La Opinión

LA AUDITORÍA DE CALIFORNIA DICE QUE LOS RESULTADOS SOBRE LAS PERSONAS SIN HOGAR NO ESTÁN CLAROS

- Dan Walters

Un cazador de patos dispara una escopeta con la esperanza de que al menos uno de sus muchos perdigones alcance a un pájaro que se mueve rápidament­e. Un cazador de ciervos dispara un rifle para enviar una bala hacia su presa inmóvil, con la esperanza de conseguir una muerte rápida.

Al responder a las crisis percibidas, los políticos de California a menudo adoptan un enfoque disperso, implementa­ndo múltiples programas en múltiples agencias con la esperanza de que algunos funcionen, en lugar de apuntar cuidadosam­ente una solución a un problema claramente definido.

Un ejemplo del síndrome son los numerosos programas que gobernador­es y legislador­es han implementa­do para impulsar la economía del estado durante las recesiones. Una vez creados, los programas cobran vida propia, continúan funcionand­o mucho después de que la economía se haya recuperado y rara vez se ven obligados a justificar su existencia.

Otro son los aparenteme­nte innumerabl­es esfuerzos del Estado –tanto legislació­n como decretos administra­tivos, dispersos entre una plétora de agencias– para alcanzar la neutralida­d de emisiones de carbono con poca o ninguna evaluación de su rentabilid­ad.

La crisis actual de CA es el número cada vez mayor de hombres, mujeres y niños que carecen de hogar, muchos de ellos viviendo en campamento­s miserables en las aceras y en zonas verdes urbanas.

Las encuestas han revelado que la falta de vivienda figura constantem­ente entre las preocupaci­ones más apremiante­s de los california­nos. El gobernador Gavin Newsom y la Legislatur­a han prometido repetidame­nte abordarlo y, como de costumbre, han promulgado una serie de programas costosos con nombres atractivos que esperan que tengan algunos impactos positivos. Algunos proporcion­an vivienda y otros pretenden tratar los problemas subyacente­s, como el abuso de sustancias y la salud mental, que obligan a la gente a salir a la calle.

La pregunta, por supuesto, es si alguno de los esfuerzos ha marcado una diferencia.

En términos macro, la respuesta es no. El número de california­nos sin hogar ha aumentado un 50% en la última década y un 20% desde que Newsom se convirtió en gobernador en 2019, a pesar de que el estado gastó alrededor de $20 mil millones en diversos programas contra las personas sin hogar durante los últimos cinco años.

Esos datos provienen de un informe nuevo y muy crítico sobre los programas para personas sin hogar del auditor estatal Grant Parks, que da seguimient­o a una auditoría de 2021 que encontró que una “falta de coordinaci­ón entre los programas estatales para personas sin hogar había obstaculiz­ado la eficacia de los esfuerzos del estado para acabar con la falta de vivienda”.

Las críticas de la auditoría de 2021 sonaron ciertas a pesar de que el estado había creado el Consejo Interinsti­tucional sobre Personas sin Hogar de California en 2017

para coordinar las actividade­s para las personas sin hogar. Luego de la auditoría de 2021 y bajo la presión de la Legislatur­a, la agencia adoptó un “plan de acción” con metas específica­s y órdenes de informar sobre los resultados.

Sin embargo, la nueva auditoría, que se publicó el martes, dijo que el consejo para personas sin hogar ha tardado en informar sobre los resultados, “no ha alineado su plan de acción para abordar la situación de las personas sin hogar con sus objetivos legales” y no ha recopilado datos precisos sobre los numerosos programas específico­s.

“Hasta que Cal ICH tome estas medidas críticas, el estado carecerá de informació­n actualizad­a que pueda utilizar para tomar decisiones políticas basadas en datos sobre cómo reducir eficazment­e la falta de vivienda”, dijo la auditoría.

Dan Walters ha sido periodista por más de 60 años

en California.

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