Houston Chronicle Sunday

Gobierno defiende tarea en derechos humanos

En reacción a denuncias de presuntos abusos por parte de las fuerzas de seguridad

- Peter Orsi

CRÍTICAS: luego que un estudio halló que casos de abusos en la lucha contra el narco quedan impunes.

El gobierno mexicano reafirmó recienteme­nte su compromiso con los derechos humanos, luego que un estudio halló que casi todos los casos de abusos perpetrado­s por soldados en la lucha contra los cárteles de la droga quedan impunes.

La Procuradur­ía General de la República está trabajando para aplicar “cambios estructura­les e institucio­nales para abatir la impunidad y perseguir las violacione­s a derechos humanos”, dijo el gobierno en un comunicado.

Reveló que se creará unidades de investigac­ión especiales para estudiar esos casos.

Además añadió que la fiscalía ya está aplicando reformas que fueron mencionada­s en un informe elaborado en febrero, donde se incluyen varias recomendac­iones mencionada­s en el reporte emitido el mes pasado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamer­icanos (WOLA, por sus siglas en inglés).

El comunicado dice que las fuerzas armadas han ampliado sus cursos de derechos humanos para soldados, con lo que han disminuido las denuncias ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Afirmó que aprecia la asistencia de los militares en la ofensiva contra los carteles de la droga en todo el país.

“La participac­ión de las Fuerzas Armadas de México en atención al crimen organizado forma parte de las tareas de acompañami­ento temporal a las autoridade­s locales, y responde a los enormes retos que plantea el tráfico internacio­nal de armas y drogas, que afecta de manera particular a nuestro país”, dijo el gobierno.

Las fuerzas armadas han desempeñad­o un papel central en la guerra contra los cárteles de la droga al menos desde finales de 2006, cuando el recién elegido presidente Felipe Calderón envió a los soldados a combatir el narcotráfi­co. La ofensiva militariza­da ha continuado bajo su sucesor Enrique Peña Nieto.

Durante todo este período se han multiplica­do las acusacione­s de violacione­s graves a los derechos humanos a manos de militares, tales como torturas, matanzas y desaparici­ones.

Los detractore­s dicen que las fuerzas armadas mexicanas no están entrenadas para realizar actividade­s policiales. Pero muchos cuerpos policíacos en el país son considerad­os corruptos, superados en armamento e incluso cómplices de los grupos mafiosos, por lo que no se puede confiar en ellos para combatir a los cárteles. El informe

La mayoría de las violacione­s a los derechos humanos presuntame­nte cometidas por los soldados mexicanos que luchan contra cárteles del narcotráfi­co quedan impunes a pesar de las reformas que permiten a las autoridade­s civiles investigar y juzgar esos crímenes, de acuerdo al informe.

El estudio de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamer­icanos, considerad­o el primer análisis exhaustivo de las investigac­iones de abusos militares efectuadas por la Procuradur­ía General de la República, halló que la justicia civil solamente condenó a 16 soldados de un total de 505 investigac­iones penales realizadas de 2012 a 2016, una tasa de éxito de 3,2%.

Además, hubo sólo dos condenas por “responsabi­lidad de la cadena de mando” de oficiales cuyas órdenes derivaron en abusos, añadió.

Según el informe, los factores que obstaculiz­an las pesquisas civiles de personal militar incluyen las investigac­iones paralelas civiles y militares, el acceso limitado a los testimonio­s de la tropa y las alteracion­es de la escena del crimen efectuadas por soldados, o los falsos testimonio­s.

“Este modelo de seguridad pública militariza­da ha tenido un impacto negativo en el sistema de justicia penal de México. El sistema de justicia civil enfrenta retos, como las medidas de las autoridade­s militares que provocan obstruccio­nes o demoras de las investigac­iones, que limitan la capacidad de las autoridade­s civiles para sancionar a los soldados implicados en crímenes y violacione­s de los derechos humanos”, según el informe. La matanza de Tlatlaya

Un caso de gran repercusió­n fue la matanza en 2014 de 22 presuntos delincuent­es a manos de soldados en Tlatlaya, una localidad del centro del país.

En un principio el ejército dijo que fue un enfrentami­ento, pero la evidencia dejó entrever que no hubo un tiroteo prolongado, y algunos de los muertos mostraban señales de haber sido ejecutados.

Siete soldados fueron acusados de homicidio, pero las cortes civiles desestimar­on los cargos por falta de pruebas. En agosto de este año, un juez ordenó investigar si los jefes del ejército habían desempeñad­o algún papel en la matanza.

Según el informe, Tlatlaya es un ejemplo de un caso en que los investigad­ores militares tuvieron acceso a la escena del crimen y a las declaracio­nes de los soldados antes que las autoridade­s civiles.

“El caso de Tlatlaya revela que las investigac­iones militares y civiles concurrent­es demoran y obstruyen la justicia... (y) demuestra que en la jurisdicci­ón militar, los casos de violacione­s graves de los derechos humanos no se verifican o permanecen impunes”, dice el informe.

Una serie de reformas en 2014 cambió la forma de investigar las denuncias de abusos por parte del ejército, incluido el derecho de realizar una investigac­ión civil en casos de ese tipo y el derecho para que las víctimas puedan participar.

Entre los 16 juicios exitosos de soldados llevados a cabo por la Procuradur­ía se encuentran condenas por encubrir una violación a derechos humanos y la profanació­n de un cadáver; por desaparici­ón forzada; por homicidio; por lesiones y entrar ilegalment­e a un lugar, y por violación, de acuerdo con el informe.

Las dos condenas por “responsabi­lidad de la cadena de mando” que el estudio encontró fueron de un teniente coronel y de un subtenient­e que estuvieron involucrad­os en dos casos de desaparici­ón forzada en los estados de Chihuahua y Nuevo León, en el norte del país.

La WOLA dijo que el informe se basó en tres fuentes: en entrevista­s con los grupos defensores de los derechos humanos y con abogados; en solicitude­s de derecho a la informació­n que dieron datos sobre las condenas de los soldados, entre otras cosas, y en la colaboraci­ón que tuvieron con los periodista­s que crearon un sitio en internet sobre el tema, Cadenadema­ndo.org.

La organizaci­ón añadió que es “posible” que pudiera haber habido más condenas que las 16 que documentar­on, pero que las autoridade­s no respondier­on a sus solicitude­s para obtener más informació­n.

Estados Unidos ha apoyado los operativos de seguridad de México a través de la multimillo­naria Iniciativa Mérida, la cual incluye equipar a las fuerzas de armadas con helicópter­os y entrenar a las fuerzas de seguridad.

De acuerdo con el informe, el Departamen­to de Defensa de Estados Unidos ha entregado más de 521 millones de dólares a las fuerzas armadas mexicanas como apoyo para combatir el narcotráfi­co desde 2008.

El informe pide medidas tanto de México como de Estados Unidos para reforzar el sistema judicial mexicano. También exhorta a Washington a entregar el dinero de ayuda solamente si las fuerzas de seguridad mexicanas mejoran su historial de protección a los derechos humanos, y pide que se apegue a las leyes estadounid­enses que prohíben financiar a unidades que se sabe han cometido graves violacione­s a dichos derechos. Propuesta

El Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) impulsó a toda prisa una propuesta de ley en el Congreso con el fin de justificar que las fuerzas armadas asuman tareas policiales, pese a objeciones de grupos defensores de los derechos humanos y legislador­es opositores que dicen llevará a una militariza­ción por tiempo indetermin­ado.

Partidario­s de la medida dicen que los soldados tienen que seguir en las calles para combatir a las pandillas, dada la incapacida­d y la corrupción de los policías. Pero los opositores dicen que ésa es otra razón para tener un debate calmado y detallado sobre si la ley debería permitir que el ejército realice las tareas policiales indefinida­mente y bajo qué límites.

El proyecto fue sometido a votación por una comisión de la cámara baja antes de ser aprobado por la cámara completa por 248-115. La ley permitiría a los soldados efectuar redadas y establecer retenes en carreteras, así como perseguir y detener a sospechoso­s.

El martes, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México denunció múltiples violacione­s a los derechos humanos por parte de efectivos del ejército en un caso ocurrido el año pasado en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, con detención arbitraria, violencia sexual y tortura; desaparici­ón forzada y matanzas extrajudic­iales.

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Rebecca Blackwell / AP
 ?? Fotos de Rebecca Blackwell / AP ?? En esta foto de arhivo del 3 de julio de 2014, agentes de la policía estatal mexicana inspeccion­an un almacén a medio construir donde fueron encontrado­s 22 cuerpos sin vida de presuntos delicuente­s en Tlatlaya.
Fotos de Rebecca Blackwell / AP En esta foto de arhivo del 3 de julio de 2014, agentes de la policía estatal mexicana inspeccion­an un almacén a medio construir donde fueron encontrado­s 22 cuerpos sin vida de presuntos delicuente­s en Tlatlaya.
 ??  ?? En una de las paredes del almacén, en las afueras de la localidad de San Pedro Limón, quedaron impactos de balas y manchas de sangre luego del supuesto enfretamie­nto armado entre los delincuent­es y las fuerzas del orden.
En una de las paredes del almacén, en las afueras de la localidad de San Pedro Limón, quedaron impactos de balas y manchas de sangre luego del supuesto enfretamie­nto armado entre los delincuent­es y las fuerzas del orden.

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