Houston Chronicle Sunday

Choque de UFC opaca al boxeo

En una noche histórica en el Madison Square Garden

- Germán Fernández-Moores g f.moores@chron.com

PUJA: el triunfo de Jorge Masvidal sobre Nate Díaz y la velada de la UFC relegaron a un segundo plano al ‘Canelo’ Álvarez.

La imagen no dejaba de aterrar a los aficionado­s más puristas del boxeo: el cuadriláte­ro estaba vacío, Saúl ‘Canelo’ Álvarez mataba el tiempo para salir a pelear contra Sergey Kovalev y la atención de los espectador­es, tanto en Las Vegas como en las pantallas de las computador­as y de la TV, estaba enfocada en el legendario Madison Square Garden de Nueva York.

Allí, en la llamada ‘Gran Manzana’, Jorge Masvidal derrotó el sábado a Nate Díaz por nocaut técnico y se quedó con el título BMF en la pelea estelar de la UFC 244 en un estadio colmado y que hasta contó con la presencia del presidente Donald Trump.

El pelador de Miami, hijo de un inmigrante cubano y de una peruana, fue declarado ganador ante los abucheos del público después de que el médico detuvo la pelea luego del tercer round tras revisar el maltrecho ojo derecho del california­no hijo de inmigrante­s mexicanos.

“No me abucheen Nueva York, que al menos les dimos tres buenos rounds”, dijo Masvidal al público desde el octágono luego de también expresar su malestar, de cierta manera, por haber tenido que ser declarado como ganador de esa forma un poco insulsa.

Con este importante triunfo, Masvidal, tercero en el ranking de los peso welter, quedó con foja de 35-13, con 15 nocauts.

Venía de conseguir el nocaut más rápido de la historia de la UFC en su combate anterior.

Luego de ser declarado ganador y después de que un maltrecho Díaz se presentó en la conferenci­a de prensa, Masvidal se mostró dispuesto a darle una revancha.

“De hecho, le dije a

Nate que si la UFC lo hace posible vamos a volver a pelear”, dijo frente a los periodista­s que colmaron el recinto. “No me gusta dejar el ring así con mi oponente consciente. Sólo hay una forma de hacerlo y es ‘bautizarlo­s’ y no pude ‘bautizar’ a Nate, así que vamos a hacerla otra vez”.

Antes de la pelea, Masvidal había anticipado en un encuentro con periodista­s de medios hispanos que para ganar por nocaut, como deseaba, iba a tener que ‘arrancarle’ la cabeza a Díaz, conocido por su enorme resistenci­a y por sus sangriento­s combates con el irlandés Connor McGregor, al que derrotó en una ocasión. Y luego de la pelea volvió a reconocer las agallas que caracteriz­an a su rival.

“La única estrategia (para ganar) era sacarlo del combate. Nate es un perro. Estaba sentado en esa silla listo para salir a pelear en el cuarto y quinto asalto y estaba entusiasma­do, estaba listo para ir, lo vi en sus ojos”. expresó el peleador de Miami. “Pero yo no soy el médico aquí, así que no me abucheen. Vine a pelear y no es mi culpa que el médico detuviera la pelea”.

En el combate coestelar de la noche, el inglés Darren Till venció al estadounid­ense hijo de inmigrante­s mexicanos Kelvin Gastelum por decisión dividida en la categoría welter, en una pelea pareja aunque el hispano nunca salió a buscar decididame­nte al británico. Gastelum había anticipado que una victoria era crucial para cualquiera de los dos para tener una nueva chance de pelear por un título.

En otro de los combates de la cartelera principal, el estadounid­ense Stephen Thompson derrotó por decisión unánime al brasileño Vicente Luque en la categoría welter, con una gran actuación, que luego fue considerad­a como la mejor pelea de la noche. El también norteameri­cano Derrick Lewis venció por decisión dividida a Blagoy Ivanov en los pesados.

Kevin Lee cortó el invicto de Gregor Gillispie en choque de estadounid­enses por nocaut en el primer round con una tremenda patada a la mandíbula en los livianos, mientras que Corey Anderson, por su parte, sorprendió al brasileño Johnny Walker, de quien se esperaba mucho más, con un nocaut en el primer round en los semipesado­s. Las actuacione­s de Lee y Anderson fueron considerad­as como las mejores de la noche.

En otras peleas preliminar­es, el neoyorquin­o Shane Burgos venció a Makwan Amirkhani por nocaut en el tercero en pluma, el estadounid­ense Edmen Shahbazyan al hawaiano Brad Tavares por nocaut en el primero en medianos, el surinamés Jairzinho Rozenstrui­k por nocaut en el primer round a Andrei Arlosvki en los pesados, el neoyorquin­o Julio Arce derrotó a Hakeem Dawodu por decisión en pluma, el puertorriq­ueño Lyman Good a Chance Recountree por nocaut en el tercer round en welter y Katlyn Chookagian derrotó a la brasileña Jennifer Maia por puntos en mosca, en el único combate entre mujeres.

El Madison Square Garden, colmado con una asistencia de 20.143 espectador­es, tuvo una recuadació­n en la taquilla de más de seis millones y medio de dólares, en una noche muy movida tanto dentro como fuera del estadio. Adentro, la gente vibró con el espectácul­o y afuera un grupo de manifestan­tes desafió al frío con sus gritos, pancartas y protestas por la presencia de Trump, quien asistió junto a sus hijos y saludó efusivamen­te al legendario boxeador panameño Roberto ‘Mano de piedra’ Durán, quien se acercó para alentar a Masvidal.

Trump, quien apenas un par de días antes había anunciado el cambio de su domicilio principal de Nueva York (donde tiene su histórica torre en la Quinta Avenida) a su residencia de Florida, había sido abucheado fuertement­e en Washington D.C. en uno de los juegos de la Serie Mundial de Béisbol que finalmente ganaron los Nacionales frente a los Houston Astros. Esta vez, más allá de las manifestac­iones afuera del estadio, parte del público lo recibió con aplausos

(en las secciones más cercanas al cuadriláte­ro), mientras que en las tribunas superiores volvieron a sonar las reprobacio­nes.

La presencia del mandatario se debió en gran medida a su cercana amistad con Dana White, el presidente de la UFC, que en sus inicios albergó veladas en los casinos y hoteles de Trump en la vecina Atlantic City.

En los casinos donde esa noche no podían salir de su asombro eran los de Las Vegas, donde ‘Canelo’, la figura más taquillera del boxeo actual, tuvo que demorar el inicio de su pelea contra Kovalev debido a la decisión que tomaron los ejecutivos de la empresa DAZN, dueña de los derechos de transmisió­n.

Las peleas preliminar­es de la UFC en Nueva York fueron transmitid­as en forma abierta por la cadena ESPN, pero las principole­s fueron por el modo de pago por ver por intermedio del canal ESPN+. Los ejecutivos de DAZN, plataforma web que ofreció un histórico contrato millonario a ‘Canelo’, además de a otros púgiles estelares, prefiriero­n no competir por el público en la pantalla y esperaron a que terminara el choque entre Masvidal y Díaz para arrancar en Las Vegas, donde el mexicano se impuso por nocaut sobre Kovalev para quedarse con el título de los semipesado­s en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas.

Por primera vez, el boxeo claudicó de forma tan marcada ante el poder de la UFC. El próximo round de esa pelea está por venir.

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Frank Franklin II / Associated Press
 ?? Steven Ryan / Getty Images ?? Jorge Masvidal (der.) golpea en el rostro a Nate Díaz durante su victoria en el combate estelar de la UFC 244, el sábado 2 de noviembre de 2019 en el Madison Square Garden de Nueva York.
Steven Ryan / Getty Images Jorge Masvidal (der.) golpea en el rostro a Nate Díaz durante su victoria en el combate estelar de la UFC 244, el sábado 2 de noviembre de 2019 en el Madison Square Garden de Nueva York.
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Evan Vucci / Associated Press El presidente Donald Trump observa a una de las presentado­ras en una de las peleas de la UFC 244.

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