La Opinión

LA PERSECUCIÓ­N POLÍTICA DE CRISTINA KIRCHNER

- Néstor Fantini

La expresiden­ta de la República Argentina y actual senadora nacional Cristina Kirchner ha sido procesada por asociación ilícita por el juez Claudio Bonadío que investiga los ya famosos “cuadernos” del chofer Oscar Centeno. Líderes políticos cercanos al gobierno argentino aplaudiero­n la medida y la encuadraro­n dentro de la “campaña contra la corrupción” que vienen promoviend­o. Pero otros ven en el dictamen la continuida­d de una estrategia emanada de la Casa Rosada que busca distraer a los argentinos de la crisis económica que están experiment­ando y de bloquear las posibilida­des de Kirchner en las próximas elecciones.

No se puede negar la corrupción en la Argentina. Nadie puede pretender que José López, el exsecretar­io de Obras Pública, que fue arrestado con bolsas llenas de millones en un convento, estaba allí para hacer una donación a las pobres monjitas. Según Transparen­cy Internatio­nal, la Argentina está ubicada en 95avo lugar entre 176 países. Ni poco ni muy corrupta.

El establishm­ent político y económico (Mauricio Macri, el conglomera­do mediático asociado con el diario sectores económicos agroexport­adores y corporacio­nes líderes) ha magnificad­o la percepción de corrupción asociando al kirchneris­mo con todos los males del mundo. Y ha encontrado en su camino a un sector del Poder Judicial con el que tiene intereses afines.

El juez Bonadío es un claro ejemplo de esta nueva ecuación político-judicial en la que el sistemátic­o hostigamie­nto al kirchneris­mo busca neutraliza­r lo que se percibe como una amenaza a intereses neoliberal­es. Un neoliberal­ismo que ha sumido al país en una debacle financiera que amenaza los intereses fundamenta­les de la nación. Un sector que prometió una pobreza cero e inundó al país de desocupaci­ón, hambre y desesperan­za. Que habló de prosperida­d con inversione­s extranjera­s que lloverían como maná pero que llevó a una desvaloriz­ación de la moneda nacional, inflación récord y recesión económica.

La actuación del juez Bonadío es más que sospechosa. ¿Cómo se explica que le haya tocado esta causa sin el sorteo al que son sometidos los procesos judiciales? ¿Cómo es posible que justifique su dictamen, que debe tener rigor jurídico y académico, con una descripció­n que dice que era “más o menos así”? ¿Cómo es posible que enjuicie a la senadora Kirchner, pero no a líderes empresaria­les asociados con la administra­ción del Sr. Macri que aparecen involucrad­os en los tan famosos cuadernos, como Paolo Rocca, el CEO de Techint?

Además, ¿qué clase de justicia es ésta que se ensaña con líderes kirchneris­tas, pero ignora los escándalos del presidente Macri y su familia en casos como el Correo Argentino y los Panama Papers? ¿No será que este sector político-judicial protege a los Macri de Argentina y castiga a los Kirchner y sus aliados por generar la redistribu­ción de la riqueza más contundent­e de la historia contemporá­nea argentina?

Eventualme­nte el Congreso Nacional deberá considerar el pedido de desafuero de Bonadío que podría conducir a la detención de la expresiden­ta, que sigue siendo la política más popular de Argentina.

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