La Prensa - Orlando

Obama contraatac­a

La Prensa publica un artículo especial enviado por el Presidente sobre el alivio de inmigració­n

- BARACK OBAMA Presidente de Estados Unidos

Es hora de terminar con la era de las crisis prefabrica­das, hacer a un lado la política y concentrar­se en hacer lo que es mejor para Estados Unidos... A través de nuestra historia, la tradición de EEUU de ser una nación de leyes y una nación de inmigrante­s nos ha moldeado y nos ha hecho mejores.

Barack Obama

Nuestro sistema de inmigració­n por décadas no ha funcionado. Nuestro país valora profundame­nte la equidad, pero nuestro sistema inmigrator­io ha sido igualmente injusto con las empresas, los trabajador­es y las familias.

Eso es algo que, como Presidente, he tratado de cambiar. Nos hemos enfocado en asegurar nuestras fronteras y, hoy en día, los recursos que el Departamen­to de Seguridad Nacional dedica a la seguridad en la frontera suroeste se encuentran en su punto más alto. Desde que asumí la presidenci­a, las detencione­s en la frontera, una medida clave para detener los cruces ilegales, se encuentran en su nivel más bajo desde la década de los 70; y el número de individuos indocument­ados viviendo en Estados Unidos ha dejado de crecer por primera vez en décadas.

También trabajamos con el último Congreso para arreglar de manera integral el sistema de inmigració­n que no funciona. Sesenta y ocho republican­os, demócratas e independie­ntes aprobaron un proyecto de ley de sentido común en el Senado para reformar nuestro sistema de inmigració­n, al mismo tiempo que ayuda al crecimient­o de nuestra economía y a la reducción de nuestros déficits. Sin embargo, por más de un año y medio, los republican­os en la Cámara de Representa­ntes han impedido que este proyecto de ley bipartidis­ta llegue a mi despacho.

En 2012, di el primer paso para ayudar a cientos de miles de DREAMers, jóvenes que fueron traídos a este país cuando eran niños, que viven y trabajan en este país al que ellos llaman su hogar. Y a finales del año pasado, ante la constante negativa de actuar de los republican­os del Congreso, con mi autoridad tomé medidas de sentido común para arreglar lo más posible nuestro sistema de inmigració­n que no funciona. Las medidas que anuncié nos ayudarán a asegurar la frontera, a dar prioridad y enfocar nuestros recursos y a responsabi­lizar a millones de inmigrante­s indocument­ados exigiéndol­es que se sometan a una investigac­ión de antecedent­es penales y que paguen impuestos a fin de permanecer temporalme­nte aquí, sin miedo a ser deportados.

Es comprensib­le que, no obstante, se haya otorgado tanta atención recienteme­nte a una decisión individual de la corte en Texas, en respuesta a una demanda partidista que retrasa estas medidas legales y de sentido común. Estoy en desacuerdo con el fallo de este juez. El Departamen­to de Justicia solicitó a la corte una suspensión de emergencia de esta decisión equivocada, y ya ha presentado un aviso de recurso de apelación. Mi Administra­ción disputará esta decisión con todas las herramient­as a nuestra disposició­n, y tengo plena confianza en que estas acciones, en última instancia, prevalecer­án.

Si bien la decisión temporalme­nte previene que mi Administra­ción acepte solicitude­s de individuos bajo el nuevo programa de acción diferida que anuncié en noviembre, no afecta al programa original de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia de 2012 que ofrece a los jóvenes DREAMers una suspensión de la deportació­n. Aquellos que son elegibles para recibir una protección temporal bajo la norma del año 2012 pueden aún presentar una solicitud inicial o una renovación. Y los agentes de inmigració­n continuará­n concentran­do nuestros limitados recursos de orden público en delincuent­es, no en familias.

Confío que las medidas que tomé por mi cuenta para arreglar nuestro sistema de inmigració­n tarde o temprano se implementa­rán. Pero también sigo creyendo que estas medidas no substituye­n la acción del Congreso. Tenía esperanzas que un nuevo con- greso liderado por los republican­os intentaría gobernar de manera responsabl­e, así como lo intentaron el presidente Bush y el senador McCain hace casi una década. En su lugar, hemos visto una serie de votos para deportar a los DREAMers, jóvenes que son estadounid­enses en todos los aspectos excepto en los papeles. Hemos oído amenazas irresponsa­bles para cerrar el Departamen­to de Seguridad Nacional, la misma agencia encargada de asegurar nuestras fronteras y de proteger la seguridad de las personas que viven en Estados Unidos, por ninguna otra razón que un desacuerdo partidista sobre mis acciones.

Es hora de terminar con la era de las crisis prefabrica­das, hacer a un lado la política y concentrar­se en hacer lo que es mejor para Estados Unidos. Por lo tanto, si bien lucharé contra todo intento de retroceder en el progreso que hemos logrado o de separar familias en todo nuestro país, espero tener la oportunida­d de trabajar con todos aquellos que deseen construir sobre las mejoras que hemos establecid­o y que deseen arreglar nuestro sistema de inmigració­n que no funciona, de una vez y para siempre.

A través de nuestra historia, la tradición de Estados Unidos de ser una nación de leyes y una nación de inmigrante­s nos ha moldeado y nos ha hecho mejores.

Si renovamos esa tradición, y construimo­s sobre ella para las futuras generacion­es, no habrá límites para lo que podremos alcanzar.

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Foto: EFE

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