Papás que se dedican a sus hijos
DÍA DEL PADRE La educación de sus hijos es para muchos su foco de atención
Dar prioridad a los hijos por encima de lo demás no es sólo característica de las mamás: hay padres que han decidido organizar su vida alrededor de ese concepto.
Milagros Durán
La herencia cultural es un factor determinante para la forma en la que los padres educan a sus hijos y los latinos no son una excepción.
Considerar a la familia como el foco de su vida, ser buenos proveedores y amorosos, aunque algo sobreprotectores y rígidos en cuanto al manejo de la autoridad suelen ser algunos de los rasgos característicos de los padres hispanos, coinciden en señalar dos expertos en Houston.
“Se sienten muy responsables con sus hijos, y tratan de darles todo lo mejor, tanto los de bajos recursos como los profesionales y de altos ingresos”, dice la psicóloga Laura Celis-Black, quien tiene una maestría en Consejería.
Para Héctor Rodríguez, consejero de familias de la organización Avance Houston y fundador y presidente de Seeds of Love and Hope, un grupo qué fomenta los valores familiares, el padre hispano valora mucho “el concepto de la familia, es un padre que genera confianza y tiene buen sentido del humor”.
Dos papás latinos de Houston que ejemplifican ese tesón por lograr que sus hijos sean exitosos cuentan sus experiencias. Educación primero
Gabriel Hernández, de 43 años, y su esposa Pilar llegaron hace más de 20 años de Puebla, México, y tienen tres hijos: Byron, de 22 años, Samuel, de 13, y Andrea, de 11, todos bilingües.
Hernández, quien tiene su propia compañía de remodelación de casas, cuenta que hace unos ocho años creó un fondo de ahorro para cubrir la educación universitaria de sus hijos.
Actualmente y sin préstamos estudiantiles, Hernández está pagando la carrera de Byron, quien fue un estudiante sobresaliente en la preparatoria y ahora estudia Enfermería en University of Texas Medical Branch, en Galveston.
“Él me ha motivado a que debo terminar lo que empiezo, que nunca debo parar hasta conseguir mis metas. Me considero afortunado, creo que tengo el mejor papá del mundo”, dice Byron sobre su papá.
Los esfuerzos de Hernández por la educación de sus hijos no son poco comunes, de hecho, Celis-Black, la psicóloga, dice que “la población joven con menos deuda educativa, son los hispanos”, según cita al centro de investigación Pew Research. “Pienso que esto es porque ellos están dispuestos a quitarse lujos con tal de pagar la educación de sus vástagos”, subraya.
Sobre la educación de sus hijos, Hernández comenta: “Lo que más enfatizo con ellos es que actúen de una manera coherente y que sean personas de bien. Les he enseñado a terminar lo que empiezan a ser perseverantes, porque a veces comienzan muy entusiastas algo en natación o lo que sea, y a la semana ya se aburren, pero yo les digo que deben culminarlo, que no deben abandonar los proyectos”.
Byron Hernández ha sabido perseverar. Fue miembro de los Boys Scouts durante nueve años y recibió el premio Eagle Scouts, luego que como proyecto comunitario reconstruyera el jardín de una escuela. Su acción le ganó una carta de felicitación de la Casa Blanca y del gobernador de Texas.
Por su parte, Samuel está en la banda de su escuela, donde toca el saxofón, practica Jiu jitsu y también es miembro de los Boy Scouts. Andrea practica ballet y piano, toma clases de Hip-Hop y forma parte de un equipo de natación. Respeto sí, miedo no
César Augusto Sindoni, de 46 años, y su esposa Janette tienen un hijo, César Augusto Sindoni Jr., de 18 años. Ambos son venezolanos y llegaron a Houston hace 20 años.
“Nos hemos ocupado de que sea un buen estudiante y también buena persona”, dice el padre, un ingeniero en electrónica. El joven está en el lugar 22 entre los mejores 125 de su escuela preparatoria, Harmony School of Advancement, y desde hace tres años es miembro de un club de robótica. Sindoni Jr. ya fue aceptado por la New York University para estudiar ahí ingeniería mecánica.
“Le inculcamos a tener respeto por él mismo y hacia los demás y a sus padres. Siempre tuvimos claro que queríamos que nos respetara, pero que no nos tuviera miedo”, dice Sindoni.
Un día, cuando el chico tenía cinco años, regresó de la escuela diciendo que no hablaría más español, pero los padres hicieron equipo para guiarlo. “En la casa vas a hablar español y en la escuela y en la calle vas a hablar inglés, punto”. Así lograron que sea bilingüe.
En cuanto a los valores, Sindoni, siempre fomentó el autoestima de su hijo, un tema clave para su desarrollo intelectual. “Le enseñé a creer en sí mismo. Yo siempre quise que él entendiera que cua- quier cosa que se proponga la puede alcanzar”.
Tanto Sindoni como Hernández reconocen que el ser padre implica desafíos que deben ser enfrentados día con día.
“Los peligros son muchos, drogas, bullying, presión social. Es difícil mantenerlos alejados de todo. Yo pienso que los he guiado para que sepan cómo manejarse frente a situaciones difíciles porque los peligros siempre están ahí”, dice Hernández.
Sindoni coincide: “Yo sabía que debía prepararlo para enfrentarse al asunto de las drogas, por ejemplo. Hacía una especie de teatro. Le decía imagínate que te estoy vendiendo drogas, ¿qué me contestarías tú? Y allí aprovechaba para corregir respuestas. Lo mismo con el consumo del alcohol. Creo que lo hemos preparado para que sepa enfrentarse a esos peligros y salir airoso”.