Hay un camino
Rubén Cohetzaltitla, Diana Hernandez y Leydy Rangel son algunos de los 780,000 ‘dreamers’ que han evitado la deportación y han logrado continuar sus estudios y trabajar, gracias a que hace nueve años el presidente Barack Obama creó la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Sin embargo, estos inmigrantes que fueron traídos por sus padres a Estados Unidos a temprana edad deben renovar sus permisos cada dos años, lo que implica invertir tiempo y dinero, en medio de la promesa de congresistas por aprobar una reforma migratoria que les permita el camino a la ciudadanía.
Rubén expresó que, aunque DACA le proporciona “cierta certeza”, sigue el temor a perder la protección, lo cual podría terminar con una decisión del Congreso. Él y su familia son granjeros en el estado de Washington.
Diana y Leydy incluso fueron parte del grupo selecto de seis ‘dreamers’ que se reunió en la Casa Blanca con el presidente Joe Biden, quien ha expresado su respaldo para otorgar la ciudadanía. El mandatario expresó su intención a representantes y senadores durante su primer discurso, al pedirles que aprobaran “al menos” la protección a estos inmigrantes.
Aunque los demócratas tienen mayoría en el Congreso, ésta es mínima, lo que obliga a un acuerdo bipartidista con 10 republicanos seguros de votar a favor de la Ley de Sueño y Promesa (American Dream and Promise Act), la cual ya fue aprobada en la Cámara de Representantes y espera su turno en el Senado, donde no hay consenso.
De este modo, los ‘dreamers’ llegan a un aniversario más del programa creado por Obama que les dio cierta protección, con poca certeza de una reforma migratoria, aunque con esperanza de que este año la situación cambie.
“El Senado tiene un camino que podría lograr la legalización para estos grupos, ‘dreamers’, trabajadores agrícolas y portadores de TPS, y eso sería utilizando la estrategia de 51 votos o el proceso de Reconciliación”, dijo Rangel en un foro organizado por la Fundación UFW, que defiende a trabajadores agrícolas.
Ángel Rodríguez, un ‘dreamer’ estudiante de la Universidad de Houston, destacó los beneficios de DACA, pero consideró que tener la ciudadanía le daría mayor seguridad y certeza, así como la apertura a otras oportunidades.
“[Sin una reforma] tendré que trabajar en las sombras en trabajos que no requieren un número de seguro social y recibir salarios bajos en comparación con mi historial”, expresó.
Los demócratas, como los representantes Raúl Ruiz (California), presidente del Caucus Hispano del Congreso, y
Joaquín Castro (Texas), han adelantado que se prepara un camino para que haya un cambio a través de la Reconciliación, en caso de no lograr el apoyo republicano, para lo cual sustentarán los argumentos en los beneficios económicos para el país en cuatro escenarios para proteger a inmigrantes indocumentados.
“Construimos el caso para nuestros colegas de ambos partidos… de la importancia de aprobar esto de una forma… y los beneficios para los estadounidense al aprobar una reforma migratoria”, dijo Castro en un foro del Center for American Progress.
El senador Dick Durbin (Illinois) – quien presentó la propuesta con el republicano Lindsey Graham (Caro