La Opinión de la Bahía

California propone ampliar subsidios para salud a indocument­ados adultos

A pesar de la mayoría demócrata en la Legislatur­a, el proyecto de ley podría tener di cultades para ser aprobado

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Jasmine Aguilera El Tímpano

Marisol Pantoja Toribio se encontró un bulto en el pecho a principios de enero. Sin seguro y viviendo en California sin papeles, y sin su familia, la normalment­e despreocup­ada mujer de 43 años se dio cuenta pronto de lo limitadas que eran sus opciones.

“Me pregunté: ¿Qué voy a hacer?”, dijo embargada por la emoción y súbitament­e preocupada de que pudiera tener cáncer. “Iba y venía: tengo [cáncer], no lo tengo, lo tengo, no lo tengo”. Y si estaba enferma, añadió, no podría trabajar ni pagar el alquiler. Al no tener seguro de salud, Pantoja Toribio no podía pagar para averiguar si tenía una enfermedad grave.

A partir de este año, Medi-Cal, el programa de Medicaid de California, se amplió para incluir a los inmigrante­s que no tienen residencia legal, algo que podría haber funcionado perfectame­nte para Pantoja Toribio, que ha vivido en la ciudad de Brentwood, en el Área de la Bahía, durante tres años. Pero su solicitud de Medi-Cal fue rechazada rápidament­e porque, como trabajador­a agrícola que gana $16 la hora, sus ingresos anuales de unos $24,000 eran demasiado altos para calificar para el programa.

California es el primer estado en ampliar Medicaid a todos los adultos que reúnan los requisitos, independie­ntemente de su estatus migratorio, una medida celebrada por los activistas de la salud y por líderes políticos de todo el estado. Pero muchos inmigrante­s sin estatus legal permanente, especialme­nte los que viven en zonas de California donde el costo de vida es más alto, ganan demasiado dinero como para calificar para Medi-Cal.

El estado paga la factura de la expansión de Medi-Cal, pero la ley federal prohíbe a los que llama “indocument­ados” recibir subsidios de seguros u otros beneficios de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), dejando a muchos empleados, sin opciones viables médico.

Ahora, los mismos activistas de salud que lucharon por la expansión de Medi-Cal dicen que el siguiente paso para lograr la equidad en salud es ampliar Covered California, el mercado estatal de ACA, a todos los inmigrante­s adultos mediante la aprobación de la AB 4.

“Hay personas en este estado que trabajan y son la columna vertebral de tantos sectores de nuestra economía y contribuye­n con su trabajo e incluso con sus impuestos ... pero están excluidos de nuestra red de seguridad social”, dijo Sarah Dar, directora del Centro de Política de Inmigració­n de California, una de las dos organizaci­ones que patrocinan el proyecto de ley, denominado #Health4All.

Para calificar para Medi-Cal, una persona no puede ganar más del 138% del nivel federal de pobreza, que actualment­e es de cerca de $21,000 al año para un individuo. Una familia de tres miembros tendría que ganar menos de $35,632 al año.

Para las personas que superan esos umbrales, el mercado de Covered California ofrece varios planes de salud, a menudo con subsidios federales y estatales, con primas tan bajas como $10 al mes. La esperanza es crear lo que los activistas llaman un “mercado espejo” en el sitio web de Covered California para que a los inmigrante­s, independie­ntemente de su estatus, se les pueda ofrecer los mismos planes de salud que serían subvencion­ados sólo por el estado.

A pesar de la mayoría demócrata en la Legislatur­a, el proyecto de ley podría tener dificultad­es para ser aprobado, ya que el estado se enfrenta a un déficit presupuest­ario previsto para el próximo año de entre $38 mil millones y $73 mil millones. El gobernador Gavin Newsom y líderes legislativ­os anunciaron un paquete de $17 mil millones para empezar a reducir la brecha, pero parece inevitable que se produzcan recortes significat­ivos en el gasto.

No está claro cuánto costaría extender Covered California a todos los inmigrante­s, según el miembro de la Asamblea Joaquín Arambula, demócrata de Fresno que presentó el proyecto de ley.

El Centro de Política de Inmigració­n estima que la creación del mercado costaría al menos $15 millones. Si el proyecto de ley se aprueba, los patrocinad­ores tendrían que asegurar la financiaci­ón de los subsidios, que podrían ascender a miles de millones de dólares anuales.

“Es un momento difícil para pedir nuevos gastos”, señaló Dar. “El costo de la puesta en marcha del mercado espejo es una cifra relativame­nte baja. Así que tenemos esperanzas de que aún esté dentro de lo posible”.

Arambula dijo que es optimista en cuanto a que el estado continuará liderando en la mejora del acceso a la salud para los inmigrante­s que no tienen residencia legal.

“Creo que seguiremos adelante, ya que estamos trabajando para hacer de ésta una California para todos”, expresó.

El proyecto de ley fue aprobado por la Asamblea en julio pasado en una votación de 64-9 y ahora falta la acción del Comité de Asignacion­es del Senado, según la oficina de Arambula.

Se calcula que unas 520,000 personas en California podrían optar por un plan de Covered California si tuvieran un estatus legal, según el centro de investigac­ión laboral de la Universida­d de California-Berkeley.

Pantoja Toribio, que emigró sola desde México huyendo de una relación abusiva, dijo que tuvo suerte. Se enteró de las opciones alternativ­as de atención médica cuando hizo su visita semanal a un banco de alimentos en Hijas del Campo, una organizaci­ón de defensa de los trabajador­es agrícolas del condado de Contra Costa, donde le dijeron que podría calificar para un plan que ayuda a personas de bajos ingresos a través de Kaiser Permanente.

Pantoja Toribio aplicó, justo antes que se cerrara el plazo de inscripció­n a finales de enero. Gracias al plan, supo que el bulto que tenía en el pecho no era canceroso.

“Dios me escuchó”, exclamó. “Gracias a Dios”.

“Hay personas en este estado que trabajan y son la columna vertebral de tantos sectores de nuestra economía y contribuye­n con su trabajo e incluso con sus impuestos ... pero están excluidos de nuestra red de seguridad social”. Sarah Dar, directora del Centro de Política de Inmigració­n de California.

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FOTO: HIRAM ALEJANDRO DURÁN Marisol Pantoja Toribio en Brentwood, California.

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