Decepcionados con ‘el cambio’
Votantes republicanos apoyan ahora al demócrata Joe Biden, chocando con familiares, amigos y, en muchos casos, su afiliación política desde hace años
ELECCIONES: algunos votantes que captó el republicano Donald Trump con su mensaje de cambio en 2016 han dicho que apoyarán en estas elecciones presidenciales al demócrata Joe Biden, chocando con familiares, amigos y, en muchos casos, su afiliación política desde hace años.
Shawna Jensen tuvo su momento de la verdad en marzo. Estaba sentada junto a la chimenea en su casa en un suburbio de FortWorth, Texas. Tenía su laptop abierta para una videollamada con cinco amigas.
“Hola chicas, tengo que decirles algo”, dijo al grupo. Las mujeres, todas madres republicanas y blancas, le devolvieron la mirada.
“No voy a votar a Trump este año. Mi corazón no me dejará hacerlo. No puedo votar a alguien que es tan malo con otras personas”, comentó frente a sus amigas.
Jensen es una de las antiguas partidarias de Donald Trump que han decido votar por el demócrata Joe Biden en estas próximas elecciones presidenciales, chocando así con familiares, amigos y, en muchos casos, su afiliación política desde hace años.
Dicen que el tema les ha causado angustia, tanto en sus relaciones personales como ante su propia identidad. Que antes querían un cambio y una ruptura, hasta que descubrieron cómo fue vivir durante estos cuatro años bajo el gobierno de Trump.
La campaña de reelección de Trump se basa casi exclusivamente en la intensidad del apoyo de los que votaron por él hace cuatro años. A diferencia de otros presidentes modernos, ha hecho poco por buscar más apoyo, más allá de su base de seguidores, y no hay indicios de que lo haya conseguido. De modo que no puede permitirse perder a muchos votantes como Jensen.
No está claro cuántos hay como ella -personas blancas de clase media, partidarias de la libertad de portar armas y en contra del aborto, republicanos convencidos y tradicionales- ni cómo eso afectará el resultado de los comicios del 3 de noviembre.
Desde luego, podrían ser apenas unos pocos votantes, pero es una señal de alarma para la campaña de Trump. En una carrera ajustada -especialmente en los estados en los cuales la disputa es bien cerradasin dudas esos votos pueden ser la diferencia.
En dos docenas de entrevistas con votantes en tres estados en disputa y Texas, tradicionalmente republicano y donde Trump venció a la demócrata Hillary Clinton en 2016, varias personas hablaron de por qué no volverán a votar a Trump y cómo se sienten al dejar atrás una lealtad política que formaba parte de su identidad personal.
“Todo lo que pensaba que sabía ya no existe”, dijo Zach Berly, de 22 años y residente en Carolina del Norte. En la secundaria y la universidad participaba en clubes republicanos, y en 2016 votó con entusiasmo a Trump en sus primeras elecciones a la presidencia, algo que no repetirá en noviembre. “Tiene que haber otra solución. Ya ni siquiera sé qué soy”.
Quienes forman la base de seguidores de Trump son votantes blancos de 45 años o más. Ese grupo sigue prestándole un firme apoyo, especialmente en las zonas rurales del país. Según un estudio del Pew Research Center, las elecciones de mitad de término de 2018 mostraron un declive en el apoyo a los republicanos en los suburbios, y si eso se mantuvo para esta elección supone un espaldarazo para Biden.
Desde luego, Jensen no es un caso corriente. La tasa de aprobación de Trump entre los republicanos era del 86% en una encuesta reciente de Associated Press. Muchos siguen férreamente en su bando por los mismos motivos por los que ella se ha alejado: están de acuerdo con su política contra la inmigración y su posición contra el aborto, y aprecian la agresividad de Trump.
Pero ella tampoco está sola, y sigue siendo una republicana registrada. En todo el país, otras personas que votaron a Trump en 2016 llegaron a las mismas conclusiones que ella: no es el hombre que creían entonces.
La gente que, dice, cambiará su voto con respecto a 2016 señala diferentes momentos en los que se decidió. Para algunos, fue cuando Trump dio su discurso de investidura como presidente. Para otros fue por cómo se refirió a otras naciones como “países de mierda” o cómo respondió al escándalo de Ucrania. Otros se alejaron este verano en medio de las protestas contra el racismo y de una pandemia que Trump minimizó públicamente, de la cual se enfermó y que ya ha matado a más de 216.000 personas en Estados Unidos. No hay un patrón claro entre las dos docenas de desertores de Trump entrevistados. Son hombres y mujeres, jóvenes y mayores. Algunos son evangélicos que se oponen con firmeza al aborto.
Dee Stoudemire es una administrativa legal retirada de 64 años. Vive en Jacksonville, Florida, y ha sido republicana toda su vida. Para ella, el tema que la hizo cambiar de opinión fue Siria. Cuando Trump decidió retirar las tropas de ese país en contra de las recomendaciones de sus asesores militares, dejó de apoyarlo.
“Eso fue la señal para mí, no está escuchando a sus mandos militares. Cuando tienes un líder que no quiere escuchar y no escucha a sus mandos militares en asuntos internacionales, tienes un problema”, explicó.
Stoudemire señaló que la mayoría de sus amigos son republicanos.
“No hablamos mucho de las elecciones. Porque nuestra amistad es demasiado importante. Saben cómo me siento. Lo que otros piensen de mí no es asunto mío”, agregó.
Casi todos los que hablaron con AP dijeron que habían tenido reparos a la hora de votar por Trump en 2016, pero lo hicieron de todos modos porque era una persona ajena a la política y, supuestamente, dispuesta a transformar el ambiente político enWashington D.C.
“Estaba súper orgullosa ese día cuando salí de votar”, recordó Jensen, quien votó por Trump en las primarias y en las elecciones generales de 2016. “De verdad pensaba que iba a ‘limpiar el pantano’, acabar con los políticos de carrera, con un gobierno pequeño, ser un líder. Queríamos que todo cambiara”.
Su primera sospecha de que el mandatario no compartía sus valores fue cuando propuso a Betsy DeVos como Secretaria de Educación. A Jensen, que es bibliotecaria en una escuela secundaria, le pareció que DeVos no estaba calificada para ese puesto.
Pero hubo otras señales de aviso, como la costumbre de Trump de menospreciar a la gente.
“Crecí con valores cristianos tradicionales, me molesta cómo se burla de la gente”, agregó.
Durante el primer mandato de Trump, la opinión de Jensen en muchos temas empezó a cambiar. Empezó a ver y a leer medios noticiosos diferentes. Veía MSNBC además de Fox News, y leyó obras de ficción sobre el viaje de inmigrantes mexicanos a Estados Unidos.
Finalmente decidió que Trump no había hecho su trabajo cuando más importaba, cuando llegó este año la pandemia del nuevo coronavirus.
“No hizo nada para ayudarnos”, aseguró.
Cuatro años después de haber votado a Trump, Jensen se sumó a un grupo de Facebook llamado “Expartidarios de
Trump” y compartió charlas sobre los prejuicios en los medios de comunicación.
“Creo que ahora soy más receptiva a los puntos de vista de otras personas. Creo que soy más abierta de mente”, explicó. “Creo que tenía una mente estrecha antes, que yo pensaba que estaba bien. Ahora estoy más abierta a los puntos de vista de otras personas”.