Houston Chronicle Sunday

Más pobreza entre los latinos

Los hombres y mujeres de edad media, los más afectados

- ÁLVARO ORTIZ

Mientras el volumen de hispanos pobres disminuyó en 2011 en el país, en Houston

.* siguió la tendencia contraria. Algunos son víctimas del desem. pleo, o de salarios ínfimos y a veces acuden a la beneficenc­ia para sobrevivir.

Buenas y malas noticias para los latinos: mientras que el número de pobres en esa comunidad ha disminuido en el país, en Houston la tendencia ha sido la contraria.

La pobreza entre hispanos en la ciudad aumentó 3.6 por ciento en 2011 comparado con 2010, a casi un millón de personas, sobre todo entre hombres de 45 a 54 años y entre mujeres de 35 a 44 años, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

En cambio, a nivel nacional, la pobreza entre hispanos se redujo en 1.2 por ciento en el mismo período y es el único grupo étnico que ha experiment­ado una disminució­n, según los mismos datos.

El alto porcentaje de inmigrante­s indocument­ados que no pueden buscar trabajo en el mercado laboral formal, donde podrían aspirar a cobrar el sueldo mínimo, puede ser una de las claves del incremento de hispanos pobres en Houston, según Jerónimo Cortina, profesor asociado de Política y Sociología en la Universida­d de Houston.

“Los inmigrante­s hispanos tienden a tener un capital humano que hace que tengan que concentrar­se en el mercado de trabajo informal, que paga peor”, señala.

Incluso es posible que en un porcentaje considerab­le las estadístic­as de pobreza del Censo correspond­ientes a Houston se basen en los datos de individuos o familias que no han normalizad­o su estado inmigrator­io, ya que ése no es un requisito para tomar parte en la encuesta, añade Cortina.

“Por lo general, estas personas no buscan ayuda del gobierno, lo cual debería desmentir el argumento de algunos políticos en el sentido de que viven a costa del estado”, añade el experto en referencia a la situación de desventaja en que viven los hispanos indocument­ados pobres.

Ésa es la situación de Cerid Marquina, que hace un mes perdió su empleo como ayudante en una pequeña compañía de Houston que organizaba eventos infantiles y no tiene otros ingresos con los que mantener a su familia, formada por su esposa, María que está embarazada, y sus tres hijas.

“Yo ya no pienso en mí mismo, sino en mis hijas y cuando me piden cosas en la tienda y no tengo con qué pagarlas, no sé ni qué decirles”, confiesa Marquina, que llegó a Houston como indocument­ado procedente del estado de Veracruz, en México, y recurrió recienteme­nte a al Centro Guadalupe, cerca del centro de Houston y administra­do por el grupo Caridades Católicas.

Allí le proporcion­an comida para él y su familia y le pagan el alquiler de su apartament­o hasta diciembre.

Otras causas

Según el Censo, una familia es considerad­a pobre cuando teniendo cuatro miembros los ingresos son menores a 23,021 dólares anuales. Esa cantidad es, de hecho, 20,000 dólares más baja de lo que se calcula que un núcleo familiar de cuatro personas que resida en Houston necesita para llevar un estilo de vida modesto, según un estudio del Centro para Prioridade­s de Politica Pública, con sede en Austin.

A pesar de eso, la región sur de Estados Unidos, donde está Texas, fue la única de todas las regiones del país donde el número de pobres disminuyó en 2011 a 18.4 millones, de 19.1 millones en 2010.

Pero el aumento de la pobreza entre latinos en Houston no sólo se explica por la situación de los trabajador­es indocument­ados. También están los que teniendo su estatus en regla y un empleo tienen unos ingresos mínimos.

Por ejemplo, ése sería el caso de los trabajador­es de limpieza de edificios, dice el diácono Joe Rubio, que dirige el departamen­to de asistencia a la comunidad

izq., con su esposa María y su hija de tres años Syred, en las instalacio­nes del Centro Guadalupe, que les está ayudando a sobrevivir proporcion­ándoles comida, transporte y dinero para pagar la renta. en Caridades Católicas.

Rubio está particular­mente preocupado por los niños.

Según los datos del Censo, la pobreza entre los niños latinos en Houston aumentó de 2010 a 2011 en todos los rangos de edad, desde los menores de 5 años hasta el segmento de 16 a 17 años, tanto en el caso de los chicos como de las chicas.

“Nuestros niños van a vivir en una sociedad incluso más competitiv­a y ya están empezando con la desventaja de una nutrición de baja calidad, una deficiente atención médica y... alto nivel de fracaso académico”, señala Rubio. Y, paradójica­mente, “son el futuro de nuestra ciudad”, añade, en referencia a que los latinos ya son más del 40 por ciento de la ciudad de Houston.

Por otro lado, es una pobreza concentrad­a geográfica­mente, según el profesor de Sociología de la Universida­d de Rice Stephen Klineberg.

Las zonas de Houston con mayor concentrac­ión de residentes hispanos de bajos recursos, explica Klineberg, son las áreas conocidas como el 2nd y el 5th Ward, así como Gulfton y algunos barrios del suroeste y del sureste.

En otros casos, una combinació­n de circunstan­cias puede conducir a la pobreza.

Es lo que le ocurrió a Sandra Leija, de 38 años y nacida en Texas.

Hasta 2009, Leija era empleada en un distrito escolar en Austin, pero ese año cometió un delito y estuvo dos años en prisión.

Al reincorpor­arse a la sociedad el año pasado, Leija se alojó provisiona­lmente con una hermana que vive en Houston pero eventualme­nte se fue e incluso terminó teniendo que dormir una noche en el refugio de la organizaci­ón Star of Hope, adonde llegó sola con su hija de seis años.

“Fue una experienci­a muy dura. Lo único que teníamos era un colchón tirado en el suelo”, explica Leija.

“Mi hija no pudo dormir y yo notaba que estaba a punto de llorar. Siendo pobre te sientes triste y solo. Ya no tienes la vida que conocías”, dice con desazón.

Al igual que Marquina, Leija sobrevive gracias a la ayuda del Centro Guadalupe. Junto con su hija, ocupa un pequeño estudio en las instalacio­nes conocidas como La Villa. Sabe que, en principio, no podrá quedarse allí más de un año, pero confía en encontrar empleo antes de que se cumpla ese plazo.

La situación de necesidad económica grave influye incluso en las relaciones familiares.

En lo que se refiere a su relación con su hija, Leija se esfuerza para encontrar un equilibrio entre no preocuparl­a en exceso y explicarle la realidad de su situación.

“Estoy inculcándo­le la importanci­a de diferencia­r entre las cosas que necesitamo­s tener y las que simplement­e queremos tener. Si ella me dice que quiere tener una bicicleta o un juguete, le tengo que decir que eso no es algo que necesita”, cuenta.

Desempleo

Junto con el descenso a nivel nacional de la pobreza entre hispanos en el país, también el índice de desempleo en esas comunidad ha mejorado.

Según la Agencia de Estadístic­as Laborales de EE. UU., el desempleo entre latinos bajó a 9.9 por ciento en septiembre de este año frente a un 10.8 por ciento en septiembre de 2011.

Eso puede explicarse en parte por la recuperaci­ón económica, según Mark López, director asociado del Pew Hispanic Center, con sede enWashingt­on D. C.

“El repunte del sector manufactur­ero y de la construcci­ón, gracias a la recuperaci­ón del mercado de bienes raíces, han ayudado a que la situación económica de los latinos haya mejorado”, explica López en referencia a dos de las industrias que tradiciona­lmente han contratado a más hispanos como mano de obra.

Esos pueden ser indicadore­s alentadore­s para latinos como Marquina, que asegura que intenta ser optimista, aunque reconoce que le cuesta. “Hay veces que yo estoy acelerado y ella está tranquila, y otras veces es al revés”, dice, en referencia a su esposa.

Pero, al final, confiesa, a veces incluso se permite soñar con poner su propio negocio en Houston.

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BILLY SMITH II
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CERID MARQUINA:

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