El soccer baila al ‘football’
EE.UU. exhibe las costuras inglesas en un duelo que merecía ganar
“¡Esto es soccer, esto es soccer!”, cantaba la hinchada estadounidense, mientras su equipo, trabajado y físicamente impoluto, exhibió en el campo las costuras de una selección de Inglaterra a la que se le ha caído la careta de favorita con un partido plano, triste y aburrido, que para su fortuna concluyó 0-0.
Inglaterra volvió a dar su peor cara, esa que le ha hecho descender en la Nations League y por la que tanto se critica a su entrenador, Gareth Southgate. La constante sensación con la que convive es la de que una de las mejores generaciones en décadas está desaprovechada, a expensas de algún destello de calidad de los enormes futbolistas que atesora.
Cuando esto no ocurre, el resultado es un partido plomizo como el de ayer. El vacile estadounidense desde la grada, riéndose de la eterna discusión, si ‘football’ o soccer, no era un pasatiempo para evitar mirar lo que ocurría en el campo, sino la prolongación de una escuadra que estaba maniatando a sus ‘hermanos’ y siendo mejor equipo. Solo les faltó definir.
Weston McKennie, que se comió al doble pivote de Jude Bellingham y Declan Rice, empaló mal en el punto de penalti, en el primer toque de atención de Estados Unidos, y Christian Pulisic, en un zambombazo desde dentro del área, se topó con el larguero.
Inglaterra se tenía que conformar con un disparo desviado de Harry Kane y una oportunidad perdida por Mason Mount, tras una buena combinación entre Bellingham y Bukayo Saka.
Pero todo el poderío ofensivo de los ingleses, derrochado ante Irán, se diluyó, y Estados Unidos, a base de imponer físico y de presionar la salida de balón, se hizo con el partido.
Merecieron mucho más los estadounidenses, incansables y capaces de imponer un ritmo intenso durante 90 minutos que desesperó a la hinchada inglesa. Cuando Harry Maguire y John Stones se cansaban de pasarse el balón entre ellos, llegaron los primeros abucheos.
Tan solo dos partidos de Mundial y los ingleses ya están