Intolerancia GERMÁN F. MOORES
El futbolista Reggie Cannon fue amenazado de muerte por arrodillarse durante el himno
Al parecer, la ‘burbuja’ de Orlando no sólo protegió a los futbolistas de la Major League Soccer de posibles contagios del nuevo coronavirus, sino también de algunos aficionados intolerantes que no terminan de comprenden del todo la lucha contra el racismo que apoya la propia liga.
Después de la consagración de los Timbers de Portland frente a Orlando City FC en el complejo de ESPN en Disney World, la MLS decidió reanudar la temporada regular la semana pasada justamente con los dos equipos que, debido a brotes del COVID-19, no pudieron presentarse a jugar en Lake Buena Vista: FC Dallas y Nashville SC.
Con ese encuentro, además, la MLS volvió a la costumbre de ejecutar el himno nacional antes de los partidos y admitió de nuevo la presencia de espectadores en las gradas, algo que no había permitido en Orlando. Allí, además, jugadores, integrantes de los cuerpos técnicos y árbitros se manifestaron en forma individual y conjunta contra el racismo en protesta por el asesinato de George Floyd y los abusos de la policía. Fue una forma de reaccionar ante la convulsión social que vivió el país en el inicio del verano con manifestaciones que aún tienen lugar en ciudades como Portland. De hecho, el DT venezolano de los Timbers, Giovanni Savarese, volvió a vestir la camiseta con la leyenda de ‘Black Lives Matter’ en la final de la semana pasada frente a Orlando.
De acuerdo a las nuevas reglas de la MLS por la pandemia del COVID-19, cada franquicia en específico puede limitar a un determinado número la asistencia de espectadores a sus partidos. El Toyota Stadium de Frisco, en Texas, fue habilitado para poco más de 5.000 aficionados, pero apenas 3.000 asistieron al primer partido frente a Nashville.
De todas maneras fue un número suficiente para que repudiaran desde las gradas la actitud de todos los futbolistas de arrodillarse durante la ejecución del himno nacional, y hasta hubo alguno que trató de agredirlos arrojándoles una botella y que tuvo que ser retirado del estadio.
En un partido con escasas emociones, David Accam anotó a cuatro minutos del final para darle un triunfo de 1-0 a Nashville, que no pudo contar con su DT Gary Smith, quien debió someterse a pruebas del COVID-19 y cuyos análisis luego dieron resultados negativos.
Ambos equipos volvían a enfrentarse el domingo (al cierre de esta edición) en el mismo escenario, aunque el ambiente quedó bastante caldeado no sólo por la derrota de los locales sino también por las amenazas de muerte e insultos que ha recibido el joven defensor del FC Dallas Reggie Cannon en las redes sociales.
Cannon, un joven de raza negra que nació hace 22 años en Chicago y creció en la localidad texana de Grapevine antes de estudiar y jugar en UCLA, se mostró indignado con los aficionados e hizo énfasis en que todavía hay gente que no entiende del todo la naturaleza de las protestas contra el racismo. La respuesta de algunos intolerantes en las redes sociales no tardaron en llegar y Cannon, quien en ha representado a Estados Unidos a nivel juvenil y también como profesional, fue hasta amenazado de muerte.
Tanto el FC Dallas, que se presenta este viernes ante el Dynamo en el regreso del juego al BBVA Stadium de Houston tras la interrupción por la pandemia, como la MLS han salido rápidamente en defensa del joven futbolista y han reiterado que no tolerarán incidentes de racismo y violencia en el marco de la liga.
Quizás la MLS tenga que volver a jugarse sin público, como ocurrió en la ‘burbuja’ de Orlando, en sitios con espectadores intolerantes y racistas.