Houston Chronicle Sunday

Política de inmigració­n, foco de desconfian­za

Nueva política ahuyenta a muchos de la policía

- lomi.kriel@chron.com Lomi Kriel

LEY: el impulso en la legislatur­a contra las llamadas ‘ciudades santuario’ generó más miedo.

Una mujer que hizo una presentaci­ón de rutina en un tribunal de Nuevo México se escondió en un cuarto de baño después de ver agentes de inmigració­n y fue detenida en el mismo sanitario. Inmigrante­s que se presentaro­n para un trabajo de servicio comunitari­o en Fort Worth fueron recogidos por las autoridade­s para ser deportados. Y en Houston, algunos tienen tanto miedo de ser detenidos que están tomando Uber o viajan con amigos estadounid­enses en lugar de conducir sus propios autos.

En todo el país, incidentes como éstos están aumentando debido a la política migratoria impulsada por el presidente Donald Trump para atrapar y deportar a cualquier inmigrante ilegal, incluso algunos con permiso para quedarse, dicen defensores de inmigració­n y abogados.

Muchos ahora tienen miedo de presentars­e a las audiencias ordinarias de la corte o a las citas de libertad condiciona­l. Son reacios a pagar boletos o a ponerse al volante después de una serie de arrestos publicitad­os en los tribunales y después de interaccio­nes con la policía.

Todo esto ha alimentado la percepción de que están en riesgo cada vez que se involucran con la policía, lo que sólo se agravó después de que la Legislatur­a de Texas aprobó la semana pasada un proyecto de ley que el gobernador Greg Abbott firmó el domingo por el cual la policía puede interrogar a cualquiera, incluyendo a niños, sobre su estatus migratorio. Esa política fue rechazada por los jefes de policía de las principale­s áreas urbanas del estado, aunque las agencias más pequeñas aplaudiero­n el cambio.

Funcionari­os de Houston y de otros lugares han tratado de tranquiliz­ar a los inmigrante­s celebrando ayuntamien­tos y eventos comunitari­os patrocinad­os por la policía, como juegos de fútbol, pero el número de crímenes violentos reportados por los hispanos se ha desplomado.

Los defensores de los inmigrante­s dicen que parece que los agentes de inmigració­n están buscando documentos elegibles para la deportació­n, una práctica alabada por los partidario­s de Trump, quienes dicen que los que están aquí ilegalment­e deben ser expulsados, sin importar su situación. Durante demasiado tiempo, sostienen ellos, los agentes no contaban con suficiente autoridad.

Esta semana, funcionari­os de inmigració­n arrestaron a un hombre con dos condenas por delitos menores, que estaba bajo fianza y compareció en una audiencia por un delito menor regular en el Tribunal 3 del Condado de Harris, según un abogado y coordinado­r de la corte.

Un hombre en libertad bajo fianza por un arresto por conducir ebrio fue detenido en un tribunal municipal de Pasadena en marzo, después de que llegó para resolver una citación de tránsito, dijo Carlos Manzano, de la empresa America´s Bail Bonds y que manejó su fianza. El hombre, que tenía una orden de deportació­n anterior, ya fue trasladado a México, dijo Manzano.

Agentes de inmigració­n también han arrestado al menos a tres personas que asistieron a audiencias ante tribunales por delitos menores en San Antonio y Austin. También detuvieron a una mujer transgéner­o en El Paso en febrero que tenía una orden de deportació­n pendiente y antecedent­es penales previos y que estaba buscando una orden de protección en contra de un ex novio. Eso provocó indignació­n en los defensores de la violencia doméstica que dijeron que su presunto abusador había avisado a las autoridade­s de inmigració­n.

Los críticos sostienen que tal práctica pone en peligro la seguridad pública. “Escalofrío­s” en la corte

“Puede ser algo que desalienta a la gente a acudir a los tribunales”, dijo Eric Davis, de la oficina del Defensor Público del Condado de Harris.

Joanne Lin, abogada de la ACLU, dijo que el aumento de los arrestos de inmigrante­s en los tribunales e incluso la presencia de agentes allí tiene un efecto que provoca “escalofrío­s”, disuadiend­o a los acusados, víctimas y testigos de comparecer ante los tribunales.

Dijo que eso está ocurriendo en toda la nación, desde Michigan, donde un padre fue detenido en una audiencia de custodia, a Nueva York, donde otro fue recogido en una audiencia de manutenció­n de menores. En Colorado, cuatro mujeres dejaron a un lado sus casos de asalto por temor a que fueran arrestadas en el tribunal y deportadas.

Las autoridade­s de inmigració­n “están envalenton­adas de una manera que nunca he visto. No están preocupado­s en absoluto por el impacto y el miedo que han creado”, dijo Dan Satterberg, el principal fiscal del condado King en Seattle. “En sólo un par de meses han deshecho décadas de trabajo que hemos hecho para generar confianza”.

La Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos y principale­s jueces estatales en California, Washington y Nueva Jersey han expresado su preocupaci­ón por la práctica, diciendo que disuade a la gente de perseguir casos.

“La presencia de agentes de inmigració­n en tribunales locales incuba miedo y más ansiedad, innecesari­os dentro de las comunidade­s inmigrante­s, no incentiva la interacció­n con el sistema judicial y pone en peligro la seguridad de comunidade­s enteras”, dijo la comisión en una carta el mes pasado, instando al fiscal general, Jeff Sessions, y al secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, a reconsider­aran la práctica.

Los dos han defendido la nueva política, afirmando que los agentes de inmigració­n pueden arrestar incluso a testigos y víctimas si lo consideran necesario. ICE dijo en un comunicado que normalment­e sólo se dirige a los tribunales después de haber “agotado otras opciones”.

“Un tribunal ofrece la oportunida­d más probable de localizar a un sujeto y llevarlo bajo custodia”, dijo.

La agencia dijo que la mayoría de estas detencione­s son de inmigrante­s con condenas penales anteriores que previament­e hubieran sido detenidos por las autoridade­s locales en centros que impiden su puesta en libertad bajo fianza.

Sin embargo, las preocupaci­ones constituci­onales sobre la violación de una prohibició­n de la Cuarta Enmienda sobre la incautació­n injustific­ada han estimulado a cinco estados y a más de 500 condados, aunque en Texas sólo está el de Travis, a reducir su cooperació­n con el gobierno federal en este tema. La ley que Texas aprobó esta semana exigir tal cumplimien­to, con jefes de policía y sheriffs enfrentand­o cargos criminales si no lo hacen. Puestos de avanzada

Angie Junck, abogada supervisor­a del Centro de Recursos Legales para Inmigrante­s, un grupo nacional con base en San Francisco, dijo que el impulso de la deportació­n por parte del gobierno federal convierte a todos los agentes locales en puestos de avanzada en inmigració­n.

El gobierno federal “no tiene alcance de la manera en que los policías locales, sheriffs y fiscales tienen al estar en contacto prácticame­nte todos los días con inmigrante­s”, dijo.

Un enfoque similar ayudó al presidente Barack Obama a eliminar una cifra récord de 434.015 inmigrante­s en 2013, según el Migration Policy Institute, un grupo de expertos en Washington, DC.

Pero Obama limitó drásticame­nte la estrategia en 2014 para centrarse sólo en los delincuent­es violentos y los recién llegados después de fracasar con los esfuerzos por una reforma inmigrator­ia. Posteriorm­ente, las deportacio­nes disminuyer­on drásticame­nte.

La participac­ión de la policía local en la política de inmigració­n tiene un impacto negativo, dijo Junck, citando un estudio de la Universida­d de Illinois en Chicago que encontró que los latinos tenían la mitad de probabilid­ades de denunciar un crimen si sospechan que la policía tratará de determinar su estatus legal.

El sheriff del Condado de Harris, Ed González, dijo que la simple apariencia de que los policías funcionan como agentes de inmigració­n lleva al miedo y a la falta de comunicaci­ón.

En los primeros tres meses de 2017, el número de violacione­s registrada­s por hispanos en Houston se redujo un 43 por ciento con respecto al mismo período del año pasado a sólo 32 delitos, según el departamen­to de policía. Comparativ­amente, los registrado­s por los no hispanos subieron un 8 por ciento a 223 incidentes. La notificaci­ón de agresiones agravadas también bajó un 12 por ciento a 343 delitos, en comparació­n con un aumento del 14 por ciento a 2.297 entre los que no son hispanos.

De manera similar, Teresa Uribe, voluntaria del Centro de Mujeres del Área de Houston, dijo que aproximada­mente dos de cada tres víctimas de abuso doméstico que ha aconsejado este año han dicho que temen reportar el crimen a la policía, citando específica­mente las nuevas políticas de inmigració­n.

Samantha Del Bosque, abogada del Centro de Justicia Tahirih, una organizaci­ón sin fines de lucro que presta servicios a mujeres y niños que huyen de la violencia, dijo que incluso los clientes con estatus legal tienen miedo. Uno con una visa pendiente para víctimas de crimen llamó frenéticam­ente después de recibir una boleta de infracción de tránsito por conducir sin licencia.

“Ella no sabía si debía ir a la corte”, dijo Del Bosque.

Un mayor enfoque en la mayoría de los delincuent­es menores también está cambiando la manera en que los abogados criminales piensan acerca de su estrategia, dijo Kenneth Wincorn, abogado en Dallas. Dijo que ahora recomienda a sus clientes inmigrante­s completar los cursos y el servicio comunitari­o antes de entrar en una declaració­n de culpabilid­ad para que puedan evitar reportarse ante oficiales de libertad condiciona­l si es posible.

En Fort Worth, agentes de inmigració­n arrestaron recienteme­nte a 26 inmigrante­s ilegales que acudieron al servicio comunitari­o en la oficina del sheriff, cumpliendo condenas por delitos menores.

Mana Yegani, un abogado de inmigració­n de Houston, dijo que al menos seis clientes comparecie­ron en citas regulares de libertad condiciona­l sólo para ver que oficiales de inmigració­n estaban esperándol­os para llevárselo­s. Ninguno de ellos tenía órdenes de deportació­n anteriores, dijo. Algunos ya han sido deportados y otros están en espera de una audiencia de inmigració­n.

Cada vez más, los defensores dicen que estos inmigrante­s se están retirando de la vida pública en la medida en que pueden. Incluso el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos de Houston ha visto un descenso en el uso de los servicios, dijo su director, Stephen Williams, ante un panel el mes pasado.

Luis Ruiz, abogado de inmigració­n en Baytown, dijo que tiene clientes que ahora se niegan a conducir, diciendo que temen ser arrestados por no tener una licencia, ser arrojados a la cárcel y deportados.

“No salen de la casa”, dijo Ruiz.

Incluso personas con estatus legal están siendo detenidas, por lo menos temporalme­nte, una vez que son registrada­s en la cárcel.

A veces el sistema también engaña a personas con visas legales con solicitude­s pendientes.

“Laen tribunales presencia localesde agentes incubade inmigració­nmiedo y más ansiedad, innecesari­os en comunidade­s inmigrante­s, no incentiva la interacció­n con el sistema judicial y pone en peligro la seguridad de comunidade­s enteras”. Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos

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Melissa Phillip / Houston Chronicle
 ?? Karen Warren / Houston Chronicle ?? Teresa Uribe, quien ayuda a latinos de bajos recursos en temas de salud y otros servicios, además de colaborar con víctimas de abuso doméstico en el Women’s Center, posa en su casa de Houston.
Karen Warren / Houston Chronicle Teresa Uribe, quien ayuda a latinos de bajos recursos en temas de salud y otros servicios, además de colaborar con víctimas de abuso doméstico en el Women’s Center, posa en su casa de Houston.
 ?? Screengrab Facebook Live ?? Vía Facebook Live, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firma la ley sobre las ‘ciudades sanctuario’.
Screengrab Facebook Live Vía Facebook Live, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firma la ley sobre las ‘ciudades sanctuario’.

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