Bajos, pero veloces
dejaron ir a Clint Capella para traer a Robert Covington, y en su primera prueba brilló ante los Lakers.
La arriesgada apuesta de los Rockets antes del cierre del mercado de pases de mitad de temporada en la NBA comenzó a dar sus frutos de manera inmediata.
El equipo de Houston, que la semana pasada dejó ir al suizo Clint Capella e incorporó a Robert Covington en un megacambio que involucró a cuatro franquicias y un total de 12 jugadores, logró un alentador triunfo de 121-111 sobre los Lakers en el Staples Center de Los Ángeles, un día después de concretar la transferencia.
Entonces, muchos se preguntaban de la verdadera capacidad de los Rockets para pelear debajo de los tableros e imponerse en la zona pintada con una formación tan baja tras perder a su pivote más importante.
Capella aportaba una buena estatura, muy necesaria para balancear el juego en general, además de haber acumulado buenas estadísticas y de haber sido uno de los jugadores más regulares del plantel, con un rendimiento parejo en las últimas temporadas, pese a algunas lesiones que lo aquejaron en los últimos tiempos.
Sin embargo, dicho eso, no quedan dudas de que la incorporación de Covington es muy buena en cuanto a la adaptación de un jugador atlético al estilo de juego veloz y de corta transición que históricamente caracterizó a los equipos conducidos técnicamente por Mike D’Antoni.
Y en su primer examen, Covington aprobó con creces, al complemenarse perfectamente con Russell Westbrook, James Harden y el resto de la rotación de los Rockets en el merecido triunfo sobre los Lakers, que apuntalados por LeBron James y Anthony Davis se encaramaron al frente de la tabla de posiciones de la Conferencia Oeste.
Covington, quien llegó desde Minnesota, anotó 14 puntos y aportó ocho rebotes en su debut. Pero lo más importante fue la personalidad que mostró para embocar dos triples bajo presión en la definición del encuentro, materia en la cual los Rockets mostraron falencias esta temporada al derrumbarse en las instancias finales tras haber estado arriba en el marcador.
La gran figura de la noche fue Westbrook, con 41 puntos en su regreso tras una lesión, mientras que Harden, quien venía de partidos consecutivos con 40 puntos, apenas aportó 14 en la cuarta victoria al hilo de Houston tras salir de una mala racha reciente.