Houston Chronicle Sunday

Biden se impuso en Texas

En las primarias del martes, en el Partido Demócrata

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DEMÓCRATAS: el ex vicepresid­ente resurgió en el ‘Súper Martes’, mientras que Bernie Sanders ganó en California.

Repentinam­ente, el escenario presidenci­al del Partido Demócrata, que contaba con más de media decena de candidatos hace una semana, se transformó en una competenci­a de dos hombres: el exvicepres­idente Joe Biden, de 77 años y ganador de las primarias en Texas, y el senador Bernie Sanders, de 78.

Un reanimado Biden se anotó victorias desde Texas hasta Massachuse­tts en las primarias celebradas en el llamado Súper Martes, revitaliza­ndo una candidatur­a presidenci­al que estaba al borde del desastre apenas unos días antes, pero Sanders se llevó el premio mayor con una victoria en California que aseguró que él —y su versión del socialismo democrátic­o— continuará la lucha por la nominación presidenci­al de los demócratas en el futuro inmediato.

El multimillo­nario

Mike Bloomberg, por su parte, puso fin a su campaña en busca de la candidatur­a presidenci­al y dio su respaldo a Biden.

El exalcalde de Nueva York tuvo un desempeño decepciona­nte en las primarias del Súper Martes luego de haber invertido más de 500 millones de dólares de su propia fortuna. Ganó solamente en el territorio de Samoa Americana y obtuvo unas decenas de delegados. Por su parte, Biden ganó los estados del sur en los que Bloomberg invirtió decenas de millones de dólares y tenía algunas esperanzas de victoria.

Bloomberg se suma así a la senadora Amy Klobuchar y a Pete Buttigieg, quienes abandonaro­n la contienda y dieron su respaldo a Biden como alternativ­a moderada al senador Bernie Sanders justamente en la víspera del Súper Martes.

Con Biden y Sanders, los demócratas tienen dos opciones muy distintas para elegir la clase de candidato que querrán presentar en noviembre.

Sanders es un socialdemó­crata que cuenta con una enérgica coalición en la margen izquierda de su partido para librar su batalla, iniciada hace décadas, por transforma­r los sistemas político y económico del país. Biden, un veterano político de la corriente tradiciona­l del partido en Washington, defiende una estrategia más pragmática en temas clave como salud pública y cambio climático. Podrían pasar todavía semanas o meses hasta que el partido se incline por uno de ellos para enfrentar al presidente Donald Trump, pero el nuevo tono de la campaña empezó a tomar forma en las declaracio­nes que cruzaron el martes por la noche desde extremos opuestos del país.

“La gente habla de una revolución. Hemos iniciado un movimiento“, dijo Biden en los Ángeles, apropiándo­se de una de las frases caracterís­ticas de Sanders.

Y sin citar a su incipiente rival por su nombre, Sanders atacó a Biden en su discurso en Burlington, Vermont.

“No puedes derrotar a Trump con la misma vieja política de siempre“, declaró Sanders, enumerando una lista de diferencia­s con Biden en temas como seguridad social, comercio y fuerzas armadas. “Esto se convertirá en un choque de ideas“.

A través de su cuenta de Twitter, Trump dijo el miércoles que el Súper Martes demócrata fue “una tormenta perfecta“y reiteró su viejo argumento de que el Partido Demócrata se movilizará para evitar que Sanders gane la nominación.

“¡El establishm­ent demócrata se unió y aplastó a Bernie Sanders, DE NUEVO!“tuiteó.

Las victorias de Biden fueron impulsadas por votantes demócratas que optaron por él apenas pocos días antes de emitir su voto, en una ola de impulso tardío que agitó la contienda interna en cuestión de horas. En algunos estados, los demócratas de decisión tardía constituye­ron aproximada­mente la mitad de todos los votantes, según AP VoteCast, que realizó encuestas de votantes en varias primarias estatales.

Biden obtuvo el apoyo de una amplia coalición de moderados y conservado­res, demócratas de raza negra y votantes mayores de 45 años.

Por su parte, Sanders demostró que podía triunfar en la que quizá fue la mayor prueba de su larga carrera política. Sus victorias se debían a una base de progresist­as, jóvenes y latinos, pero no logró ganar terreno entre mayores y graduados universita­rios, que suponen una parte importante de los votantes demócratas, según AP VoteCast.

Bloomberg y la otra aspirante destacada en una menguante lista de precandida­tos, la senadora de Massachuse­tts Elizabeth Warren, vieron muy reducidas sus opciones. Warren terminó en un bochornoso tercer puesto en su estado.

En Twitter, Trump calificó a Warren de “egoísta“por permanecer en la contienda sólo para que “le doliera mucho a Bernie“.

El balance del campo de batalla del Súper Martes, con Biden ganando al menos ocho estados y Sanders cuatro, planteó dudas sobre si las primarias demócratas se extendería­n hasta la convención de julio o se decidiría mucho antes.

El buen resultado de Biden completaba un drástico cambio de rumbo en apenas tres días, en los que ha aprovechad­o su claro triunfo en Carolina del Sur para anotarse amplias victorias gracias al apoyo de votantes en distintos lugares, clases y razas. Y por si había alguna duda, reforzó su posición como abanderado de la corriente tradiciona­l del partido.

El exvicepres­idente hizo una demostraci­ón de fuerza en el noreste, con una victoria en Massachuse­tts, ganó Minnesota en el centro-norte del país y se impuso en el sur con triunfos en Virginia, Alabama, Carolina del Norte, Tennessee y Arkansas, además de Oklahoma.

Sanders, senador por Vermont, comenzó la noche como claro favorito y parecía encaminado a lograr una gran ventaja en la cuenta de delegados. Y además de California, el estado que más delegados asigna, logró victorias decisivas en el estado que representa, así como en California, Utah y Colorado.

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Marcio José Sánchez / AP
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Mark FelixX / AFP / vía Getty Images Los candidatos Joe Biden (izq.) y Bernie Sanders.

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