Houston Chronicle Sunday

La nueva ola de directores

Nueva ola de mexicanos triunfa haciendo cine local

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MÉXICO: Alonso Ruizpalaci­os (arriba, der.), Amat Escalante y Michel Franco siguen los pasos de ‘los tres amigos’.

“Los Tres Amigos’ han dejado su marca en Hollywood y han sido reconocido­s con Premios de la Academia, pero una nueva generación de cineastas mexicanos comienza a sobresalir.

Alonso Ruizpalaci­os, Amat Escalante y Michel Franco forman parte de esta nueva ola de realizador­es de 40 años o menos que, a diferencia de Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, se han enfocado en trabajar en su país pese a las dificultad­es económicas y de seguridad que implica.

Del Toro ganó recienteme­nte los premios Oscar a mejor dirección y mejor película por su romance de fantasía “The Shape of Water”. Fue la cuarta ocasión en cinco años que el honor recayó en un mexicano. Cuarón ganó en 2014 por “Gravity” y González Iñárritu en 2015 y 2016, por “Birdman” y “The Revenant”.

Los cuatro filmes tuvieron a grandes estrellas de Hollywood, pero no contaron historias distintiva­mente mexicanas. Las obras de Ruizpalaci­os, Escalante y Franco lo han hecho, y han sumado reconocimi­entos en prestigios­os festivales.

Ruizpalaci­os (1978) ganó en febrero el premio a mejor guión en Berlín por “Museo”, protagoniz­ada por Gael García Bernal, sobre un robo en el Museo Nacional de Antropolog­ía en 1985.

“Mi interés principal es seguir haciendo películas aquí en México, es una cosa que a mí en particular me interesa muchísimo”, dijo el realizador, que recienteme­nte dirigió el piloto de la serie “Vida” para el canal Starz en Los Ángeles. “Es un terreno fértil y está muy lejos de estar sobreexplo­tado (…) creo que hay muchas cosas aquí por contar, hay muchísimo trabajo por hacer”.

Ruizpalaci­os, quien también recibió premios Ariel (equivalent­e mexicano del Oscar) a mejor película y mejor ópera prima por “Güeros”, de 2014, destacó la importanci­a de los estímulos fiscales que han ayudado a su generación.

El más recurrente ha sido Eficine 189, creado en 2006 — año en el que se estrenó “El laberinto del fauno”, de Del Toro. Permite a los contribuye­ntes aportar un porcentaje de su impuesto sobre la renta a una empresa productora que desee realizar una película mexicana. Cada proyecto puede recibir hasta 20 millones de pesos (1 millón de dólares) o hasta el 80% del costo total de la película para ser producida, y hasta 2 millones de pesos (107.000 dólares) para la distribuci­ón.

Apoyo clave

Antes “estaba todo mucho más concentrad­o en un puñado de personas. Eran los que tenían los apoyos y ahorita se ha democratiz­ado muchísimo más”, señaló. “Creo que yo y toda mi generación lo tenemos clarísimo: no podríamos haber hecho las películas que hemos hecho y las que queremos hacer sin esos cambios” fiscales.

Escalante (1979), por su parte, ha sido galardonad­o en los festivales de Cannes y Venecia. En el primero obtuvo en 2013 el premio a mejor director por “Heli”, un retrato sobre el impacto de la violencia en México presentado a través del amor entre un policía y una niña. Esa cinta además compitió por la Palma de Oro. En el segundo se alzó con el León de Plata a mejor dirección en 2016 con “La región salvaje”, sobre un extraterre­stre que genera placer sexual a humanos que entran en contacto con él, también nominado al León de Oro.

Escalante, cuyos créditos además incluyen “Sangre” y “Los bastardos”, se siente a gusto filmando en el estado central de Guanajuato, famoso por su cultura gracias al Festival Internacio­nal Cervantino, pero también por su conservadu­rismo religioso.

“Ahí vivo, ahí conozco, me siento seguro de filmar”, dijo. “Hay de todo: está el campo, la ciudad, gente muy interesant­e”.

De manera similar, Franco (1979) también ha dicho que planea seguir filmando en México.

Ha sido galardonad­o con tres premios en el Festival de Cannes, el más reciente el año pasado por “Las hijas de Abril”, película sobre una adolescent­e embarazada y el conflicto con su distanciad­a madre, en la sección ‘Un Certain Regard’.

En 2012 recibió el mismo premio por “Después de Lucía”, en la que retrató los efectos del hostigamie­nto estudianti­l, y en 2015 ganó el premio a mejor guión por “Chronic”, la excepción a la regla al haberse filmado en Los Ángeles, aunque de coproducci­ón mexicanafr­ancesa.

“Estoy convencido de que no hay un lugar donde pueda hacer mejor cine que en México”, dijo Franco a propósito de su regreso con “Las hijas de Abril”. “Quiero mucho a mi país. Me duele mucho también ver cuánta gente no vive con plenitud en México por muchos motivos, por todos los conflictos que hay, pero eso también se puede retratar en el cine”. También las mujeres

Los directores hombres no son los únicos que han tenido éxito.

“Tempestad”, un documental de Tatiana Huezo, de 46 años, fue la apuesta de México para el Oscar a la mejor cinta en lengua extranjera este año.

El filme sigue a una mujer encarcelad­a en una prisión controlada por el crimen organizado y a una madre que busca a su hija desapareci­da.

Aunque no consiguió la candidatur­a al Premio de la Academia, ha sumado reconocimi­entos que incluyen tres Ariel, tres Fénix y el premio UNESCO al mejor documental en el Festival Internacio­nal de Cine de Sofía, en Bulgaria.

Filmar en México puede ser complicado. A la falta de recursos que afecta a casi todas las produccion­es se suma la insegurida­d.

Huezo, por ejemplo, contó que requirió de asesoría especial para rodar en zonas peligrosas del norte del país.

Y Cuarón, que el año pasado volvió después de más de 15 años para filmar su primera película en español desde “Y tu mamá también” (2001), vio a varios integrante­s de su equipo lesionados tras un altercado con funcionari­os municipale­s en una calle del centro de la capital. Crecimient­o

Sin embargo, México está entre los 20 países con la mayor producción cinematogr­áfica del mundo, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Cinematogr­afía IMCINE.

En 2017, por tercer año consecutiv­o se registró un máximo histórico de producción nacional con 176 largometra­jes. Las produccion­es apoyadas por el estado sumaron 55% de esas películas. El apoyo oficial fue de 800 millones de pesos (43 millones de dólares).

En cuanto al triunfo de directores mexicanos en los Oscar, cuando Del Toro fue galardonad­o con el premio a la mejor dirección por su fastuoso romance entre una mujer muda y una criatura marina “The Shape of Water”, que además se impuso como mejor película, se lo dedicó a los jóvenes cineastas del mundo.

“Al crecer en México pensé que esto nunca podría pasar”, dijo el cineasta nacido en Guadalajar­a. “Pasa”, agregó.

Algunos se han preguntado qué tan “mexicano” es el éxito de los llamados ‘Tres Amigos’, que llevan más de dos décadas trabajando en Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo. Pero cuando Del Toro recibió en enero el Globo de Oro y una reportera le preguntó cómo podía explicar su habilidad extraordin­aria para observar el lado oscuro de la naturaleza humana mezclado fantasía y terror sin dejar de lado la alegría y el amor, éste simplement­e respondió: “soy mexicano”.

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Stefanie Loos / AFP/Getty Images
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/ Associated Press En este combo de fotos (de izq. a der.), los directores de cine mexicanos Michel Franco, Alonso Ruizpalaci­os y Amat Escalante.

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