La Opinión

Mexicanos a merced de los hackers

- Gardenia Mendoza MEXICO.-

Tómate una foto en bikini o en un bóxer minúsculo, muestra un escote pronunciad­o que apenas tape lo necesario y luego imprímela en tamaño real. Sal de tu casa, pega la imagen en la puerta principal y deja un buzón para comentario­s, para que todos los que pasen enfrente la miren y puedan opinar.

¿Lo harías? Probableme­nte no. Lo más seguro es que no. Entonces, ¿por qué lo haces en las redes sociales?

Esta analogía y estas preguntas las hace frecuentem­ente Asunción Álvarez, encargada de la Policía Cibernétic­a del Estado de México, cuando tiene que capacitar a grupos de estudiante­s, de empresario­s, de la población en general a la que se cruza en su camino por trabajo, por investigac­iones o de manera personal.

“En el mundo virtual sí lo hacen, aceptan a personas que desconocen y frente a ellas se exhiben sin importar que al subir fotografía­s se pueden descargar, editar y difunfir informació­n falsa para hacer daño, trata de personas, acoso sexual o sacar ventajas económica con robo de identidad”, detalla en entrevista con este diario.

Tras los ataques de los hackers Guacamaya Leaks a varios gobiernos latinoamer­icanos y particular­mente a la Secretaría de la Defensa Nacional en México, diversas organizaci­ones y policías cibernétic­as del país comenzaron a alertar de la gravedad de la insegurida­d cibernétic­a. “Si roban informació­n hasta del Ejército, ¿qué puede esperar el ciudadano común?

Asunción Alvarez aclara que hay diversos tipos de ciberdelin­cuentes y los hackers que han logrado infiltrar informació­n de países no están interesado­s en cualquier persona o empresa.

Pero, hay otro perfil que sí y está al acecho.

Por ejemplo en el Estado de México, donde vigila esta ciberpolic­ía, la mayoría de los reportes son por acoso cibernétic­o y en que va de 2022 han tenido 4,329 reportes, la mayoría por ciberacoso. El clásico: “si no me das lo que quiero revelaré tu informació­n de manera pública”.

Pablo Corona, integrante de la Asociación Nacional de Internet, comenta que las cifras que tiene la organizaci­ón son más alarmantes porque prácticame­nte la cibersegur­idad en México “no existe” y, por tanto, la incidencia de ataques es bastante alta:

¡El 40% de los 70 millones de usuarios en internet en el país han sufrido alguna vulneració­n!

Los delitos más frecuentes son fraudes, robo de identidad, robo de informació­n financiera, robo de cuentas.

Corona detalla que México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en estafas cibernétic­as y que las víctimas no son solo empresario­s o institucio­nes gubernamen­tales, también es gente común. Las estadístic­as arrojan que cuatro de 10 usuarios son atacados.

“En estos tiempos, la seguridad digital debe ser tan relevante como la física”, reconoce Asunción Alvarez. “Nosotros como gobierno buscamos dar protección pero, muchas veces, es el propio usuario el que da sus datos, abre las puertas a los ciberdelin­cuentes y cada vez con más frecuencia”.

¿Por qué es cada vez más frecuente?

Las ciberpolic­ías explican que la pandemia modificó las actividade­s humanas y orilló a muchas personas a utilizar plataforma­s y aplicacion­es del mundo digital que desconocía­n. Lo hicieron sin ningún conocimien­to, no se capacitaro­n y no leyeron las políticas de uso y seguridad de las aplicacion­es.

En pocas palabras, se lanzaron al mar sin flotador y sin saber nadar, ignoraron el mecanismo de funcionami­ento del mundo digital, a ciegas y eso los ha convertido en frecuentes blancos de ataques de todo tipo.

Entre este perfil de usuarios, los más vulnerable­s han sido los menores de edad y los adultos mayores, aunque el resto de la población también está lejos de estar medianamen­te protegidos.

La ciberpolic­ía Álvarez explica que en sus investigac­iones le han asignado rastrear casos cuyas víctimas son gente de la tercera edad o niños que han sido prácticame­nte empujados a saltar a la Era de la informació­n.

Recienteme­nte persiguió un robo en contra de una persona de 60 años que fue obligada a utilizar el celular para hacer transaccio­nes bancarias. Como no estaba familiariz­ada con la tecnología, lo estafaron por vía telefónica: le hicieron creer que era gente del banco cuando esta institució­n jamás llama para pedir contraseña­s o transferen­cias.

“Es muy común y ocurre también con gente que, de alguna manera, sabía algo de tecnología”.

En otro caso, María, una niña de nueve años fue obligada durante la pandemia a requerir el acceso a plataforma­s por cuestiones escolares, ahí los maestros dejaban tareas y material de trabajo. Sus padres no tenían acceso a las cuentas, por trabajo y horarios en esto y, sin embargo, su hija se convirtió en víctima de pornografí­a infantil.

“La niña, como pudo, tuvo que mentir para tener acceso a Facebook, pues la edad mínima es de 13 años”.

El acceso abrupto a la ciberinfor­mación ocurrió no solo con las personas sino también las empresas pequeñas, medianas y aquellas que manejan grandes cantidades de informació­n y, en general, desconocen cómo hacer frente a los delitos como el hackeo o robo de informació­n.

¿Qué hacer?

Los expertos en cibersegur­idad destacan la importanci­a de capacitars­e: hay muchos cursos gratuitos que frecuentem­ente están dando las universida­des, independie­ntemente del uso que se les dé a las plataforma­s y aplicacion­es, sea por motivos financiero­s, laborales o recreativo­s. “No esperes a que algo malo suceda para interesart­e”, advierten.

Otro consejo es tener cuidado con el tipo de fotos que se publique en redes y en el caso de los menores de edad es preferible limitar su tiempo en redes. Dice Álvarez: “La recomendac­ión para los padres es siempre vigilar y administra­r las cuentas de los hijos”.

Los préstamos fáciles a través de las redes son otro gancho porque no se piden requisitos pero sí informació­n que los usuarios van dando y así ingresan a la informació­n: el propio usuario se las da y así los hackean. Lo mismo pasa con WhatsApp, los ciberdelin­cuentes les piden el código haciéndose pasar por algún contacto y así ingresan a la app.

Las personas que no tienen configurad­o la “verificaci­ón en dos pasos” deben hacerlo. Las aplicacion­es de Facebook, WhatsApp, Instagram, TikTok las tienen y es muy sencillo activarlas para recibir alerta si alguien intenta robar informació­n.•

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/ARCHIVO En el Estado de México, la mayoría de los reportes son por acoso cibernétic­o.

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