Houston Chronicle Sunday

Candidatos independie­ntes enfrentan obstáculos para elecciones

MÉXICO

- Mark Stevenson

QUEJAS: dicen que la aplicación utilizada para juntar las firmas necesarias para estar en la boleta es, en el mejor de los casos, defectuosa, y en el peor, discrimina­toria y racista.

Se suponía que la primera elección presidenci­al con candidatos independie­ntes iba a ser un avance para el costoso y engorroso sistema electoral de México, el cual ha estado dominado por partidos políticos sumamente impopulare­s.

Pero a los candidatos independie­ntes se les está obligando a usar una aplicación de celular para juntar 866.000 firmas que necesitan para que sus nombres sean incluidos en la boleta electoral, a pesar de que el servicio de telefonía móvil no llega a todas las regiones y sólo una minoría puede costear un smartphone.

Candidatos independie­ntes de todo el espectro político dicen que la aplicación es, en el mejor de los casos, defectuosa, y en el peor, discrimina­toria y racista.

Los partidos que ya cuentan con registro aparecen en las papeletas automática­mente y sus gastos son pagados en su totalidad por los contribuye­ntes.

El Instituto Nacional Electoral, que diseñó la aplicación, gastará 1.300 millones de dólares en las elecciones presidenci­ales del 1 de julio, además de otras contiendas del año próximo.

Los críticos dicen que el INE está alejado de la realidad, en su burbuja y sólo sirve a los grandes intereses políticos.

La app está diseñada para que la persona pueda tomar una foto de su credencial para votar y la envíe, junto con los demás datos, a la base de datos. Pero es tan defectuosa que Margarita Zavala, candidata independie­nte y esposa del ex presidente Felipe Calderón, publicó un video en el que se burla de la misma al enseñale a la gente cómo usarla.

“Te voy a enseñar en dos sencillos pasos como registrar una firma”, dice Zavala en el video, pero tras varios intentos fallidos, mensajes de error y media hora invertida, se da por vencida: “Bueno luego te lo explico porque todavía no jala (funciona) bien la aplicación”.

Eso fue grabado en la Ciudad de México. Imagine la situación en las aisladas montañas del estado sureño de Chiapas, donde muchas viviendas todavía usan velas para la iluminació­n y queman leña para calefacció­n.

Eso es lo que le molesta a María de Jesús Patricio, mejor conocida por su apodo MariChuy, la primera candidata indígena independie­nte.

Es grande el apoyo a ella entre militantes zapatistas de Chiapas, que en 1994 protagoniz­aron un breve alzamiento en defensa de los derechos de los indígenas. Muchas de las comunidade­s no tienen siquiera líneas fijas de telefonía, ni hablar de celular.

“En el mejor de los casos, se habría diseñado un proceso pensando en un país que no es México. Realizable, quizá, en países como Suiza o Suecia”, opinó un grupo partidario de MariChuy.

El instituto electoral dice que la app busca evitar el fraude electoral, situación que ocurrió en elecciones anteriores donde algunos candidatos registraba­n a votantes muertos o inscribían a una persona varias veces.

Pero la aplicación requiere una conexión inalámbric­a de alta velocidad y funciona en los modelos más modernos de smartphone­s.

El INE dice que le ha permitido a las campañas recaudar firmas en papel, como se hacía antes en elecciones locales, en un 5% de las comunidade­s rurales, en las zonas más pobres del país.

Pero cada campaña ha tenido que presentar una solicitud separada para que se le permita usar formulario­s de papel, y todos saben que la cobertura de la telefonía celular es defectuosa en mucho más que el 5% del territorio. Hasta la empresa de telefonía celular más grande del país no promete cubrir la totalidad del territorio nacional. La campaña de MariChuy calculó que un smartphone promedio compatible con la aplicación del INE cuesta el equivalent­e al triple del salario mínimo mensual.

“¿Ha habido alguna complicaci­ón con la app? Sí”, reconoció Lorenzo Córdova, presidente del INE, durante una entrevista con la cadena Televisa. Prometió que habría una actualizac­ión o una revisión del software.

Dicha promesa y el compromiso de extender una semana el plazo para juntar las firmas —que inicialmen­te concluiría el 12 de febrero— parecen vacías para los simpatizan­tes de la candidata indígena.

Nuestra campaña “se realizará prioritari­amente ahí donde se encuentra el México profundo, ahí donde nunca llega ningún candidato, ahí donde no hay señal de celulares, ahí donde es imposible llevar una fotocopiad­ora, donde muchas veces no hay siquiera luz eléctrica”, escribiero­n los simpatizan­tes de MariChuy.

“No nos quejamos de sus reglas. Las conocíamos y decidimos trabajar con ellas... A pesar de ellas —y de su carácter racista, clasista y discrimina­torio— podremos lograr nuestro objetivo”, agregaron.

Zavala sugirió al instituto electoral que convierta las 300 oficinas distritale­s que tiene en todo el país en módulos para recolectar firmas para los candidatos independie­ntes.

No es la primera vez que en México las élites políticas, las cuales generalmen­te tienen estudios en el extranjero, han errado al comportars­e como si vivieran en un país de primer mundo.

En 2003, el gobierno del entonces presidente Vicente Fox Quesada programó consultas con trabajador­es agrícolas y les dijo que sus propuestas debían presentars­e a través del programa PowerPoint, cuando pocos de los agricultor­es tenían computador­as.

 ?? Eduardo Verdugo / AP ?? María de Jesús Patricio, candidata por el Congreso Nacional Indígena.
Eduardo Verdugo / AP María de Jesús Patricio, candidata por el Congreso Nacional Indígena.
 ?? Eduardo Verdugo / AP ?? María de Jesús Patricio, candidata presidenci­al por el Congreso Indígena Nacional, hace campaña en una zona de influencia zapatista en Oventic, en Chiapas.
Eduardo Verdugo / AP María de Jesús Patricio, candidata presidenci­al por el Congreso Indígena Nacional, hace campaña en una zona de influencia zapatista en Oventic, en Chiapas.

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