California pospone la ejecución de reos
Hay 737 personas sentenciadas a la pena capital; el gobernador Newsom indica que este castigo es ‘inmoral’
Acompañado de legisladores en el capitolio de Sacramento, el gobernador de California Gavin Newsom firmó una orden ejecutiva para prevenir las ejecuciones en el estado.
Esto quiere decir que los casos de 737 personas que se encuentran en la lista de pena de muerte, no se llevarán a cabo —al menos durante el periodo que el gobernador este en el cargo.
“La pena de muerte ha sido un fracaso. Discrimina según el color de tu piel o cuánto dinero ganas... Es ineficaz, irreversible e inmoral”, indicó Newsom. “Va en contra de los valores que defendemos, por lo que California está deteniendo este sistema fallido”.
El gobernador agregó haber estado interesado en el tema desde hace más de 40 años cuando, por medio de su abuelo, conoció a una persona que fue condenada erróneamente. Contó que el acusado fue sentenciado a muerte pero años después —con los avances de la investigación— se descubrió que era inocente.
Con esta anécdota, indicó que desafortunadamente en el pasado personas inocentes fueron condenadas de manera errónea y —a veces— sentenciadas a muerte.
Cuestionó si “¿tenemos el derecho de matar?” y que la frase del “ojo por ojo” no debiera aplicarse porque no todos los californianos apoyan este tipo de castigo.
“Estamos enviando un mensaje de que somos mucho mejores que esto”, sentenció el gobernador, quien asumió al cargo en enero pasado.
La orden ejecutiva retirará el nuevo protocolo de inyección letal de California y cerrará inmediatamente la cámara de ejecución en la prisión estatal de San Quintín.
Cabe resaltar que en Ca- lifornia no se ha ejecutado a nadie desde 2006, cuando Arnold Schwarzenegger era gobernador. La última vez que se aplicó la pena de muerte en el EstadoDorado fue para Clarence Ray Allen, ejecutado el 17 de enero de 2006 a las 12:20 a.m.
El hombre, de 76 años pasó 22 años en el corredor de la muerte. Falleció tras recibir la inyección letal luego de ser hallado culpable por el asesinato de tres personas.
Desde entonces, los sentenciados a pena de muerte han aumentado; hoy 1 de cada 4 son reclusos condenados a la pena capital.