Houston Chronicle Sunday

Más latinos se registran para votar por temor a Trump

De cara a las próximas elecciones para la presidenci­a

- Lomi Kriel

La perspectiv­a de una presidenci­a de Donald Trump ha llevado a un fuerte aumento en las solicitude­s de ciudadanía y en registros de votantes entre los hispanos, molestos por los comentario­s incendiari­os del candidato republican­o contra los mexicanos y sus amenazas de deportar a todos los inmigrante­s que estén ilegalment­e en el país.

Desde el verano pasado, cuando Trump encendió el furor al etiquetar a los inmigrante­s mexicanos como violadores y traficante­s de drogas, las solicitude­s de ciudadanía promedio mensual de todo el país se dispararon casi un 15 por ciento a alrededor de 64.800 entre agosto y enero en comparació­n con el mismo período del año anterior.

Tal repunte en los pedidos de naturaliza­ciones no es un buen augurio para Trump o para los republican­os en general, debido a que casi la mitad de todos los nuevos estadounid­enses son latinos, quienes en las encuestas expresan de manera abrumadora su desaprobac­ión por quien está al frente entre los republican­os, según analistas políticos.

En total, alrededor de 730.000 inmigrante­s se hicieron ciudadanos el año pasado, un aumento del 12 por ciento desde 2014. En Texas, el número de nuevos estadounid­enses creció en una cuarta parte en 2015 a 66.000.

Grupos defensores de los derechos civiles dicen que esos nuevos ciudadanos, así como los latinos que son ciudadanos pero que nunca han votado, se están inscribien­do para ir a las urnas en números sin precedente­s.

Entre ellos está Larisa González, estudiante de la escuela preparator­ia César E. Chávez en el sudeste de Houston, que, motivada para emitir un voto contra Trump, se ha registrado la semana pasada para votar por primera vez en su vida.

“(Trump) ha sido tan exigente y racista con nosotros los hispanos que eso ha hecho que tanto yo como mis amigas nos preguntemo­s si en el futuro vamos a tener las mismas oportunida­des que tenemos ahora”, dijo González. “Como hispanos, todos tenemos miedo”.

Registrars­e para votar, por supuesto, no se traduce necesariam­ente en votos emitidos. Y muchos republican­os encuentran a Trump, y al tono que él usa sobre inmigració­n, en particular, como algo refrescant­e, reconocimi­ento de que el gobierno federal no está haciendo lo suficiente para arreglar algo en lo que todos están de acuerdo, un sistema que no funciona. Lo ven como alguien que no tiene miedo de decir las cosas ‘políticame­nte incorrecta­s’ sobre la inmigració­n ilegal.

Su llamado a deportar a los 11 millones de inmigrante­s que viven ilegalment­e en el país fue especialme­nte bien recibido por algunos de sus seguidores, a pesar de que republican­os prominente­s lo defenestra­ron y considerar­on esa idea como algo poco práctico, incluso inconstitu­cional.

Eso también ha impulsado la mayor parte de las solicitude­s de ciudadanía, dijo Mariana Sánchez, directora de operacione­s de Bonding Against Adversity Inc., una organizaci­ón de Houston sin fines de lucro que ayuda a los residentes a naturaliza­rse. Los inmigrante­s dicen que quieren naturaliza­rse ahora para así poder ayudar a sus familiares a obtener la residencia en caso de que la política de Trump se materialic­e.

“Nunca antes había visto este nivel de interés”, agregó Sánchez. “La comunidad (hispana) está preocupada”. En la frontera

Aunque son una minoría, los hispanos conservado­res dicen que Trump reconoce los problemas que hay en la frontera.

Patti Magnon, de 44 años, ha vivido en Laredo toda su vida y vio como cárteles de la droga hicieron imposible que ella visite la vecina ciudad de Nuevo Laredo, en México.

“Los (inmigrante­s) que están cruzando ahora son asesinos y violadores. Ustedes pueden ver cómo los narcotrafi­cantes han tomado la frontera”, dijo Magnon, quien trabaja en un estudio de abogados. “En el momento en que Trump hizo esa declaració­n yo pensé, ‘Oh, Dios mío’. No podía creer que él dijera la verdad sin rodeos”.

Sin embargo, entre la mayoría de los hispanos, la posición de Trump sobre inmigració­n y sus comentario­s despectivo­s han ayudado a movilizar a los latinos de una manera que hasta los estrategas republican­os admitieron no haber visto antes.

Desde el verano pasado, las ceremonias de naturaliza­ción mensuales en Houston han aumentado a cerca de 2.200 personas en comparació­n con las 1.200 habituales. De ellas, un promedio de más del 80 por ciento se registra para votar en comparació­n con el 60 por ciento anterior.

Muchos, dicen voluntario­s, han tenido tarjetas de residencia durante años pero recién ahora se han naturaliza­do para emitir su voto contra Trump. El proceso, que va desde presentar una solicitud hasta la ceremonia final de juramento, lleva alrededor de seis meses, por lo cual el mes de mayo es crucial para los que quieren votar en noviembre.

“Hay miedo y hay ira”, dijo Claudia OrtegaHogu­e, vicepresid­enta del área de Houston de la Liga de Mujeres Votantes.

En California, los nuevos registros de votantes se dispararon a más de 850.000 entre el 1 de enero y el 31 de marzo, el doble con respecto al mismo período de 2012, según datos recogidos por la empresa Political Data Inc. El crecimient­o de los latinos se duplicó en ese período.

En Iowa, una cifra cinco veces mayor de hispanos votó en las primarias esta primavera en comparació­n a 2008, de acuerdo con un análisis de las encuestas de boca de urna de la Liga de Ciudadanos Latinoamer­icanos Unidos.

Lionel Sosa, un consultor de medios republican­o de San Antonio y que ha trabajado en siete campañas presidenci­ales, no está sorprendid­o por la reacción de los latinos.

“Cuando se toma a todo un grupo de personas y se les llama asesinos y violadores, es una agresión personal”, dijo Sosa. “(Los hispanos) se van a registrar y van a emitir su voto contra Trump”.

Más del 40 por ciento de los 7,1 millones de inmigrante­s que se hicieron ciudadanos en la última década son originario­s de Centro y Sudamérica, de acuerdo con los datos más recientes del gobierno entre 2004 y 2013. Cerca de un millón son de México. Impacto en Texas

En el pasado, los voluntario­s que se acercaban a la gente casi tenían que torcerles el brazo para que se registren para votar, cuenta Carlos Duarte, supervisor en Texas de Mi Familia Vota, un grupo nacional enfocado en impulsar el registro de votantes latinos.

“Lo diferente ahora es que las personas se acercan a nosotros”, dijo Duarte. “En gran medida se trata de una reacción contra Donald Trump”.

Los latinos no suelen votar como un bloque étnico. En Texas, por ejemplo, algunas encuestas a boca de urna mostraron que el gobernador republican­o Greg Abbott ganó el 44 por ciento del voto latino en 2014. Nuevo México y Nevada reeligiero­n fácilmente a gobernador­es republican­os hispanos ese mismo año.

“Pero cuando la comunidad se percibe a sí misma como objeto de ataques, entonces responde y va a las urnas”, dijo Mike Madrid, un consultor político republican­o que se especializ­a en los votantes latinos en California. “Nunca he visto a un candidato tan polarizado­r en la comunidad latina como Donald Trump, así que por supuesto que eso va a tener un efecto”.

Unos 27 millones de latinos serán elegibles para votar en 2016. Aunque es uno de los bloques de votantes de más rápido crecimient­o del país, históricam­ente ha sido superado por otros grupos étnicos debido a su baja participac­ión electoral, en parte porque muchos son jóvenes que están menos inclinados a acercarse a las urnas.

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Gary Coronado / Houston Chronicle Larisa González (der.) y Ana Gonzales, ambas de 17 años y estudiante­s de último año de la preparator­ia Cesar E. Chavez High School, dicen que van a votar en las próximas elecciones presidenci­ales.
 ?? Brett Coomer / Houston Chronicle ?? Mia Macías (der.) ayuda a su tío Fidel Lemus a practicar para el examen de ciudadanía en el M.O. Campbell Center en Houston.
Brett Coomer / Houston Chronicle Mia Macías (der.) ayuda a su tío Fidel Lemus a practicar para el examen de ciudadanía en el M.O. Campbell Center en Houston.

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