Trueque de Dreamers por ‘píldoras venenosas’ para reforma migratoria
El trueque que busca la Administración Trump, los Dreamers a cambio de la deportación de niños no acompañados y otras “píldoras venenosas”, amenazó con torpedear una solución bipartidista para los jóvenes indocumentados y el resto de la agenda legislativa.
La Administración envió su plan reformista de 70 puntos, que es una “lista de deseos” de grupos de línea dura contra la población indocumentada, porque incluye la construcción del muro fronterizo, la deportación rápida de niños no acompañados, la supresión de ciertos fondos para ciudades santuario, la reduc- ción de visas familiares y un sistema de visas con base a méritos. También pide la contratación de 10,000 agentes de inmigración, y modificar la llamada Ley Wilberforce y eliminar el Acuerdo Flores de 1997, que han protegido a niños no acompañados detenidos en la frontera.
El plan fue enviado el domingo, durante el largo fin de semana feriado, a los principales líderes demócratas y republicanos del Congreso, tras arrancar la cuenta regresiva, el jueves pasado, para negociar una solución permanente para los “DACAmentados”.
Trump ganó la presidencia con promesas de combatir la inmigración ilegal y “defender” los intereses de los trabajadores estadounidenses, pero la clave de este plan migratorio es que condiciona la legalización de los Dreamers a que todos los elementos sean incluidos en una iniciativa del Congreso.
Pero, de entrada, el paquete migratorio se topó con el rechazo de los líderes demócratas del Congreso y de algunos republicanos moderados, en medio de un ambiente enrarecido en el que la Administración aún no ha logrado una sola victoria legislativa de gran peso.
Líderes del Caucus Hispano del Congreso afirmaron que el paquete migratorio refleja una agenda extremista de la Casa Blanca, y que la bancada demócrata no aceptará un trueque de los Dreamers por el muro fronterizo y otros elementos nocivos.
La presidenta de ese Caucus, Michelle Luján-Grisham, dijo que en los próximos días su bancada sostendrá reuniones con republicanos moderados, en particular con los que apoyan la Ley DREAM para la legalización de los jóvenes indocumentados, para discutir la estrategia a seguir.
“Nos aseguraremos de que los republicanos tengan acceso a la verdad, y dejarles agudamente claro que no pueden ser selectivos [en una eventual legislación]. Por eso es que un DREAM Act limpio es tan importante”, dijo Grisham.
Pero Grisham advirtió que la bancada demócrata aceptaría ciertos elementos razonables para la vigilancia fronteriza – más fondos para combatir el narcotráfico, por ejemplo- pero suprimiría su apoyo a legislaciones de obligada aprobación entre ahora y diciembre próximo.
“Eso está definitivamente sobre la mesa… vamos a usar todo punto de ventaja que tenemos a nuestro alcance para proteger a estos Dreamers”, prometió.
Así, el plan ha avinagrado aún más las negociaciones entre bambalinas, ya que ambos lados del debate se han atrincherado en sus posiciones: por un lado, están los que exigen una Ley DREAM sin ataduras y, por otro, los que insisten en que se incluya el muro y otros elementos para la seguridad fronteriza.
Según los congresistas del CHC, Trump no está “atado” al plan migratorio, elaborado por Miller y el fiscal general, Jeff Sessions sin aportes de grupos de la comunidad inmigrante.l