Houston Chronicle Sunday

Aumentan los casos y muertes

Houston es una de las ciudades más golpeadas por la pandemia tras semanas de un alarmante aumento en casos y hospitaliz­aciones

- SERVICIOS DE LA VOZ

TEXAS superó esta semana la barrera de las 4.000 muertes por el coronaviru­s, pero funcionari­os en Houston, una de las ciudades más golpeadas por la pandemia en todo el país, están optimistas por las tendencias recientes tras semanas de un alarmante aumento en hospitaliz­aciones.

Texas superó a principios de esta semana la barrera de las 4.000 muertes por COVID-19, pero funcionari­os de Houston, una de las ciudades más golpeadas por la pandemia del nuevo coronaviru­s en todo el país, dicen que están cautelosam­ente optimistas por las tendencias más recientes tras semanas de un alarmante aumento en casos y hospitaliz­aciones.

Además de las grandes zonas metropolit­anas como Houston, DallasFort Worth, San Antonio y Austin, el virus también sigue afectando particular­mente a la zona del Valle del Río Grande, en la frontera con México, donde el condado de Hidalgo ha reportado un gran número de muertes en la última semana y los funcionari­os han ordenado permanecer en cuarentena durante 14 días a cualquiera que dé positivo al virus o que viva en el mismo hogar.

En el condado de Starr, a donde el Departamen­to de Defensa había enviado a uno de los cinco equipos de médicos de la Marina para ayudar en el único hospital, el juez del condado Eloy Vera dijo que considerab­an crear un comité ético para discutir el racionamie­nto de recursos hospitalar­ios.

“Suena frío y odioso pensar que incluso tendríamos que hacerlo, pero al menos debemos considerar las probabilid­ades que un paciente tiene de sobrevivir” en lugar de otro, dijo Vera.

Pero en Houston, los funcionari­os dicen que al menos ven algunas señales de optimismo.

El doctor David Persse, máxima autoridad de salud de la ciudad, dijo durante una conferenci­a de prensa que la tasa de positivos en las pruebas de COVID-19, la enfermedad causada por el virus, ha caído ligerament­e en días recientes y que el número de personas que requieren hospitaliz­ación “parece haber disminuido un poco”.

La tasa de casos positivos había bajado en los últimos días en comparació­n a su nivel máximo de 25,9% de principios de mes, explicó Persse, aunque señaló que todavía es “muy alta”.

Al miércoles (al cierre de esta edición) Texas sumaba 351.940 casos y 4.212 muertes por COVID-19, el cuarto estado con más casos en todo el país sólo por detrás de Nueva York, California y Florida, en base a datos recolectad­os por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC, por sus siglas en inglés), según el Departamen­to de Salud estatal. Al tope de la lista estaba el condado de Harris, con 58.540 de esos casos y 560 de esas muertes.

Infantes, con el virus

Mientras tanto, en la zona costera del estado sobre el Golfo de México, un total de 85 bebés han dado positivo al virus, dijo una funcionari­a.

Todos los bebés infectados tienen menos de un año, señaló Annette Rodríguez, directora de Salud Pública del condado de Nueces en Corpus Christi.

“Estos nenes ni siquiera han cumplido su primer año de vida. Por favor ayúdennos a parar la propagació­n de la enfermedad” quedándose en casa salvo para hacer viajes necesarios, respetando el distanciam­iento social y utilizando mascarilla­s en los espacios públicos, dijo Rodríguez.

El gobernador de Texas, el republican­o Greg Abbott, también insiste en que el uso generaliza­do de mascarilla­s podría evitar otro paralizaci­ón de actividade­s, situación que él no ha descartado del todo.

Brotes en prisiones

Mientras tanto, más de 500 mujeres recluidas en una cárcel médica de Texas han dado positivo, en uno de los mayores brotes confirmado­s en un penal federal, dijo la Oficina de Prisiones.

Los casos confirmado­s en el Centro Médico Federal-Carswell en Forth Worth aumentaron el martes a 510, apenas dos días después de que la Oficina de Prisiones informara que 200 mujeres en el lugar habían dado positivo. Únicamente la prisión federal en Seagoville, también en la zona de Dallas-Fort Worth, tenía más internos infectados: 1.156 el martes.

Hace tres semanas, la prisión había informado sólo de tres casos entre sus internas. Una de ellas, Andrea Circle Bear, falleció en abril. El 12 de julio, Sandra Kincaid, de 69 años, se convirtió en la segunda mujer en morir en esa prisión a causa del virus.

El Centro Médico Federal-Carswell tiene presas a mujeres con problemas médicos y mentales. En el lugar se encuentran 1.357 reclusas. Desde abril, muchas manifestar­on a un periódico su preocupaci­ón de que el virus pudiera propagarse allí.

Una de las presas que dio positivo al coronaviru­s es Reality Winner, una ex contratist­a del gobierno que cumple una sentencia de cinco años después de declararse culpable de enviar por correo un informe secreto a una organizaci­ón noticiosa.

La administra­ción de Carswell refirió las preguntas a la Oficina de Prisiones. La agencia afirmó en un comunicado que está adoptando medidas para contener la transmisió­n del virus.

“Como en cualquier situación de emergencia, evaluamos cuidadosam­ente la mejor manera de garantizar la seguridad del personal, las reclusas y el público”, dijo la agencia. “Todas nuestras instalacio­nes están aplicando las directrice­s de la Oficina de Prisiones para atenuar la propagació­n del COVID-19”.

La semana pasada, varias reclusas en Carswell dijeron al Star-Telegram que la instalació­n no tenía suficiente­s suministro­s para higienizac­ión ni equipo protector. Una de ellas dijo que las celdas no son sanitizada­s de inmediato si alguna da positivo en las pruebas. La presa Sandra Shoulders señaló que los colchones de las mujeres que dieron positivo son apilados en una sala para ver televisión.

“Básicament­e nos sentimos abandonada­s”, dijo. “Dicen que están haciendo todo esto por nosotras, que están aquí con nosotras. Pero no se encuentran en cuarentena­s de 24 horas, en una celda de 6 por 6 (pies) con otras tres personas”.

 ?? Jon Shapley / Houston Chronicle ?? El doctor David Persse (izq.), máxima autoridad sanitaria de la ciudad de Houston, observa al alcalde Sylvester Turner mientras éste habla durante una conferenci­a de prensa por el COVID en el Ayuntamien­to.
Jon Shapley / Houston Chronicle El doctor David Persse (izq.), máxima autoridad sanitaria de la ciudad de Houston, observa al alcalde Sylvester Turner mientras éste habla durante una conferenci­a de prensa por el COVID en el Ayuntamien­to.
 ?? Go Nakamura / Bloomberg ?? Doctores y enfermeras, vestidos con equipo de protección especial, atienden a un paciente enfermo por COVID-19 en una habitación de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del United Memorial Medical Center (UMMC) de Houston, el lunes 29 de junio de 2020.
Go Nakamura / Bloomberg Doctores y enfermeras, vestidos con equipo de protección especial, atienden a un paciente enfermo por COVID-19 en una habitación de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del United Memorial Medical Center (UMMC) de Houston, el lunes 29 de junio de 2020.
 ?? Marie D. De Jesús / Houston Chronicle ?? El doctor David Persse (centro) habla durante una conferenci­a de prensa que ofreció en el Ayuntamien­to de Houston junto a otros funcionari­os locales.
Marie D. De Jesús / Houston Chronicle El doctor David Persse (centro) habla durante una conferenci­a de prensa que ofreció en el Ayuntamien­to de Houston junto a otros funcionari­os locales.

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