En manos de la ciencia
Funcionario del gobierno la califica como un “fracaso”
PANDEMIA: la baja cantidad de pruebas disponibles preocupa a los médicos, que buscan una vacuna contra el COVID-19 mientras aumentan los casos y las víctimas.
El retraso de Estados Unidos en torno a realizar pruebas de detección de coronavirus es un “fracaso”, admitió un funcionario de alto rango del gobierno estadounidense. En tanto, expertos en salud pública señalaron que, debido a ese problema, no tienen un buen entendimiento de cuán ampliamente se ha propagado el nuevo coronavirus.
Al principio, las labores para realizar las pruebas se vieron obstaculizadas por las demoras en hacer llegar los kits de pruebas a los laboratorios de salud pública, pero los tropiezos han continuado, provocando que los científicos concluyan que el virus se ha propagado de manera mucho más amplia de lo que están reportando los funcionarios gubernamentales.
Las autoridades de sanidad federales, por ejemplo, se comprometieron hace casi un mes a acceder a la red nacional de laboratorios que monitorean la enfermedad COVID-19. Ese sistema apenas está empezando.
El jueves, el medico Anthony Fauci de los Institutos Nacionales de la Salud estuvo de acuerdo en que Estados Unidos necesita mejorar la manera como está realizando las pruebas.
“El sistema no está adaptado a lo que necesitamos ahora mismo”, comentó. “Esto es un fracaso. Es un fracaso. Hay que admitirlo”.
Las pruebas a gran escala son parte fundamental para monitorear la propagación de enfermedades infecciosas y distribuir recursos para el tratamiento. La falta de cifras integrales significa que los proveedores de salud estadounidenses podrían verse abrumados rápidamente por los casos que no han sido detectados.
Para el viernes (al cierre de esta edición) fueron reportados unos 1.701 casos en el país, un número mayor al que indicaron oficialmente los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, con 40 víctimas fatales. Algunos investigadores independientes, añaden los reportes de cada estado más rápido. Virginia Occidental, Idaho y Montana son los últimos estados sin casos confirmados del coronavirus después de un caso en Alabama.
Algunos expertos creen que cualquier cifra basada en los resultados de las pruebas de pacientes individuales es un recuento insuficiente. Los investigadores del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles estimaron que el conteo verdadero de casos confirmados era cercano a los 9.000, hace dos semanas.
“Pronostico que hay más personas infectadas ahora”, comentó uno de los investigadores, el médico Jonathan Braun. “Esto significa que el nivel de la enfermedad en Estados Unidos es mucho mayor al que se ha estado reportando por las pruebas actuales”.
El problema, puntualizaron los expertos, es que Estados Unidos simplemente no está haciendo suficientes pruebas.
Ante la gran cantidad de quejas por la escasez de pruebas, el gobierno nombró el viernes a un funcionario encargado del tema en el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
El funcionario a cargo es Brett Giroir, secretario asistente para temas de salud. Será responsable de coordinar entre los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la FDA, y con laboratorios privados y gobiernos locales y estatales.
Aparte, la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) colocó un mensaje en Twitter que todo laboratorio que esté teniendo problemas en recabar equipos para muestras deben llamar a la línea telefónica de emergencia.
Por otra parte, el programa Medicare anunció que pagará unos 36 dólares para la prueba y unos 51 dólares para pruebas de otros proveedores.
Mientras tanto, el alcalde de la ciudad de Miami dio positivo para el virus después de una reunión con un alto funcionario brasileño que también estuvo cerca del presidente Donald Trump.
El alcalde Francis Suarez dijo en un comunicado el viernes que no experimentaba síntomas. Aconsejó a cualquiera que le hubiese estrechado la mano o se hubiese hallado cerca de él desde el lunes que se aislara voluntariamente por 14 días. Políticos de Florida, como el senador Rick Scott, expresaron preocupación por haber estado en contacto con el secretario de prensa de la presidencia brasileña Fábio Wajngarten, quien dio positivo después de una visita al resort Mar-aLago, de Trump, el fin de semana pasado junto con el presidente de ese país Jair Bolsonaro.
La pandemia ha alterado la vida cotidiana en todo el mundo, sobrecargando hospitales, cerrando escuelas y oficinas y suspendiendo mítines de la campaña presidencial en Estados Unidos y competencias deportivas mientras crece el temor a sus consecuencias económicas.
Su propagación desde Asia ha frustrado la esperanzas de una rápida contención pese a la reducción de los viajes y los eventos sociales. Y líderes políticos de todo el mundo están entre los infectados o aislados por su posible exposición la enfermedad causada por el coronavirus detectado en China en diciembre.