Houston Chronicle

La nueva camada toma la posta

- GERMÁN FERNÁNDEZ-MOORES g f.moores@chron.com

En un partido sublime, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner dieron tranquilid­ad al mundo del tenis: cuando se retiren los tres más grandes de la historia, la nueva camada está lista para tomar la posta.

El español de 19 años y el italiano de 21 batallaron en la noche del miércoles pasado por cinco horas y 15 minutos por un lugar en las semifinale­s del Abierto de Estados Unidos. Finalmente ganó Alcaraz en cinco sets por 6-3, 6-7 (7), 6-7 (0), 7-5 y 6-3.

El maratónico encuentro, que no bajó ni un ápice en su gran intensidad desde la primera hasta la última pelota, terminó a las 2:50 de la madrugada del jueves en Nueva York. Fue el partido que más tarde terminó en la historia del torneo y el segundo más extenso, detrás del que el sueco Stefan Edberg ganó ante el estadounid­ense Michael Chang en 1992.

Fue una lástima que sólo uno pudiera avanzar porque ambos jugaron a un gran nivel y ofrecieron un gran espectácul­o en el que fue por lejos el mejor partido del torneo actual, quizás de esta temporada y uno de los mejores de todos los tiempos.

Alcaraz, quien se medía el viernes (al cierre de esta edición) frente al estadounid­ense Frances Tiafoe, buscaba convertirs­e en el tenista más joven de la historia en llegar al tope del ranking mundial de la ATP.

Entrenado por su compatriot­a Juan Carlos Ferrero, quien fue número uno del ranking en 2003, Alcaraz sacó provecho de la nueva regla que está a prueba en esta edición y que permite a los jugadores recibir instruccio­nes de sus coaches durante los partidos.

Así, en un cambio de lado mientras despotrica­ba en su silla al estar en desventaja en el cuarto set cerca de perder el partido con Sinner, el español miró fijo a su adiestrado­r y le preguntó a los gritos: “hacia dónde saco”. Ferrero le hizo señas que al centro, a lo que Alcaraz replicó: “que si no sé sacar”.

Alcaraz se calmó, superó esa tormenta en la cual llegó a estar a punto de partido para Sinner, ganó el cuarto set y luego definió su triunfo en el quinto.

Con un juego distinto aunque con la misma garra y temperamen­to de Rafael Nadal, Alcaraz se perfila para tomar la posta que va dejando su encumbrado compatriot­a junto al suizo Roger Federer (recuperánd­ose aún de una cirugía de rodilla) y del serbio Novak Djokovic (ausente por no haberse vacunado contra el COVID-19).

Esos tres grandes jugadores han dominado al tenis masculino en las últimas décadas, pero una nueva camada ya está asomando en el horizonte.

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