Houston Chronicle Sunday

Villafaña trata de ganarse un lugar con Arena en la renovada selección de Estados Unidos hacia Rusia

DEPORTES

- Pat Graham AP

‘SUEÑO’: el apodo encaja perfectame­nte en la historia de Jorge Villafaña, defensor de la selección estadounid­ense de fútbol de origen mexicano. Nació en el sur de California, pero se fue con su familia a México de niño y pasó su infancia allí, jugando al fútbol en las calles antes de regresar y radicarse en Anaheim.

Lo llaman ‘Sueño’, y el apodo encaja perfectame­nte en la historia de Jorge Villafaña, defensor de la selección estadounid­ense de fútbol de origen mexicano.

Nació en el sur de California, pero se fue con su familia a México de niño y pasó su infancia allí, jugando al fútbol en las calles antes de regresar y radicarse en Anaheim. Siendo adolescent­e se presentó a un programa de búsqueda de talentos de la MLS transmitid­o por televisión --la primera edición de Sueño MLS-- y resultó el vencedor. Fue el inicio de una carrera que lo vio debutar en la selección en enero, a los 27 años, en busca de la titularida­d en un lateral izquierdo al que no le encuentran dueño.

“Me encanta mi historia”, dice el jugador, que cambió su apellido de Flores a Villafaña hace algunos años en homenaje a su madre. “Es una buena historia”.

A la que le sigue agregando capítulos nuevos.

Bruce Arena, quien reemplazó a Jurgen Klinsman como técnico de la selección en noviembre, vio a Villafaña a comienzos de 2016, cuando Santos Laguna, el equipo del lateral eliminó al Galaxy de Los Ángeles de la Liga de Campeones de la CONCACAF con un marcador global de 4-0.

“Me acuerdo que hablé con él después del partido y le pregunté si alguna vez le habían hablado de la selección. Me dijo que nunca”, relata Arena. “Cuando me nombraron en la selección, lo primero que hice fue decir: ‘necesitamo­s ayuda en el lateral izquierdo’ y lo convocamos”.

Villafaña se ganó la titularida­d en Santos Laguna a mediados de marzo y la conservó hasta el cierre de la liga mexicana en mayo. Fue llamado para el plantel que reanudó su campaña en busca de la clasificac­ión al Mundial de 2018 con un triunfo de 2-0 ante Trinidad y Tobago en Commerce City, Colorado, y un empate de 1-1 ante México en el estadio Azteca tres días después. Previament­e, el equipo de Arena empató 1-1 en un amistoso con Venezuela en Sandy, Utah.

Villafaña se radicó con su familia en Guanajuato cuando era pequeño y allí aprendió a jugar, en las calles de la ciudad. Dice que nunca había jugado en una cancha grande hasta que llegó a Anaheim de adolescent­e.

En 2007, la MLS lanzó el concurso ‘Sueño MLS’ con la esperanza de descubrir nuevos talentos. El ganador fue recibido en una academia de la liga estadounid­ense.

Villafaña casi no fue a la prueba porque pensaba ir ese mismo día a misa. Pero su familia lo convenció. Su tío lo llevó al lugar de la prueba, a media hora de auto. Al llegar descubrier­on que no tenía garantizad­a una prueba ya que no se había inscrito y sólo se la tomarían si alguien no se presentaba. Así sucedió y Villafaña aprovechó al máximo la ocasión, mostrando velocidad, habilidad y confianza.

Se incorporó al equipo sub19 de Chivas USA en marzo de 2007 y en pocos meses llegó al plantel profesiona­l. Jugó siete años allí hasta que pasó a los Timbers de Portland, con los que salió campeón de la MLS en 2015.

Siempre tuvo la ilusión de llegar al equipo nacional. Jugó 16 partidos con la selección sub20 entre 2007 y 2009, y llegó a ser su capitán. No fue tenido en cuenta por Klinsmann, pero Arena lo invitó a una prueba en enero en Carson, California, y dejó una buena impresión.

Debutó ingresando a los 69 minutos de un partido amistoso contra Serbia el 29 de enero y fue titular en un par de encuentros por las eliminator­ias, la victoria 6-0 en casa sobre Honduras el 24 de marzo y un empate 1-1 con Panamá de visitante cuatro días después.

“Es un buen jugador”, dijo Arena. “Tiene que mejorar, pero promete”.

Dado que Arena prefiere usar a Fabian Johnson en el mediocampo, donde juega con el Borussia Moenchengl­adbach, de Alemania, es previsible que Villafaña siga en el lateral izquierdo. Pelea esa plaza con DaMarcus Beasley, el vterano de 35 años del Houston Dynamo y quien procura jugar su quinta Copa Mundial.

“Me entusiasma la posibilida­d de volver a lucir la casaca nacional y representa­r a mi país”, dijo Villafaña.

¿Qué hubiera pasado si no iba a la prueba de adolescent­e?

“No sé”, responde. “Cambió mi vida. La gente me dice, ‘segurament­e estás cansado de que te pregunten sobre tu historia’. Pero todos piensan que es una linda historia. Lo es. Sólo que me pasó a mí y lo tomo como algo normal”.

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Ringo H.W. Chiu / AP El volante Jorge Flores Villafaña controla la pelota durante un partido del Santos Laguna frente al Galaxy de Los Ángeles en Carson, California, por la Liga de Campeones.
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Ringo H.W. Chiu / AP El mediocampi­sta de Santos Laguna Jorge Flores Villafaña (izq.) salta a cabecear el balón junto al delantero Gyasi Zardes, del Galaxy de Los Ángeles, en un partido de la Liga de Campeones en California.

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