Una victoria que sabe a derrota
Todo lo bueno que había hecho México la semana pasada en su cómoda victoria sobre Panamá en la Liga de Naciones de la CONCACAF fue borrado de un plumazo en el agónico y decepcionante triunfo de 2-1 el martes ante el ignoto equipo de las islas Barbados en Toluca.
Fue quizás el peor partido del ‘Tri’ bajo la dirección técnica del argentino Gerardo ‘Tata’ Martino, quien tomó las riendas del equipo hace casi un año, y debería servir como un llamado de atención de cara a la siguiente fase, donde deberá medirse en junio con Costa Rica en una de las semifinales. Estados Unidos y Honduras se medirán por el otro pase a la final de esta primera edición del torneo regional.
Los nueve cambios en la alineación titular en relación al triunfo de 3-0 en Panama el viernes y la supuesta inexperiencia de algunos jóvenes que ingresaron al equipo y que buscarán la clasificación a Tokio 2020 en el próximo torneo preolímpico no sirven de excusas para tratar de justificar la flojísima actuación en casa frente al modesto equipo isleño.
Bermudas, que ocupa la posición 165 del ranking de la FIFA y cuya población entera no alcanzaría ni siquiera para llenar el estadio Azteca, se puso sorpresivamente en ventaja en su visita a la Bombonera con un cabezazo del delantero Dante Leverock.
México, undécimo en el ranking FIFA, igualó con un remate de Sebastián Córdova y luego fue rescatado de la humillación por Uriel Antuna, quien anotó el gol del triunfo en tiempo de descuento, cuando ya sonaba fuerte la desaprobación del público.
Martino, quien en el verano guió a México al título de la Copa de Oro de la CONCACAF, acumula 15 victorias en 17 presentaciones al frente del ‘Tri’, pero la humillante goleada que sufrió con sus titulares en Texas ante una Argentina sin Lionel Messi y otras de sus estrellas europeas devolvió al ‘Tri’ a la realidad.
Ahora este resultado debe servir para recapacitar. México debería tratar de regresar a competir oficialmente en torneos de la Conmebol, aunque sea como invitado. De otra forma, su juego seguirá estancado y su nivel en la Copa del Mundo seguirá siendo mediocre e irregular. La actuación de la sub17 en el Mundial de Brasil, donde perdió la final ante los anfitriones, debería servir de aliciente.