La Opinión

Una empresaria hispana da una taquiza a los desamparad­os de Hollywood

Taquizas Ibáñez pone su parte al preparar y servir los tacos cada viernes en Hollywood

- Araceli Martínez Ortega

Araceli Brito, una madre que vive con sus dos hijos adolescent­es en las calles de Los Ángeles desde 2020, es la segunda en la larga fila que se ha hecho afuera de la Iglesia del Santísimo Sacramento en Hollywood, para estar entre las primeras en recibir sus tacos.

“Vengo todos los viernes a mediodía por mis tacos. Están muy buenos”, dice Araceli de 57 años, quien tiene un hijo de 17 años y otro de 16.

Ni la lluvia que repentinam­ente se soltó en el área de Hollywood, hizo que las personas sin hogar rompieran filas y se fueran. Las fuertes gotas no lo molestaron en lo más mínimo y siguieron aguardando con toda paciencia por sus tacos.

Una empresaria latina, que prefiere mantenerse en el anonimato, ofrece cada viernes, desde hace más de seis años, una taquiza a más de 100 desamparad­os que no solo viven en el área de Hollywood sino que vienen de diferentes barrios de Los Ángeles.

“Conocí a esta señora, que es voluntaria de la iglesia, cuando me contrató para que le hiciera unos tacos para una fiesta. Le gustaron mucho y me dijo que cuánto le cobraría por hacerle tacos para los homeless”, recuerda Martín Ibáñez quien junto con su esposa Yolanda Estrada y su hijo Jason de 14 años preparan y sirven los tacos.

Desde hace 20 años, Martín y Yolanda establecie­ron su pequeño negocio Taquizas Ibáñez, que presta servicios de preparació­n de tacos para eventos en Los Ángeles.

“Yo también hago mi buena obra con estos tacos, porque todo el servicio, lo cobraría entre $1,700 y $1,800, pero a la señora que los paga, solo le pido $700. No me salen las cuentas, pero lo hago con gusto por cooperar yo también, a ver si me gano un pedacito en el cielo”, dice Martín.

Cada viernes sirven tacos a más de 100 personas sin hogar.

“Les damos tres tacos, una quesadilla con queso y carne, y un vaso de agua de jamaica o de horchata. Muchos terminan y vuelven a hacer fila para pedir otro plato con sus tacos”, comenta Martín.

Martín y Yolanda tienen entre seis y siete años alimentand­o a las personas sin hogar del área de Hollywood.

“Durante la pandemia, no paramos de servir tacos. Gracias a Dios, nunca nos enfermamos de Covid. Nadie nos contagiamo­s”.

Normalment­e salen de su casa en la ciudad de Bell a las seis y media de la mañana, y ahí mismo en la iglesia, preparan toda la comida para empezar a servir en punto de las 12:00 del día.

“Todo está fresco y recién hecho. Para la una y media de la tarde, ya se acabó todo”, dice Martín, quien tanto él como su esposa, son originario­s de Michoacán, México.

La Iglesia católica Blessed Sacrament les ofrece además a las personas sin hogar, un postre consistent­e en diferentes tipos de pastelillo­s. También les pone mesas para que se sienten a comer.

A la taquiza viene gente de todas las razas, grupos y edades. Entre ellos hay muchos latinos.

Gerardo Becerra de 50 años, un inmigrante de Guatemala, quien asegura que ya tiene rato viviendo en la calle, dice que los tacos están muy buenos. “Si no, no viniéramos”, comenta.

Jerry Orduño dice que es la segunda vez que acude a comer tacos.

“Vivo en un shelter porque lo que gano como jornalero no me da lo suficiente como para pagar una renta”, dice Jerry, quien asegura que en México era licenciado en derecho y en psicología; y se disculpa por tener 51 años,

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La familia Ibáñez propietari­a del negocio Taquizas Ibáñez prepara los tacos para las personas sin hogar.

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