NO A LA INMUNIDAD CORPORATIVA
Pese al alza en los contagios de coronavirus, muchos gobiernos se apresuran a reactivar su economía. Y por todas partes el Covid-19 hace estragos allí donde se emiten órdenes de volver trabajo. Erróneamente, muchos gobiernos amenazan a los trabajadores con que si les llaman para trabajar y desobedecen perderán sus beneficios de desempleo. Sucede en casi cada estado. En ningún lugar esta injusticia es tan clara como en el debate del Congreso sobre otorgar a las corporaciones inmunidad ante demandas de que sus acciones causan el contagio de sus empleados, clientes o pacientes.
Se trata de un retroceso en conquistas laborales y normas de protección que llevó décadas lograr. Simultáneamente, desde la Casa Blanca para abajo, la actitud es aprovechar la terrible crisis para obtener beneficios personales.
Como dice un editorial del New York Times, “la inmunidad no solamente protege a los peores, sino que castiga a los mejores, al otorgar a los negocios que se aprovechan ventajas a expensas de la seguridad y salud de trabajadores y clientes”.
Para justificar esta injusticia, los proponentes aducen que la inmunidad judicial impedirá una inundación de demandas frívolas. Esto es equívoco. Las nuevas demandas contra empresas son por mala práctica (generalmente de compañías de crucero). O de presos pidiendo su libertad de instalaciones infestadas. O de unos negocios contra otros. O por especulación de precios. No por contraer el coronavirus en el trabajo.
Sin embargo, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo que el Congreso hará más difícil presentar demandas de trabajadores porque el temor a las mismas llevará a que muchos negocios no abran. Quieren reabrir las puertas a toda costa, castigar a los empleados que se nieguen y no ser responsables si en consecuencia alguien se contagia.
Debería ser al revés. Dar más protecciones al trabajador para que los empleadores teman sufrir medidas punitivas si no las cumplen.
Los negocios que reabran lo harán con garantías de salud tales que inspirarán confianza entre su personal y en el mercado. Las empresas con mejores protecciones liderarán y ganarán más. En la práctica, las compañías no son halladas negligentes si pueden demostrar que siguieron las regulaciones de salud.
La nueva situación requiere nuevas regulaciones, pero este gobierno se ha negado a suministrarlas hasta ahora.
Es erróneo subestimar el virus. Así la gente se haga la prueba y salga negativo, eso solo garantiza unos instantes de seguridad porque cualquiera se puede contagiar inmediatamente después.
Nos unimos a medios como el New York Times, Boston Globe, Kansas City Star, South Florida Sun Sentinel, St. Louis Post-Dispatch, San Francisco Chronicle y el Mercury News en oposición a otorgar a los negocios inmunidad, o impunidad, contra sus trabajadores.