Houston Chronicle Sunday

Hispanos sufren abuso policial

Activistas se suman a las manifestac­iones de Black Lives Matter y tratan de llamar la atención sobre muertes de hispanos

- Russell Contreras AP Washington Post, The The Washington Post. Las Cruces-Sun-New Este artículo fue complement­ado con informació­n del Houston Chronicle.

RACISMO: activistas hispanos que se suman a las manifestac­iones del movimiento Black Lives Matter también tratan de llamar la atención sobre un historial de muertes de hispanos a manos de la policía en todo el país, de Nuevo México a California, y al triste pasado de Texas.

La muerte de Antonio Valenzuela, de 40 años, no generó protestas masivas como la de George Floyd. De hecho, su muerte a manos de la policía casi no repercutió afuera de la ciudad donde se produjo, cerca de la frontera con México.

Los detalles de la muerte de Floyd, un afroameric­ano de 46 años fallecido a manos de la policía de Minneapoli­s, se parecen mucho a los de la de Valenzuela, un hombre de ascendenci­a mexicana muerto en Las Cruces, Nuevo México, tres meses antes de que estallasen las protestas mundiales por el deceso de Floyd. Igual que Floyd, Valenzuela murió asfixiado, durante un encuentro con la policía.

A medida que las manifestac­iones del movimiento Black Lives Matter crecen, activistas hispanos se están plegando a protestas multirraci­ales en las que tratan de enfocar la atención en episodios policiales mortales, algunos de los cuales se produjeron décadas atrás.

Los activistas y las familias de las personas que murieron a manos de la policía dicen que no tratan de distraer la atención de las manifestac­iones de Black Lives Matter, sino sacar a la luz su propio sufrimient­o a manos del racismo sistémico y de la policía.

Los activistas ponen como ejemplo casos desde

Phoenix hasta Massachuse­tts en los que se perciben patrones violentos en el trato de los hispanos por parte de la policía, similares a los de los afroameric­anos.

Como sucede con las muertes de hombres y mujeres de raza negra, los agentes rara vez son castigados cuando la víctima es un hispano. Los casos que involucran a hispanos, no obstante, rara vez generan titulares en todo el país, ni siquiera si son filmados.

El escaso interés en los hispanos y la policía refleja lo poco que se sabe acerca de la historia de los hispanos en Estados Unidos y del racismo en el sudoeste del país y en la frontera con México. Refleja asimismo la resistenci­a que enfrentan algunos mexicano-estadounid­enses cuando tratan de participar en el debate nacional en torno a la raza.

“Es como si no les importasen los hispanos y el racismo que enfrentamo­s”, dijo Frank Alvarado, Sr., un infante de marina retirado de 76 años cuyo hijo recibió varios balazos de la policía en Salinas, California, en 2014, cuando sostenía un teléfono que los agentes pensaron que era un arma. Alvarado se ha sumado a las manifestac­iones de Black Lives Matter en la vecina ciudad de Sacramento.

Según el diario

entre

2015 y abril de 2020, la tasa de muertes de afroameric­anos a manos de la policía es la más alta del país, con 31 muertes por cada millón de habitantes. La de los hispanos es la segunda más alta, con 23 por cada millón, según un análisis del diario. Ambas son tasas desproporc­ionadas respecto a su porcentaje de la población.

Asfixiado en Las Cruces

Pero la muerte de Valenzuela es un claro ejemplo de la escasa atención que generan los encuentros violentos entre hispanos y la policía.

Las Cruces, una ciudad ubicada 74 kilómetros (46 millas) al norte de la frontera con México en la que el 60% de la población es de origen hispano, registró una tasa de 26,2 muertes a manos de la policía por cada millón de habitantes. Es la tasa más alta de una ciudad en todo el país, de acuerdo con

Nuevo México, el estado con el porcentaje de hispanos más alto del país, también tiene la segunda tasa de matanzas policiales de todo el país, superada sólo por la del Alaska.

En el caso de Valenzuela, el diario

difundió un video que muestra a los agentes persiguién­dolo tras pararlo por una infracción de tránsito en febrero y descubrir que había violado los términos de su libertad condiciona­l. Le aplicaron dos veces la pistola eléctrica pero siguió forcejeand­o con los agentes.

Finalmente lograron atraparlo y se escucha al agente de Las Cruces Christophe­r Smelser decirle “te voy a (insulto) asfixiar, hermano”. En el video se ve que Valenzuela tiene problemas para respirar hasta que se queda inmóvil. El médico forense determinó que murió asfixiado y que tenía metanfetam­inas en su cuerpo, lo que contribuyó a su fallecimie­nto.

Smelser, quien también es hispano, fue despedido e inicialmen­te se lo acusó de homicidio involuntar­io. Sólo después de que activistas vincularon el caso con la muerte de Floyd y de que las manifestac­iones de Black Lives Matter llegaran a Las Cruces el fiscal general de Nuevo México acusó a Smelser de asesinato en segundo grado en julio.

La abogada del agente, Amy L. Orlando, dijo que el cargo era una maniobra política que sólo buscaba generar titulares.

“El agente Smelser usó una técnica aprobada por el departamen­to” de policía, sostuvo entonces.

La semana pasada la municipali­dad de Las Cruces y un abogado de la familia de Valenzuela llegaron a un acuerdo extrajudic­ial por 6,5 millones de dólares. La municipali­dad dijo que ofrecerá a sus agentes talleres sobre discrimina­ción racial y tratará de obligarlos a intervenir en instancias de uso excesivo de la fuerza.

Bajo el acuerdo, la municipali­dad debe pagarle a la familia de en un plazo de 30 días y la policía de Las Cruces aceptó prohibir todas las llaves al cuello y despedir a cualquier agente que viole la nueva política, algo que funcionari­os dicen que la ciudad ya está haciendo.

La municipali­dad además deberá adoptar un sistema de alerta relacionad­o con policías que usen fuerza excesiva y crear una política para que los policías puedan someterse anualmente a exámenes de salud mental. Cualquier reforma policial debe ser aprobada por el concejo municipal.

Mientras tanto, en California, una serie de muertes de hispanos a manos de la policía de Salinas finalmente generó interés luego de la muerte de Floyd.

En esa ciudad de 160.000 habitantes, donde nació el ganador del premio Nobel de Literatura John Steinbeck, cuatro hispanos murieron baleados por la policía en 2014. Y hubo otros casos.

Ana Barrera, de 48 años, activista y maestra, dijo que las matanzas conmociona­ron a los trabajador­es del campo hispanos de Salinas, que salieron a la calle a expresar su malestar porque los agentes no estaban siendo castigados. Dijo que el status inmigrator­io y el temor a perder su trabajo pueden haber inhibido a muchos de hablar. “Pero eso ha cambiado”, expresó Barrera, quien ha organizado encuentros con representa­ntes de Black Lives Matter de Ferguson, Missouri.

A lo largo de la historia de Estados Unidos, algunas matanzas de hispanos por parte de la policía hicieron que se adoptasen reformas.

Un largo historial de abusos en Texas

En 1973, Santos Rodríguez, de 12 años, falleció en Texas cuando un agente de la policía de Dallas los obligó a él y a su hermano a jugar a la ruleta rusa tras acusarlos de haberse robado ocho dólares de una máquina vendedora. Entonces estallaron disturbios y hubo pedidos de cambios.

En 1978, los hispanos salieron a manifestar­se a las calles de Houston y exigieron reformas a la policía de la ciudad después de que se produjeron grandes disturbios en el sector de North Side un año después de que agentes matasen a golpes a Joe Campos Torres, un veterano de la guerra de Vietnam de origen mexicano, y tirasen su cuerpo sin vida al Buffalo Bayou.

Torres fue arrestado en 1977 en un bar de Houston por alterar el orden público. Seis policías lo llevaron a un lugar llamado "The Hole" junto al Buffalo Bayou y lo golpearon. Luego los agentes llevaron a Torres a la cárcel de la ciudad, que se negó a procesarlo debido a sus heridas. Se les ordenó entonces llevarlo al Hospital General Ben Taub, pero en lugar de hacerlo, los oficiales lo llevaron de regreso a las orillas del Buffalo Bayou y lo empujaron al agua. El cuerpo de Torres fue encontrado dos días después flotando cerca de

Commerce St.

Mónica Muñoz Martínez, autora del libro ‘The Injustice Never Leaves You: Anti-Mexican Violence in Texas’ (La injusticia nunca te deja: la violencia contra los mexicanos en Texas), dice que las matanzas de hispanos no generan el mismo tipo de repercusió­n porque la mayoría de los estadounid­enses no conocen esta historia violenta del sudoeste del país en contra de los hispanos.

“El país no puede hablar de la raza fuera de los parámetros de los blancos y los negros”, manifestó Martínez. “Y eso no presenta la historia real de la supremacía blanca”.

Marisol Márquez, organizado­ra de la agrupación CSO (Community Service Organizati­on) en el centro de Los Ángeles, dijo que los activistas mexicanos conocen esta historia pero inmediatam­ente después de la muerte de Floyd sintieron la necesidad de enfocarse en Black Lives Matter al participar en manifestac­iones contra la violencia policial.

El 7 de junio, la agrupación se sumó a una manifestac­ión de Black Lives Matter en la Plaza Mariachi del barrio Boyle Heights de Los Ángeles. Bailarines aztecas, jinetes y viejos pachucos recordaron a Floyd y apoyaron al movimiento Black

Lives Matter.

Hubo oradores afroameric­anos y descendien­tes de los pueblos originario­s. Pero también hubo muchos oradores hispanos, lo que generó cierto malestar en algunos.

“Recibimos un mensaje de gente enojada que decía que debimos haber tenido más oradores que no fuesen hispanos o chicanos”, declaró Márquez. “Yo estaba furiosa. Hablaban de gente cuyos familiares murieron a manos de la policía de

Los Ángeles. De Chicanos”.

 ?? Bethany Freudentha­l / The Las Cruces Sun News vía AP ?? Isis y Alexis Valenzuela participan el 5 de marzo de 2020 de una vigilia en memoria de su padre, Antonio Valenzuela, quien falleció asfixiado por un agente de policía en Las Cruces, Nuevo México.
Bethany Freudentha­l / The Las Cruces Sun News vía AP Isis y Alexis Valenzuela participan el 5 de marzo de 2020 de una vigilia en memoria de su padre, Antonio Valenzuela, quien falleció asfixiado por un agente de policía en Las Cruces, Nuevo México.
 ?? Billy Smith II / Houston Chronicle ?? En esta foto de archivo, Carlos Calbillo recuerda a Joe Campos Torres sentado cerca del lugar donde apareció flotando el cuerpo sin vida del veterano de guerra de origen mexicano en el Buffalo Bayou cerca de Commerce St. luego de ser detenido y golpeado hasta morir a manos de la policía de Houston en 1977.
Billy Smith II / Houston Chronicle En esta foto de archivo, Carlos Calbillo recuerda a Joe Campos Torres sentado cerca del lugar donde apareció flotando el cuerpo sin vida del veterano de guerra de origen mexicano en el Buffalo Bayou cerca de Commerce St. luego de ser detenido y golpeado hasta morir a manos de la policía de Houston en 1977.
 ?? Bethany Freudentha­l / AP ?? Pricilla Hernández (der.) consuela a Rosalie Valenzuela, madre de Antonio Valenzuela, durante una vigilia del 5 de marzo de 2020 en Las Cruces, Nuevo México. Antonio Valenzuela falleció asfixiado por un policía.
Bethany Freudentha­l / AP Pricilla Hernández (der.) consuela a Rosalie Valenzuela, madre de Antonio Valenzuela, durante una vigilia del 5 de marzo de 2020 en Las Cruces, Nuevo México. Antonio Valenzuela falleció asfixiado por un policía.

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