EL DOLOR DE NO SABER DONDE ESTÁN
Una coalición de grupos de Houston ayuda en la tarea
LOS DESAPARECIDOS: Ya sea en la frontera o en el interior del país, hay inmigrantes que mueren sin que sus familiares puedan encontrar sus cuerpos. Una coalición de organizaciones de Houston intenta ayudarlos.
La última vez que escuchó a su esposa fue hace tres veranos, cuando ésta le dijo por teléfono que no se preocupara, que el coyote que la traía junto con una docena de personas desde México decía que lo que les quedaba de camino difícil eran sólo unas dos o tres horas; que pronto se reuniría con él en Estados Unidos.
Lo que siguió para José Torres fueron siete días de angustia sin noticias, hasta que recibió otra llamada, esta vez de un joven que venía en el mismo grupo, quien le relató que la madre de sus dos hijas no pudo continuar el camino cuando, tras no dos, sino más de 20 horas de andar bajo el ardiente sol desértico de Texas ocultándose de la Patrulla Fronteriza comenzó a tener convulsiones.
“Ahí me la abandonaron”, dice Torres, quien vive en Houston, en referencia a un punto desconocido entre Falfurrias y el Rancho Kenedy, parte de un área que desde la época de los colonizadores españoles es llamada El Desierto de los Muertos.
“Nunca volvimos a saber nada de ella y le voy a decir que todavía no estoy del todo bien”, expresa.
El de Torres es un dolor que viven miles de familias hispanas en Texas y en el país: el de la desaparición de sus familiares inmigrantes, algunos cuando cruzan la frontera, otros ya estando en EE.UU. Muchos de ellos mueren sin que sus cuerpos sean encontrados.
Una tragedia distinta
Dentro de su tragedia, Torres fue en cierta medida afortunado porque la llamada del joven le permitió tener una explicación sobre la desaparición de su esposa, otros no tienen la misma suerte.
Se trata de lo que especialistas como la antropóloga forense Sharon Derrick, del Instituto de Ciencias Forenses del Condado de Harris (HCIFS, por sus siglas en inglés), llaman “el desastre silencioso”.
Actualmente, más de 40,000 personas son consideradas como desaparecidas en el país, según NamUS, el Sistema Nacional de Personas Perdidas y No Identificadas.
Sin embargo, no es posible saber cuántas de esas personas son inmigrantes, explica María Jiménez, líder del Colectivo Pro Derechos de los Inmigrantes en Houston, entre otras razones porque muchos familiares son indocumentados y no reportan los casos a las autoridades.
El Colectivo que lidera Jiménez forma parte de la Coalición Forense de la Frontera, la cual está integrada por varias or- ganizaciones que trabajan para prevenir las muertes de inmigrantes, identificarlas cuando suceden, y ayudar a familiares de desaparecidos a obtener ayuda, incluida la inscripción en NamUS.
“En los últimos tres años, (la Coalición) ha encontrado cientos de cuerpos no identificados en fosas comunes en Texas”, por ejemplo en Falfurrias, dice Jiménez, y agrega que “para sus familiares (esas personas) han estado desaparecidas”.
NamUS es una base de datos donde, por un lado, las autoridades locales como HCIFS registran a los muertos que no han sido identificados junto con sus códigos de ADN, el material genético de cada individuo.
Por el otro lado, las familias también registran a los desaparecidos que están buscando y proporcionan sus propias muestras de ADN.
Si el ADN de la familia es igual al de un fallecido no identificado que esté en el sistema, al menos llegan a saber que su ser querido murió y los datos disponibles al respecto.
Actualmente existen más de 10,000 casos de búsqueda activos en ese banco, “pero eso representa apenas la parte visible del problema, porque mucha gente que tiene familiares perdidos no sabe qué hacer, o dónde reportar, a quién pedirle ayuda”, dice Jiménez.
Del total de casos activos de desaparecidos que tiene NamUS, sólo316 son de Texas y poco más de 20, de Houston. La mayoría de los casos en Texas, precisa Jiménez, son de inmigrantes desaparecidos.
En abril pasado, el HCIFS realizó el primer Día de los Desaparecidos en el Condado de Harris. “Como esta era la primera vez, esperábamos que iba a venir muy poca gente (con familiares desaparecidos)”, dice Derrick, “pero quedamos muy impresionados de que tuvimos cerca de 100 y recolectamos 46 muestras de ADN” para ser integradas al sistema.
Jiménez dice que una de las ventajas de esta iniciativa es que las personas indocumentadas pueden acudir y proporcionar su ADN sin temor, lo que es imporante, ya que ellos “son los familiares directos”.
Derrick señala que el Condado de Harris va a repetir la iniciativa el año que viene. Mientras tanto, la organización de Jiménez acaba de realizar la primera reunión con familiares de desaparecidos en Houston y prepara otra para septiembre.