Diabetes y diálisis
Pero también es un problema que afecta grandemente a los latinos. Según la Fundación Nacional del Riñón, 14.7% de todos los nuevos casos de insuficiencia renal en 2013 fueron de pacientes hispanos. De hecho, los latinos tienen 1.5 veces mayor riesgo de desarrollar problemas renales que otras etnias.
El Dr. Joseph Wanski, endocrinólogo en L.A. Care, dice que el problema en los riñones se debe a que las nefronas, estructuras que filtran la sangre, ayudan a eliminar los desperdicios del cuerpo y controlar el equilibrio de líquidos, se vuelven duras y gruesas.
“Esto genera fugas” y dejan de pasar proteína a la orina.
“Controlar la diabetes previene la progresión a los riñones”, explica.
Hasta la fecha eso es todo lo que ha prevenido que María Gómez sea otra paciente más de diálisis.
La guatemalteca de 57 años tiene diabetes desde hace 20 años. “Tuve diabetes gestacional y se me quitó. Diez años después me regresó cuando no me seguí cuidando”, cuenta.
Con el paso del tiempo, “se me rompieron las retinas de mis ojos” y perdió la vista en uno de ellos.
“Yo me acosté bien y miraba, y cuando me desperté le digo a mi hijo ‘¿Esta oscuro?’ Y él me dijo ‘no mamá. Hay sol’”, relató. Ella ve un poco con el ojo izquierdo, pero con el derecho no ve nada.
Gómez se inyecta insulina todas las noches porque su páncreas ya no funciona. La diabetes también le empieza a hacer estragos en uno de sus riñones, que solo le funciona al 45% . El otro no está afectado, por el momento.
“Me estaba hinchando, porque mi cuerpo retiene líquidos”, dijo.
El problema era que su diabetes estaba fuera de control. Ahora ya la controló, lo que ha minimizado el padecimiento, pero el doctor ya le dijo que en un futuro no muy lejano necesitará diálisis.
Todos nacemos con un 100% de funcionamiento de los riñones. Cuando ese funcionamiento cae a 10%-15% y “el cuerpo no puede sacar las tóxinas”, es cuando se necesita la diálisis, explicó el Dr. Wanski.
Trasplantes
“A los pacientes de diálisis que están suficientemente saludables se les da la oportunidad de tener un trasplante de un familiar, pero a menudo se ofrece a individuos jóvenes que pueden soportar” esta cirugía, dijo el médico.
La gente puede sobrevivir con un riñón. Aquellos que reciben un trasplante deben tomar drogas para prevenir que el cuerpo rechace el nuevo órgano y necesitan de un sistema sólido de apoyo, tanto médico como familiar.
Todo esto tiene un costo de entre 200,000 y 300,000 dólares. Medicare puede pagarlo, pero no todos tienen acceso a este programa en la comunidad latina debido a su estatus migratorio.
Un estudio publicado por la Asociación Médica Americana en 2008 reveló que los inmigrantes indocumentados donan alrededor de 2.5% de todos los órganos para trasplantes que se dan en un año en EEUU. Sin embargo reciben menos del 1% de estos trasplantes.