ADICCIÓN Y RECAÍDA
La adicción a sustancias que alteran el ánimo (alcohol, drogas recetadas, sobre el mostrador o ilegales, productos de limpieza, etc.) es una enfermedad muy seria. Es una enfermedad crónica e incurable, progresiva y potencialmente letal similar a la diabetes. Es por esto que no decimos que alguien está “recuperado” sino en “recuperación”.
Al igual que el diabético, el adicto tiene que seguir una dieta en la cual en vez de abstenerse de usar azúcar debe abstenerse de usar drogas o alcohol. Tiene que seguir un tratamiento que incluya apoyo espiritual como los programas de 12 Pasos o iglesias, cambiar sus hábitos, amistades y aprender destrezas de manejo del estrés sin recurrir a las drogas o alcohol
No importa cuánto tiempo haya pasado, esta enfermedad no se cura, sino que yace dormida o, como dicen sobre el cáncer, “está en remisión” y puede volver a despertarse en cualquier momento.
Es común que pensemos que la recaída ocurrió de momento sin previo aviso. ¡Esto es una falacia! Hay señales claras y relativamente fáciles de reconocer si estamos pendientes y es importante que tanto el adicto como los familiares nos eduquemos sobre ellas.
El ego nos impide decir “Necesito ayuda”. ¡Lo cierto es que el valiente enfrenta los peligros y toma las medidas adecuadas para prevenir consecuencias negativas! No es necesario enfrentar estos peligros solos, no olviden que “en la unión está la fuerza”. Este concepto ha sido responsable por el éxito que han tenido Alcohólicos y Narcóticos Anónimos por tantos años.
Mientras más justifiquemos y evitemos enfrentar las consecuencias de una recaída, más daño les hacemos. Debemos permitir que enfrenten las consecuencias o “tocar fondo”, ya que ellos son los que tienen que reconocer que necesitan ayuda.
¡Confiemos en que el Poder Superior los ayudará!