Crece la ansiedad entre hispanos
Organizaciones exigen iniciativas específicas para abordar las necesidades de la comunidad
VIRUS: las organizaciones que abogan por los derechos e intereses de los hispanos en el área de Houston y el resto de Texas expresan las crecientes preocupaciones que hay entre los inmigrantes y exigen iniciativas para abordar las necesidades específicas de esta comunidad.
Desde que su hijo de dos años comenzó a toser, Lurvin Perdomo se asegura de mantener al pequeño bien hidratado bebiendo mucho té caliente y “aguita con limón”, el mismo tipo de remedios caseros que la gente suele usar en su natal Honduras para tratar enfermedades respiratorias.
Ansiosa por la propagación del COVID-19 o coronavirus y con preocupaciones respecto a la capacidad de su familia para lidiar con la pandemia si llegaran a infectarse, la madre residente en Houston está haciendo todo lo que puede para proteger a los suyos. Sin embargo, es posible que ella, como muchos otros, no estén recibiendo la mejor información.
“Si pasan cinco días y mi hijo no mejora, no sé qué debo hacer después”, dijo Perdomo, agregando que familiares y amigos de su país natal dicen que los médicos recomiendan ese período de espera antes de ir al médico. “Escuché que debemos esperar cinco días, pero nosotros no tenemos manera de pagar un doctor”.
Funcionarios locales de salud dicen que las personas deben consultar a un médico cuando tienen síntomas fuera de lo común comparado con una gripe regular, como dificultad para respirar y tos seca persistente.
Es ese tipo de posible desinformación lo que grupos de defensa de los inmigrantes, como FIEL
Houston, consideran peligroso, especialmente para los inmigrantes. Estas organizaciones dicen que aunque unos pocos funcionarios gubernamentales están dirigiéndose a esta comunidad, muchos no se dan cuenta de que los inmigrantes necesitan información que va más allá de consejos para evitar la infección, y no la están recibiendo.
“Los inmigrantes son las personas más vulnerables durante emergencias como ésta, (y) tienen características que deben tenerse en cuenta”, dijo Alain Cisneros, portavoz de FIEL Houston.
Entre esas vulnerabilidades están barreras de información, como el lenguaje en muchos casos, falta de seguro de salud, y tener empleos inestables, múltiples y mal pagados que afectan su capacidad para faltar al trabajo, para cuidar de parientes o de ellos mismos ante una emergencia como la actual.
Más de 1,5 millones de residentes nacidos en el extranjero viven en el área metropolitana de Houston, sin contar a los puertorriqueños o personas nacidas en el extranjero de padres estadounidenses, según estimaciones de la Oficina del Censo de 2017. La mayoría es de origen latinoamericano, seguida de asiáticos, africanos y europeos. Casi un millón no son ciudadanos naturalizados, una población que tiende a tener ingresos y estatus socioeconómico más bajos en comparación con los naturalizados y ciudadanos nacidos en Estados Unidos.
Autoridades locales y regionales de salud emiten actualizaciones periódicas sobre el coronavirus, pero algunos reconocen que llegar a las comunidades inmigrantes es todo un desafío.
“Entendemos que (el COVID-19) está creando confusión y preocupaciones, especialmente para las comunidades que tradicionalmente no saben cómo navegar muy bien el sistema de salud pública y las agencias sin fines de lucro”, dijo Porfirio Villareal, portavoz del Departamento de Salud de Houston.
Villarreal insistió en que los inmigrantes pueden llamar a una línea de teléfono informativa creada para los residentes que hablan español, chino, vietnamita y otros idiomas, además del inglés. Dijo que las personas pueden preguntar cualquier cosa relacionada con el virus, incluso a dónde ir si se sienten enfermos y no tienen un médico o seguro de salud, llamando al número (832) 383-4220.
Cisneros y otras organizaciones de inmigrantes instan a las autoridades locales a crear mensajes y medidas orientadas específicamente a estás comunidades y ayudar a personas como Perdomo. FIEL sugiere que agencias de la ciudad intensifiquen iniciativas educativas bilingües y participen en sesiones en vivo por la web en Facebook y otras redes sociales.
“Muchas de estas familias no pueden permitirse el lujo de quedarse en casa; muchos no tienen seguro médico, por lo que tienden a ir a la sala de emergencias sólo cuando es una cuestión de vida o muerte”, dijo Cisneros.
Esa es una de las principales preocupaciones de Perdomo, cuyo esposo, un plomero independiente, es el principal proveedor del hogar.
“¿Qué haremos si mi esposo se enferma y no puede trabajar?”, se pregunta Perdomo. “¿Cómo pagaríamos el alquiler, la comida... ¡No, eso no puede pasar!”.
Perdomo dijo que sus temores aumentaron el miércoles cuando fue al supermercado Fiesta en Hillcroft Avenue y Bellaire Boulevard, el más cercano a su residencia, y no pudo encontrar ningún producto de limpieza para mantener su casa desinfectada.
"Nada, ni siquiera Clorox. Tampoco tenían agua potable; los estantes se veían vacíos; tienen solo unos pocos alimentos enlatados”, dijo Perdomo. Agregó que logró encontrar agua después en una gasolinera, pero a tres veces más cara del precio habitual. “¿Cómo se supone que podamos aguantar eso y alimentar a mi familia?”.
Personal que trabaja en ese Fiesta Mart confirmó lo dicho por Perdomo, además de que están viendo largas filas de personas esperando fuera de la tienda antes de que abran a las 7 a.m.
La falta de suministros en los mercados está afectando a la población en general en la ciudad. Sin embargo, las familias de bajos ingresos, muchas de las cuales integradas por inmigrantes, tienen un menor poder de compra para abastecer sus despensas y un mayor riesgo de quedarse sin productos esenciales.
El acceso a alimentos podría convertirse en un asunto crítico para muchos inmigrantes que no tienen transporte para ir a bancos de alimentos o puestos de distribución de comida, como algunas escuelas, ubicadas a considerable distancia de sus residencias.
FIEL y otras organizaciones están recibiendo llamadas, visitas y mensajes de personas preguntando sobre el virus y quejándose de falta de información.
“La gente está recibiendo información de todas partes en español, en inglés, en las redes sociales, y muchas veces no está en línea con la información oficial que los gobiernos locales están poniendo en sus sitios web”, dijo Cisneros.
El Centro de Recursos Centroamericanos en Houston, otro grupo de defensa de inmigrantes, también está lidiando con las crecientes preocupaciones de la comunidad.
“La gente viene preguntando qué deben hacer (respecto al virus) y qué va a pasar con ellos y sus familias si se enferman, particularmente la población que no tiene protección de inmigración y seguro”, dijo Teodoro Aguiluz, director ejecutivo del centro.
“Entendemos que el coronavirus no discrimina entre personas que tienen o no tienen seguro o entre ricos y pobres”, agregó. No obstante, expresó que esas condiciones afectan la forma como algunas comunidades resultan más vulnerables que otras para confrontar y limitar la propagación de una pandemia.
“Hay miedo y falta de información; les estamos diciendo la información general que estamos recibiendo: lavarse las manos, no tocarse la cara, beber agua con limón”, explicó Aguiluz. Para algunos, dijo, eso no es suficiente. “Eso no parece calmarlos mucho”.
Cisneros aplaudió el anuncio del alcalde de Houston, Sylvester Turner, cuando dijo el jueves pasado que el gobierno de la ciudad no desconectará el suministro de agua a clientes que se retrasen en pagos durante esta crisis. FIEL quiere que otros proveedores, incluidos los de servicios de electricidad y gas, sigan ese ejemplo. También buscan protecciones contra los desalojos.
Ayuda del Congreso
Sylvia García, representante por Texas en el Congreso de la Nación, abordó las preocupaciones de los inmigrantes por medio de transmisiones de video por internet junto a expertos, desde temas de atención médica hasta la posible pérdida de empleos.
García dijo que un proyecto de ley llamado “Families First Coronavirus Response Act” (Ley Familias Primero en Respuesta al Coronavirus) está enfocado específicamente en ayudar a los hogares afectados. La propuesta de ley fue aprobada por la Cámara de Representantes el sábado 14 y entró en el Senado el lunes para iniciar el proceso de votación. El presidente Donald Trump, quien la esperaba en su escritorio (al cierre de esta edición), expresó apoyo en Twitter, por lo que expertos esperan que firme la ley.
El paquete incluye medidas tales como garantizar que los pacientes no tengan que pagar por los exámenes de detección del virus, así como proporcionar fondos para que empleadores que califican puedan pagarle días de ausencia a trabajadores impactados por el virus como pacientes o cuidadores. El paquete multimillonario también ampliaría beneficios de desempleo y fortalecería la seguridad alimentaria con iniciativas como ampliar temporalmente el Programa Suplementario de Asistencia Nutricional, o SNAP, para más personas.
“Estamos luchando en el Congreso para respaldar a las familias con ayuda, pero todos tenemos que hacer nuestra parte lo mejor posible”, dijo García, la líder de más alto rango entre los latinos en Houston.
“Este no es un momento para preocuparse por ricos o pobres o si eres latino o negro. Todo el mundo está siendo impactado en todos los ámbitos”, agregó.