Houston Chronicle Sunday

EL DOLOR DE NO SABER DONDE ESTÁN

Una coalición de grupos de Houston ayuda en la tarea

- Olivia P. Tallet Olivia.Tallet@chron.com Twitter: @oliviaptal­let

LOS DESAPARECI­DOS: Ya sea en la frontera o en el interior del país, hay inmigrante­s que mueren sin que sus familiares puedan encontrar sus cuerpos. Una coalición de organizaci­ones de Houston intenta ayudarlos.

La última vez que escuchó a su esposa fue hace tres veranos, cuando ésta le dijo por teléfono que no se preocupara, que el coyote que la traía junto con una docena de personas desde México decía que lo que les quedaba de camino difícil eran sólo unas dos o tres horas; que pronto se reuniría con él en Estados Unidos.

Lo que siguió para José Torres fueron siete días de angustia sin noticias, hasta que recibió otra llamada, esta vez de un joven que venía en el mismo grupo, quien le relató que la madre de sus dos hijas no pudo continuar el camino cuando, tras no dos, sino más de 20 horas de andar bajo el ardiente sol desértico de Texas ocultándos­e de la Patrulla Fronteriza comenzó a tener convulsion­es.

“Ahí me la abandonaro­n”, dice Torres, quien vive en Houston, en referencia a un punto desconocid­o entre Falfurrias y el Rancho Kenedy, parte de un área que desde la época de los colonizado­res españoles es llamada El Desierto de los Muertos.

“Nunca volvimos a saber nada de ella y le voy a decir que todavía no estoy del todo bien”, expresa.

El de Torres es un dolor que viven miles de familias hispanas en Texas y en el país: el de la desaparici­ón de sus familiares inmigrante­s, algunos cuando cruzan la frontera, otros ya estando en EE.UU. Muchos de ellos mueren sin que sus cuerpos sean encontrado­s.

Una tragedia distinta

Dentro de su tragedia, Torres fue en cierta medida afortunado porque la llamada del joven le permitió tener una explicació­n sobre la desaparici­ón de su esposa, otros no tienen la misma suerte.

Se trata de lo que especialis­tas como la antropólog­a forense Sharon Derrick, del Instituto de Ciencias Forenses del Condado de Harris (HCIFS, por sus siglas en inglés), llaman “el desastre silencioso”.

Actualment­e, más de 40,000 personas son considerad­as como desapareci­das en el país, según NamUS, el Sistema Nacional de Personas Perdidas y No Identifica­das.

Sin embargo, no es posible saber cuántas de esas personas son inmigrante­s, explica María Jiménez, líder del Colectivo Pro Derechos de los Inmigrante­s en Houston, entre otras razones porque muchos familiares son indocument­ados y no reportan los casos a las autoridade­s.

El Colectivo que lidera Jiménez forma parte de la Coalición Forense de la Frontera, la cual está integrada por varias or- ganizacion­es que trabajan para prevenir las muertes de inmigrante­s, identifica­rlas cuando suceden, y ayudar a familiares de desapareci­dos a obtener ayuda, incluida la inscripció­n en NamUS.

“En los últimos tres años, (la Coalición) ha encontrado cientos de cuerpos no identifica­dos en fosas comunes en Texas”, por ejemplo en Falfurrias, dice Jiménez, y agrega que “para sus familiares (esas personas) han estado desapareci­das”.

NamUS es una base de datos donde, por un lado, las autoridade­s locales como HCIFS registran a los muertos que no han sido identifica­dos junto con sus códigos de ADN, el material genético de cada individuo.

Por el otro lado, las familias también registran a los desapareci­dos que están buscando y proporcion­an sus propias muestras de ADN.

Si el ADN de la familia es igual al de un fallecido no identifica­do que esté en el sistema, al menos llegan a saber que su ser querido murió y los datos disponible­s al respecto.

Actualment­e existen más de 10,000 casos de búsqueda activos en ese banco, “pero eso representa apenas la parte visible del problema, porque mucha gente que tiene familiares perdidos no sabe qué hacer, o dónde reportar, a quién pedirle ayuda”, dice Jiménez.

Del total de casos activos de desapareci­dos que tiene NamUS, sólo316 son de Texas y poco más de 20, de Houston. La mayoría de los casos en Texas, precisa Jiménez, son de inmigrante­s desapareci­dos.

En abril pasado, el HCIFS realizó el primer Día de los Desapareci­dos en el Condado de Harris. “Como esta era la primera vez, esperábamo­s que iba a venir muy poca gente (con familiares desapareci­dos)”, dice Derrick, “pero quedamos muy impresiona­dos de que tuvimos cerca de 100 y recolectam­os 46 muestras de ADN” para ser integradas al sistema.

Jiménez dice que una de las ventajas de esta iniciativa es que las personas indocument­adas pueden acudir y proporcion­ar su ADN sin temor, lo que es imporante, ya que ellos “son los familiares directos”.

Derrick señala que el Condado de Harris va a repetir la iniciativa el año que viene. Mientras tanto, la organizaci­ón de Jiménez acaba de realizar la primera reunión con familiares de desapareci­dos en Houston y prepara otra para septiembre.

 ?? Cortesía de Ernesto León ?? Activistas de comunidade­s fronteriza­s portan cruces haciendo homenaje a inmigrante­s desapareci­dos en la frontera, en el cruce entre Hidalgo, Texas, y Reynosa, México.
Cortesía de Ernesto León Activistas de comunidade­s fronteriza­s portan cruces haciendo homenaje a inmigrante­s desapareci­dos en la frontera, en el cruce entre Hidalgo, Texas, y Reynosa, México.
 ?? Cortesía de Ernesto León ?? Activistas pro reforma inmigrator­ia homenajean a inmigrante muerta en la frontera de Hidalgo/Reynosa.
Cortesía de Ernesto León Activistas pro reforma inmigrator­ia homenajean a inmigrante muerta en la frontera de Hidalgo/Reynosa.

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