Houston Chronicle Sunday

Expertos buscan salvar la cotorra puertorriq­ueña tras María

Más de la mitad de la población de aves de color verde brillante desapareci­ó tras el paso del huracán

- Por Dánica Coto

Los biólogos están intentando salvar los últimos ejemplares de cotorra puertorriq­ueña luego de que más de la mitad de la población de aves de color verde brillante desapareci­eron tras el paso del huracán María por Puerto Rico, que destruyó su hábitat y fuentes de alimento.

En la selva tropical de El Yunque, solo dos de los 56 ejemplares silvestres que vivían allí sobrevivie­ron al huracán de categoría 4 que azotó el territorio estadounid­ense en septiembre de 2017. Cuatro de las 31 cotorras de un bosque en la ciudad occidental de Maricao superaron la tormenta, así como 75 de las 134 de Río Abajo, en las montañas del centro de la isla, según los científico­s.

Aunque desde el paso de María han nacido docenas de crías tanto en cautividad como en la naturaleza, según los científico­s la especie sigue en peligro.

“Tenemos mucho trabajo por realizar“, dijo Gustavo Olivieri, coordinado­r del programa para la recuperaci­ón de la especie del Departamen­to de Recursos Naturales de Puerto Rico.

Científico­s locales y federales se reunirán el próximo mes para debatir la mejor forma de revivir una especie que, aunque llegó a tener más de un millón de ejemplares en el siglo XIX, se quedó en apenas 13 en la década de 1970 tras años de deforestac­ión.

Los gobiernos de Estados Unidos y Puerto Rico lanzaron un programa en 1972 que estableció tres centros de cría. Semanas antes del paso de María, los científico­s reportaron 56 ejemplares de cotorra puertorriq­ueña silvestre, o iguaca, en El Yunque, la mayor población desde el comienzo de la iniciativa.

Pero el declive de la población es especialme­nte preocupant­e ahora porque las cotorras que desapareci­eron en El Yunque eran parte de las últimas que quedaban en libertad, explicó Marisel López, que supervisa el programa de recuperaci­ón de las aves en la selva tropical para el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

“Fue devastador. Después de tantos años trabajando en este proyecto…”, manifestó López.

La cotorra puertorriq­ueña es el último loro nativo de Puerto Rico y una de las cerca de 30 especies de loros amazónicos que pueden encontrars­e en América. Los pájaros, de frente roja y toques turquesa en las alas, pueden crecer hasta 30 centímetro­s (un pie) y son conocidos por su discreción y porque normalment­e tienen una única pareja en su vida, con la que se reproducen una vez al año.

Los centros de reproducci­ón de El Yunque y Río Abajo tienen más de 460 aves, pero los científico­s no han liberado ningún ejemplar desde María. El tercer centro, en la localidad de Maricao, todavía no abrió sus puertas liego del paso del meteoro. Los científico­s están intentando determinar la mejor forma de preparar a los animales para su liberación dado que hay pocos ejemplares con los que puedan interactua­r en la naturaleza, y si los dañados bosques de la isla pueden garantizar su subsistenc­ia.

Una de las propuestas que estudian los expertos consiste en capturar a algunas de las cotorras que viven en Río Abajo para colocarlas en las mismas jaulas que las que serán liberadas y que estas puedan aprender a imitar su comportami­ento social para asegurar su superviven­cia, dijo Jafet Vélez, biólogo de vida salvaje de Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

Los científico­s planean liberar a 20 pájaros de forma tentativa en Río Abajo el próximo año.

Otra propuesta contempla soltar más cotorras en Maricao ya que allí María dejó menos daños.

“Nuestra prioridad ahora no es reproducci­ón… Es empezar a liberar“, explicó López, agregando que los centros de cría no pueden albergar a tantos animales.

Pero antes, necesitan asegurar que los bosques pueden ofrecerles comida y refugio.

Jessica Ilse, bióloga forestal del Servicio Forestal de Estados Unidos en El Yunque, explicó que los científico­s están recopiland­o datos sobre la cantidad de fruta y hojas que caen de los árboles. El follaje de los árboles no ha vuelto a crecer desde María y advirtió del asentamien­to de especies invasoras aprovechan­do que llega más luz solar. Muchos de los arboles grandes donde solían anidar las cotorras han desapareci­do, apuntó Ilse, recordando que hicieron falta 14 meses para que el dosel arbóreo de El Yunque se recuperase tras Hugo, un huracán de categoría tres que barrió la isla en 1989.

Los científico­s están también recopiland­o nuevos datos sobre el número de predadores en El Yunque, incluyendo el guaraguao, un halcón de cola roja que caza cotorras. Sin las copas de los árboles y un camuflaje adecuado, las cotorras en libertad son un objetivo fácil.

Científico­s locales y federales tienen previsto contribuir a la recuperaci­ón de la selva sembrando vegetación, apuntó Ilse. A finales de noviembre esperan tener un mapa que detalle las zonas más amenazadas en El Yunque y un listado de árboles que pueden plantar que son más residentes a huracanes.

“La gente sigue preguntánd­onos, `¿Cuánto se va a demorar?'”, apuntó Ilse, añadiendo que los científico­s no tienen una respuesta.

“El daño es más extensor que el de (los huracanes) Hugo y George… Ha sido un cambio completo del ecosistema“, concluyó.

 ?? Carlos Giusti/AP ?? En la selva tropical de El Yunque, solo dos de los 56 ejemplares silvestres que vivían allí sobrevivie­ron al huracán de categoría 4 que azotó el territorio estadounid­ense en septiembre de 2017. Cuatro de las 31 cotorras de un bosque en la ciudad occidental de Maricao superaron la tormenta, así como 75 de las 134 de Río Abajo, en las montañas del centro de la isla, según los científico­s.
Carlos Giusti/AP En la selva tropical de El Yunque, solo dos de los 56 ejemplares silvestres que vivían allí sobrevivie­ron al huracán de categoría 4 que azotó el territorio estadounid­ense en septiembre de 2017. Cuatro de las 31 cotorras de un bosque en la ciudad occidental de Maricao superaron la tormenta, así como 75 de las 134 de Río Abajo, en las montañas del centro de la isla, según los científico­s.

Newspapers in English

Newspapers from United States