La Prensa - Orlando

Consejos para dormir y prevenir el insomnio

Estudios indican que la carencia de sueño genera problemas de salud, laborales y sociales

- PATRICIA PRIETO Impremedia

¿A pesar de que cuentas miles de ovejas o te concentras en el ritmo de tu respiració­n, no puedes conciliar el sueño? ¿No te cuesta quedarte dormido(a), pero a las 2 o 3 de la mañana estás ya con los ojos abiertos?

Si esto te ocurre, no hay duda que perteneces al grupo de personas que padecen de insomnio u otro desorden del sueño. Y es que conciliar rápidament­e el sueño o dormir las ocho o nueve horas recomendad­as para la buena salud física y mental, parece ser uno de los imposibles de la sociedad actual. Datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC) muestran que entre 50 y 70 millones de adultos en EEUU tienen trastornos del sueño o insomnio.

UN MAL ACTUAL

“Antes de la invención de la electricid­ad, el promedio semanal de sueño era de nueve horas y hoy está entre seis horas y seis y media”, dice el Dr. Frankie Román, especialis­ta en el área.

“Y en los días de fin de semana tratamos de dormir una hora más, pero con ésta no recuperamo­s el sueño que hemos perdido durante la semana”, ahonda el doctor.

Este panorama es un problema grande en la sociedad actual porque, en estos días tan agitados “estamos sacrifican­do nuestras horas de sueño por cumplir con nuestras obligacion­es profesiona­les, familiares y personales”.

“Y esto es lo peor que podemos hacer”, puntualiza Román. “Sabemos que para la buena salud se requiere de tres cosas: dieta, ejercicio y sueño”.

Sin embargo, a pesar de la recomendac­ión, a este último no se le pone atención y se descuida.

“Hay que dormir entre siete a nueve horas diarias”, acentúa el Dr. Román. “Pero ésto no se cumple”.

LA MUJER, LA MÁS AFECTADA

Y el problema recae más en la mujer, “particular­mente en la latina quien, además de cuidar de todos los integrante­s de la familia, se echa encima los problemas de los demás y, al momento de ir a la cama, por estar pensando en cómo solucionar­los, no puede conciliar el sueño”.

Esta manera de ser de la mujer latina es un problema para ella misma y la pone en una situación de desventaja frente a las horas requeridas de sueño.

Fuera del cansancio físico y las preocupa- ciones, el sueño de la mujer se ve alterado en las diferentes etapas de la vida por los cambios hormonales y las tareas de la maternidad.

La menstruaci­ón, el parto y la menopausia afectan el sueño de las mujeres, explica el galeno. Y a ésto hay que sumarle los desvelos durante los primeros meses de la maternidad y de los años de la crianza.

“Desde el momento que una mujer es madre, nunca va a poder dormir bien. Siempre va a tener un ojo abierto durante el sueño”, dice el galeno.

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