA A LOS ADULTOS MAYORES
Cada vez vemos con más frecuencia el tortuoso peregrinaje de las familias a la hora de buscar atención para el cuidado de los adultos mayores a nivel nacional.
La falta de personal especializado en atención a largo plazo, para quienes ya cumplieron su ciclo de productividad en la sociedad y merecen una vejez digna, está a la orden del día.
No hay suficientes cuidadores entrenados, ni enfermeros certificados u otros profesionales capacitados para suplir las necesidades de la población senescente.
Una de las principales razones por las cuales no resulta atractivo meterse en ese campo laboral es la paupérrima paga. Los salarios son tan bajos, a tal punto que de los 3.7 millones de asistentes en salud en el hogar o cuidado personal en 2022, la mitad apenas tuvo ingresos que bordearon $30,000 al año. ¿Quién puede vivir con ese salario en Estados Unidos?
Resulta vergonzoso que una tarea tan complicada –como es lidiar con personas vulnerables– no sea mejor remunerada. Muchos de los que laboran en el sector tienen incluso que recurrir a las ayudas federales bajo el programa SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program) para equiparar sus bolsillos.
Ante esta realidad, surge la iniciativa federal en el Capitolio denominada el Acta de Apoyo a la Fuerza Laboral de Atención a Largo Plazo (Long-Term Care Workforce Support Act ).
Según explicó esta semana la senadora demócrata Kirsten Gillibrand, la medida ayudaría a las agencias de Servicios Basados en el Hogar y la Comunidad (HCBS) a retener personal y reducir vacantes y rotación al proporcionarles un reembolso federal adicional por servir a los beneficiarios de Medicaid.
Además, la legislación otorgaría $100 mil millones de dólares en subvenciones federales durante 5 años a los estados para expandir la fuerza laboral de atención a largo plazo. Este subsidio tiene como meta proporcionar oportunidades de educación, formación y avance profesional a individuos elegibles, incluidos aquellos en comunidades rurales y desatendidas que lidian con escasez de trabajadores de atención domiciliaria.
También mejoraría las protecciones laborales y los beneficios para estos trabajadores que en muchas ocasiones son explotados o víctimas de robos salariales.
El Congreso tiene que aprobar cuanto antes este proyecto de ley porque el cuidado de los ancianos no puede estar a la deriva en un país donde se proyecta que para el 2050 haya 82 millones de personas mayores de 65 años.
Este es el tipo de decisiones que deben tomarse de manera bipartidista y sin intereses sesgados. Los votantes esperan más de los funcionarios electos.
Esta legislación favorece a todos, por un lado mejora las condiciones laborales de un sector olvidado, y por el otro damos la atención de calidad que merecen nuestros adultos mayores.l
Medida El Congreso debe aprobar la Long-Term Care Workforce Support Act.