Obama rindió homenaje a los Cachorros
En medio de decisiones de última hora antes de dejar la Casa Blanca, Barack Obama volvió a recibir a una delegación deportiva campeona, tradición que ha continuado de sus predecesores.
Esta vez tuvo un significado especial: no sólo fue la última para él como presidente sino que también tuvo que felicitar a los Cachorros, rivales del equipo de sus amores, los Medias Blancas.
Obviamente que Obama hubiera preferido celebrar en la Casa Blanca con los Medias Blancas, equipo del cual es simpatizante en las Grandes Ligas, pero al menos festejó con el otro equipo de su ciudad, que conquistó hace poco más de dos meses la Serie Mundial tras vencer en siete juegos a los Indios de Cleveland.
Fue una serie en la que mostraron un enorme deseo de superación tras estar en desventaja y contra viento y marea conquistaron su primer título en el Clásico de Otoño desde 1908.
Los Cachorros, que asistieron a la ceremonia con el cerrador cubano Aroldis Chapman (ya contratado como agente libre por los Yankees de Nueva York para la próxima temporada) y con el receptor venezolano Miguel Montero, le regalaron a Obama una camiseta con el número 44, el mismo del mandatario como presidente.
Obama, como ha hecho en otras ocasiones con otros campeones, aprovechó para recordar el sentido del esfuerzo colectivo en el deporte, pero en esta ocasión, tras una agria campaña electoral que reflejó una gran división social y racial en el país, hizo también hincapié en la importancia del deporte como factor de unidad.
El carismático político demócrata, que este viernes deja la presidencia de la Nación, que ocupará en los próximos cuatro años el republicano Donald Trump, recordó que a lo largo de la historia del país el deporte ha tenido el poder de unir a sus habitantes, incluso en épocas de profunda división.
Sin dudas, es un mensaje positivo que se ajusta a los cambios que llegarán con Trump, quien durante la campaña electoral fue criticado por muchos deportistas, especialmente por LeBron James y otras estrellas del básquetbol (el deporte favorito de Obama), por sus comentarios y opiniones hacia las minorías.