Deportan a una mujer que acusó a guardias de abuso
Dijo que la besaron a la fuerza y la agredieron sexualmente en un centro de detención en Texas, según su abogada
Una inmigrante que acusó a los guardias de un centro de detención en Texas de abusar sexualmente de ella fue deportada unas semanas después de haber sido interrogada por investigadores, informó su abogada.
La mujer fue deportada a México la semana pasada, poco menos de un mes después de ser interrogada durante cinco horas, le dijo Linda Corchado al diario El Paso Times.
La mujer migrante aseguró que los guardias del Centro de Procesamiento de El Paso la besaron a la fuerza y la agredieron en puntos ciegos para las cámaras de vigilancia. Después de que el periódico Texas Tribune y la agencia de noticias ProPublica reportaron los señalamientos en primera instancia, el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional abrió una investigación sobre el caso y las acusaciones de al menos otras dos personas.
La mujer, cuya identidad no se ha dado a conocer, es originaria de México y tiene dos hijos nacidos en Estados Unidos.
Corchado dijo que su clienta le explicó al inspector general y al FBI sobre los puntos ciegos para las cámaras que supuestamente aprovecharon los guardias. La mujer permaneció en prisión después de presentar su acusación.
“Realmente le perjudicó mucho seguir detenida y ver a sus abusadores a su alrededor, y empezar a ser maltratada por otros guardias y detenidos”, dijo Corchado a El Paso Times.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) decidió deportarla el lunes y le ordenó que se vistiera con ropa de civil por la tarde, señaló Corchado, quien dijo que el proceso fue “la deportación más rápida que haya visto”.
El ICE no respondió a solicitudes de comentarios de parte del diario. Previamente había declarado que la dependencia “tiene tolerancia cero a cualquier forma de abuso o agresión sexual en contra de individuos en custodia de la agencia y toma muy en serio todas las acusaciones de comportamiento indebido por parte de los empleados”.
Inspección por brote
Mientras tanto, un especialista externo que inspeccionó otro centro de detención para inmigrantes en el que se registró un fuerte brote de coronavirus, recomendó la liberación de detenidos que corran mayor riesgo de enfermar gravemente después de encontrar deficiencias en las revisiones médicas del lugar.
La jueza federal Leonie Brinkema ordenó la inspección el mes pasado después de que varios detenidos interpusieran una demanda con ayuda de grupos activistas. Brinkema responsabilizó al complejo de detención en Farmville por un brote que afectó a más del 90% de los casi 300 detenidos, incluida una persona de 72 años que falleció. Funcionarios del gobierno intentaron infructuosamente bloquear la inspección.
El experto, Homer Venters, inspeccionó el centro en Virginia el mes pasado y presentó un informe en el que señala que el lugar realiza una revisión deficiente a los detenidos en busca de síntomas de COVID-19.
El informe menciona “deficiencias múltiples y sistémicas” en los servicios de salud del complejo y concluye que estar detenido ahí “representa un peligro importante de salud para los pacientes de alto riesgo”.
El informe de un especialista contratado por el centro de detención arrojó distintas conclusiones. El experto William Reese dijo que el mayor problema que encontró fue que los detenidos se rehusaban utilizar mascarilla. Considerando su “falta de cooperación… es notable que la instalación no haya registrado nuevas pruebas positivas entre los detenidos en casi un mes”, escribió Reese.
En su reporte, Venters escribió que los detenidos ignoraron las recomendaciones del personal de usar mascarillas porque culparon a la instalación de que enfermaran en primer lugar. Los detenidos también le dijeron a Venters que consideraban innecesarias las mascarillas ya que casi todos en el lugar ya habían contraído el virus.