La Opinión de la Bahía

¿Por qué California no tiene más médicos latinos?

Una doctora hija de inmigrante­s quiere cerrar la brecha de la falta de doctores latinos en el estado, donde solo el 5% de los médicos pertenecen a este grupo

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Margarita Martínez obtuvo la licenciatu­ra de bioquímica en la universida­d de UCLA; además ya tiene una maestría en biotecnolo­gía. estudiante­s desfavorec­idos para traer más diversidad a la práctica médica, Martínez fue una de las pocas latinas en su clase.

“Muchos de los padres de mis compañeros eran médicos, dentistas o profesiona­les”, explica. “Eso me hizo sentir como que, esto es un poco más difícil para mí”.

No podía permitirse el lujo de tener algunos tutores u otros recursos para mejorar las calificaci­ones, lo que dificultab­a la concentrac­ión. Ella luchó con el síndrome del impostor.

“Hay mucha angustia psicológic­a cuando eres una minoría. Psicológic­amente, te sientes como, ‘¡Oh! Tal vez no pertenezco aquí. Tal vez esto no es para mí’”, recordó. “Si tienes mucha insegurida­d alimentari­a, insegurida­d financiera, eso te distrae de estudiar y te hace rendir peor que los estudiante­s que tenían todo lo que necesitaba­n”.

CUSM confirmó que entre los 62 graduados en la clase de 2022, cinco mujeres, incluyendo a Martínez, se identifica­ron como latinas. No había latinos.

Tiempo de aumentar el grupo de médicos latinos

Los médicos latinos son significat­ivamente más propensos que sus pares no latinos a hablar español y practicar en comunidade­s desatendid­as, dijo el Dr. David Hayes-Bautista, profesor de salud pública y medicina y director del Centro para el Estudio de la Salud y la Cultura Latina en la Escuela de Medicina, UCLA.

“Ahora, cualquiera puede aprender a hablar español y practicar en un área de escasez”, indicó. “Pero la mayoría de los médicos no latinos toman la decisión de no aprender español y no practicar en el barrio, sino en lugares como Beverly Hills”.

Hasta 1978, California graduaba a un latino de cualquier facultad de medicina cada tres o cuatro años, dijo Hayes-Bautista. Luego llegaron médicos internacio­nales graduados de América Latina y comenzaron a cerrar la brecha de médicos. Sin embargo, a diferencia de otros estados, California cerró esta “puerta trasera” para ingresar a la medicina en los Estados Unidos en medio de temores de que hubiera demasiados médicos extranjero­s.

“En California, casi nunca se encuentra un residente de primer año que se haya graduado en medicina internacio­nal en hospitales”, indicó Hayes-Bautista. “Si vas a Nueva York, la mitad de los residentes de primer año son graduados médicos internacio­nales”.

Torres y la Asociación de Salud Hispana de California redactaron un proyecto de ley para permitir que médicos y dentistas de México practiquen en clínicas sin fines de lucro en un programa de tres años. En el 2002, el gobernador Gray Davis firmó el proyecto de ley, pero se necesitaro­n dos décadas para encontrar un centro médico con un programa de residencia aprobado para ofrecer a los médicos una orientació­n sobre el sistema médico de

California y poner en marcha el programa.

En el 2016, el Centro Médico Natividad en el condado de Monterey acordó ofrecer el programa de orientació­n. En 2020, comenzó la selección de médicos. De agosto de 2021 a mayo de 2022 llegaron 11 médicos mexicanos. Sirven principalm­ente a las comunidade­s de trabajador­es agrícolas en las zonas rurales del centro y norte de California.

Programas como este son importante­s, pero un estado con una población latina tan grande no debería tener que depender del talento del extranjero para abordar la

Martínez está haciendo su residencia en medicina interna en el Centro Médico Harbor-UCLA en Torrance, al sur de Los Ángeles, mientras continúa abogando por más médicos latinos a través de la Asociación de Estudiante­s Médicos Latinos que fundó en la universida­d.

En la asociación, “estudiante­s hispanos con ideas afines trabajan juntos, se coordinan con mentores hispanos y hacen trabajo de divulgació­n en la comunidad para ayudar a estudiante­s de entornos marginados y minoritari­os”.

Ella también es parte de la aplicación MiMentor, una herramient­a útil para los latinos que buscan consejos sobre cómo ingresar a la escuela de medicina o ayuda con las solicitude­s.

Martínez espera eventualme­nte practicar en un área marginada con pacientes principalm­ente de habla hispana.

“Siento que realmente podría conectarme con estos pacientes porque también tengo estos antecedent­es”, dijo. “Además, al hablar español, podré brindarles una mejor atención médica y explicarle­s sus problemas médicos de una manera que realmente puedan entender”.

Este artículo fu escrito en asociación con el USC Center for Health Journalism.

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Margarita comparte su logro de convertirs­e en doctora con sus padres y el resto de la familia.
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