Crece el número de inmigrantes en centros de detención
La Administración Trump exige que el Congreso apruebe más fondos para ampliar los centros de detención y contratar a más agentes fronterizos
La “mano dura” de la Administración Trump ha aumentado el número de inmigrantes en centros de detención en EEUU, sobre todo en cárceles privadas, manteniendo una tendencia de los últimos 20 años, según denunció un informe divulgado el miércoles por el “American Immigration Council” (AIC).
El informe, titulado “Panorama de la detención de inmigrantes en Estados Unidos”, pinta un panorama sombrío para las decenas de miles de migrantes que cruzan la frontera sur huyendo de la violencia y pobreza en sus países de origen.
El informe fue divulgado en unos momentos en que la Administración Trump exige que el Congreso apruebe más fondos para la detención de inmigrantes indocumentados, y que elimine los “resquicios legales” que, a su juicio, alientan la emigración ilegal hacia EEUU.
En la actualidad, el Congreso mantiene una cuota diaria de al menos 34,000 camas en los centros de detención, pero la Administración Trump quiere ampliarla para alojar a más inmigrantes.
Aunque analizó en particular las cifras del año fiscal 2015 –año del que se tienen las cifras publicadas más completas–, el documento también ofrece un vistazo al efecto de las prácticas migratorias de la Administración Trump.
Desde 1996, el número de inmigrantes indocumentados detenidos en la frontera ha aumentado de forma drástica y sin interrupciones. Por ejemplo, en cualquier día del año en 1994, el gobierno arrestaba a un promedio de 6,785 extranjeros indocumentados, pero dos décadas después, esa cifra superó los 33,200 detenidos.
Para el año fiscal 2017, que incluyó los primeros nueve meses del presidente Donald Trump en el poder, el promedio de inmigrantes enviados a diario a centros de detención sobrepasó los 38,100, lo que representa un incremento de más de cinco veces entre 1994 y 2017.
Si en noviembre de 2017, el promedio diario de los inmigrantes en centros de detención de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) fue de 39,322, para el pasado 20 de octubre, la cifra fue de 44,631, dijo a los periodistas Kathryn Shepherd, abogada del “American Immigration Council”.
Shepherd no quiso especular sobre el impacto que pueda tener la crisis en la frontera sur en el aumento en las detenciones, pero enfatizó que todo solicitante de asilo tiene derecho al debido proceso y, como parte de una población vulnerable, no debe estar en un centro de detención.
Preguntada por este diario, una coautora del informe, Emily Ryo, explicó que la principal diferencia respecto a la Administración Obama, es que la de Trump se ha apoyado en las detenciones como estrategia clave para disuadir los cruces ilegales.
“Eso significa que ha habido una ampliación de las categorías de las personas vulnerables a la detención... por ejemplo, mujeres embarazadas, que en el pasado no eran sujetas a la detención salvo en circunstancias extraordinarias”, y ciertos refugiados vietnamitas, precisó Ryo, profesora en la Facultad de Leyes Gould de la Universidad del Sur de California.
La “edad moderna” de la detención de inmigrantes en EEUU comenzó tras la adopción de dos leyes federales en 1996 que, para efectos prácticos, ampliaron tanto el tipo de infracciones criminales que pueden suscitar la deportación como las categorías de extranjeros sujetos a la detención mientras aguardan su expulsión del país.
Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) defiende la práctica de la detención de inmigrantes y las condiciones en esas instalaciones, el informe destacó que éstas no han estado libres de controversia no sólo por su alto costo sino