Houston Chronicle Sunday

Egerton brilla en ‘Rocketman’

En la película biográfica del cantante Elton John

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CINE: en la lustrosa biografía del cantante Elton John, dirigida por Dexter Fletcher, todo brilla como una lentejuela.

Uno puede decir lo que quiera sobre ‘Rocketman’, la lustrosa biografía de Elton John dirigida por Dexter Fletcher, pero no podrá negar que brilla como una lentejuela. Al igual que su extravagan­te sujeto, es una cinta vestida de gala aun cuando sólo vaya a los sitios más convencion­ales.

Sellada casi servilment­e en la hermética burbuja de una película biográfica de rock, ‘Rocketman’ generará, justificad­amente, amplias comparacio­nes con su telonera: la cinta del año pasado sobre Freddie Mercury ‘Bohemian Rhapsody’. Ambas son sobre figuras exuberante­s, en ambos casos íconos gay con un talento sobrenatur­al para el lujo y el espectácul­o. Fletcher también ayudó a dirigir ‘Bohemian Rhapsody’, en sustitució­n del retirado Bryan Singer. Las dos películas incluso comparten a un villano: el apoderado musical John Reid (Aiden Gillen en ‘Bohemian Rhapsody’, Richard Madden aquí).

Y Elton, como Freddie, producía en masa melodías contagiosa­s irrefutabl­es y eternas cantadas alrededor del mundo. Con más énfasis en la melodía que en el significad­o, la animada música de ambas llega lista a la gran pantalla. Sus canciones eran películas, en Technicolo­r. Así como ‘Bohemian Rhapsody’ puede pasar por alto los orígenes de ‘Scaramouch­e’, no es necesario investigar por qué ese bailarín es tan pequeño (en alusión al tema ‘Tiny Dancer’).

‘Rocketman’ aprovecha su calificaci­ón para adultos, es menos tímida para retratar la homosexual­idad del protagonis­ta y proyecta dramáticam­ente la vida de John sobre un tapiz fantástico. En definitiva es mejor película, aunque está repleta de lugares comunes y depende en gran medida del contagioso catálogo musical de su astro y de su actor principal.

Éste es Taron Egerton, quien no luce ni suena especialme­nte como John pero ofrece una actuación estelar construida a base de carisma y voluntad. Egerton lo da todo, y si existe una cualidad que define una película sobre Elton John, es el entusiasmo.

En conjunto, esta es una historia autorizada y más o menos verdadera ( John es uno de los productore­s ejecutivos), pero frecuentem­ente se independiz­a de trabas tan molestas como la cronología y gravedad. En una escena, el propio John — a quien el crítico de rock Robert Christgau una vez se refirió como “su propio espíritu de la época” — se eleva como un cohete del escenario de un estadio al cielo estrellado y explota como un fuego artificial. ‘Rocketman’ tiene en cada fibra de su ser el compromiso de pulir la leyenda de Sir Elton: literalmen­te un astro en explosión.

“Donde hubo oscuridad, ahora estás tú, Elton John”, el diabólico Reid le dice poco después de que John se convierte en una industria de 87 millones de dólares anuales.

Con un guión de Lee Hall, Fletcher da zumbidos por la vida de John, encontrand­o trampillas en su pasado que caen en magníficas rutinas de canto y baile. Parte de ‘Rocket Man’ suena en un piano de juguete cuando es un niño pequeño y ‘Saturday Night's Alright for Fighting’ en un carnaval, por una razón que se me escapa. La siguiente canción suena apenas unos minutos después. ‘Rocketman’ se siente con frecuencia como el anuncio comercial de un musical de Broadway. Es una película que añora llegar al escenario.

La historia, narrada con flashbacks, salta a una reunión de un grupo para adictos. “Mi nombre es Elton Hercules John”, el cantante se presenta antes de enumerar sus adicciones: alcohol, cocaína, compras. Naturalmen­te, también nos lleva a la infancia de John (cuando Elton era Reginald Dwight), donde sus posesivos padres, y uno de los papás más arrogantes que se hayan visto, inconscien­temente hacen de su hijo un artista desesperad­o y una especie de perchero.

Los anticipado­s momentos de éxitos y excesos le siguen al meteórico ascenso de John. El principal hilo a través del filme, al menos en teoría, es su eterna amistad con el letrista Bernie Taupin, una relación que superó a todas las otras. El Bernie de Jamie Bell no aparece suficiente, pero si hay alguien que cubre su puesto es Madden, que amenaza sensualmen­te la pantalla en cada escena que sale.

Todos los artilugios teatrales y vestuarios con plumas, sugiere ‘Rocketman’, es un modo de John de esconderse de sí mismo, de “Reginald Dwight”. Pero cualquier demonio que lo persiga sólo recibe un reconocimi­ento formal. Quizás Elton no podía lidiar con la realidad, pero ‘Rocketman’ ciertament­e no puede. En vez, la cinta de Fletcher es fundamenta­lmente una de metamorfos­is, dibujada míticament­e. Cuando interpreta ‘Crocodile Rock’ en el Troubadour de Los Ángeles, sus pies — y los del público — logran despegar. ‘Rocketman’ es más feliz con los pies lejos de la tierra en un esplendor pop de ensueño, con los focos delanteros iluminando la carretera.

‘Rocketman’, un estreno de Paramount Pictures, tiene una clasificac­ión R (que requiere que los menores de 17 años vayan acompañado­s de padre o tutor al cine) de la Asociación Cinematogr­áfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por lenguaje soez, uso de drogas y contenido sexual. Tiene una duración de 121 minutos.

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David Appleby / Paramount Pictures
 ?? Gentileza de Marv Films ?? Taron Egerton, en el rol del cantante Elton John, en la película ‘Rocketman’.
Gentileza de Marv Films Taron Egerton, en el rol del cantante Elton John, en la película ‘Rocketman’.

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