El periodo electoral
Cuando la crisis migratoria con los niños bajaba la presión hacia la Casa Blanca, el proceso electoral intermedio estaba tomando fuerza, así que el presidente Trump decidió apoyar a candidatos republicanos, sobre todo aquellos cercanos a su discurso migratorio.
En el discurso del mandatario el muro fronterizo, los indocumentados y el crimen organizado encontraron un punto en común que el republicano defendió en sus mítines.
“Están enviando personas que tienen muchos problemas y nos están trayendo esos problemas. Están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Ellos son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas”, expresó .
El temor de los republicanos de perder el Congreso y que los demócratas iniciaran investigaciones contra el presidente Trump hizo redoblar el paso, pero parecía insuficiente. Nuevamente el tema migratorio ayudó. La organización de caravanas desde Centroamérica dieron combustible al discurso. Era imposible obviar el temor de que miles de inmigrantes – alrededor de 7,000–, la mayoría de Honduras, llegaran a EEUU, luego de enfrentar a la Policía mexicana en la frontera con Guatemala. Los demócratas se quedaron ca- llados. El presidente Trump aprovechó para promover su plan y acercarse al nuevo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
“Me gusta México, me gusta el nuevo líder, creo que va a ser extraordinario… un poco diferente a nosotros”, expresó en Virginia Occidental. “Creo que estoy haciéndolo mejor con él que con el capitalista”, dijo, en referencia de Enrique Peña Nieto. Ahora hay un plan migratorio en ciernes, impulsado por México y EEUU.
Sobre el proceso electoral, los esfuerzos del mandatario fueron insuficientes, los demócratas controlarán la Cámara Baja en 2019.
La inmigración legal
Sin una reforma migratoria en el Congreso que le permitiera reducir la inmigración legal, a través de la Orden Ejecutiva “Compra estadounidense, contrata a estadounidenses”, el DHS y sus distintas agencias diseñaron políticas que no requieren aprobación legislativa.
Son varios los ajustes, principalmente a visas de trabajo H-1B, H-2B y L-1, así como restricciones a estudiantes, que ahora enfrentarán depor- tación si deciden quedarse en EEUU, pero el cambio más drástico es la llamada “carga pública”, un término que existe en el INA, pero que la oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) llevará a un siguiente nivel, al negar beneficios migratorios, particularmente Residencia Legal o “green card” a quien “abuse de ayudas públicas”.
“Desde el siglo XIX, las leyes federales han exigido que los ciudadanos extranjeros puedan cuidarse a sí mismos sin ser una carga pública”, precisó Francis Cissna, director de esa agencia. “Corresponde al gobierno de los EEUU evaluar las solicitudes de manera compatible con la ley federal, y creo que la regulación de la carga es un paso necesario para lograr ese objetivo”.
Los estudios proyectan que miles de personas serán afectadas, pero aunque la nueva política está en revisión y será en enero cuando entre en vigor, ya tuvo impactos negativos, debido a que las aplicaciones de ayuda de alimentación y seguro médico para niños han bajado. En EEUU hay 6.8 millones de niños hijos de inmigrantes que podrían ser afectados.l